Arabia Saudita y el tenis se vuelven a encontrar. Esta vez, de la manera más ostentosa jamás vista.
En Riad, los saudíes armaron una exhibición sin preocuparse por los gastos. Juntaron 53 títulos de Grand Slam con los nombres más apetecidos del circuito y pusieron sobre la mesa un prize money de 6 millones de dólares para el campeón.
Solo por participar, Novak Djokovic, Rafael Nadal, Carlos Alcaraz, Jannik Sinner, Daniil Medvedev y Holger Rune sumaron a su cuenta 1.5 millones.
Con este evento, que burla las reglas de la ATP y se promociona como película de Marvel, Arabia Saudita envía un mensaje potente al mundo del tenis: el país quiere más poder y protagonismo. Tal como lo viene persiguiendo hace años.
En múltiples entrevistas, CLAY consultó la opinión de los actores del deporte sobre la creciente influencia saudí en el tenis .
¿Busca el país mejorar su reputación, dañada por las faltas a los derechos humanos, a través de la organización de mega eventos deportivos? ¿Recurre al sportswashing para que se ignoren las desigualdades de género que dominan allí?
¿O no es una noticia muy positiva que exhibiciones así de especiales salgan de Europa y Estados Unidos, y que el tenis impacte en nuevas geografías?
¿Acaso no todos quisieran ser mejor pagados? ¿Qué no representa una muy buena oportunidad para reivindicar el “sueldo” del tenista?
Conchita Martínez, por los derechos de la mujer
“El dinero no lo es todo, hay muchos valores”, dijo la campeona de Wimbledon 1994 en entrevista con CLAY.
A finales de 2023, cuando a última hora se descartó a Riad como sede de las Finales de la WTA, Martínez celebró: “Me alegré muchísimo de que las Finales se vayan a cualquier sitio que no sea Arabia Saudita (…) no veo muy positivo que la WTA fuese ahí considerando la manera en que tratan a las mujeres en ese país”.
El torneo que reúne a las ocho mejores tenistas del año sí que aterrizará en 2024 en la capital saudí, y tendrá a Garbiñe Muguruza, su amiga y ex pupila, como la directora.
Etcheverry, feliz con más dinero
“Yo no tengo problema”, aseguró el argentino Tomás Etcheverry.
“Mientras haya más dinero para repartir a los jugadores, por supuesto que suma. Y no sólo para los que están arriba, si no que a los que están más abajo también. El camino nos costó mucho a todos, sobre todo a los sudamericanos”, valoró el tenista de 25 años.
Al poco tiempo de sus declaraciones, Etcheverry fue consecuente: consiguió un contrato y publicitó en redes sociales al Fondo de Inversión Pública (PIF) de Arabia Saudita.
Kokkinakis y el valor del tenista
«Todo lo que tenga que ver con que los tenistas sean pagados como ellos creen que merecen, es bienvenido. Si los saudíes quieren invertir en el tenis, creo que eso es genial para el juego», dijo Thanasi Kokkinakis a CLAY.
«Obviamente, se juega por amor al deporte y hay muchos grandes eventos, y no se quiere perder la cultura de los Grand Slams y otros grandes torneos. Pero si están dispuestos a venir y ayudar a financiar a los jugadores… el tenis es un deporte duro. Quieres que te paguen. Si estás en el puesto 80 del mundo en cualquier otro deporte, ganas un dinero muy cómodo y no tienes que andar preocupado del día a día», agregó.
El deporte como motor de cambios, según Ferrero
«Hay mucha gente que opina que es un país que no está haciendo las cosas bien desde hace mucho tiempo con las mujeres y que reprime mucho», reconoció Juan Carlos Ferrero en entrevista con CLAY.
El coach de Carlos Alcaraz dijo que espera que ojalá en el futuro los saudíes puedan crear una cultura deportive que impacte de manera directa en acortar las desigualdades. «Ojalá puedan crear algo en el deporte para que la situación allí pueda ser mucho más abierta y todos puedan estar más contentos», afirmó.
«Ellos han irrumpido en el mundo del deporte con mucho dinero, abriendo muchas posibilidades en muchos deportes. Parece que se quieren crear un hueco en el tenis».
El ex número uno del mundo dijo que no habla mucho sobre el tema con el bicampeón de Wimbledon.
El propio Alcaraz, consultado en febrero a raíz de las críticas a Nadal por haber firmado como embajador deportivo de la Federación de Tenis Saudí, defendió a su colega y destacó las virtudes de la cultura deportiva de Arabia Saudita.
«Es un país que se está desarrollando, que mejor que Rafa se meta ahí para ampliar el mundo del tenis a lugares donde anteriormente no se jugaba nunca», dijo Alcaraz.
El dinero irresistible
«Para los jugadores es muy difícil resistirse a semejante cantidad de dinero», asumió Martín Jaite, ex tenista y actual director del ATP 250 de Buenos Aires. «Sería muy fácil decir que no hay que ir por todas las aberraciones, pero muchas veces el dinero manda… más allá de lo que te pueda parecer ético o no», añadió.
La tenista Nadia Podoroska, contraria a que la WTA aterrice allí, pidió que la institución escuche más a las jugadoras: «A las mujeres en general. En mi caso no apoyaría que las WTA Finals se jueguen en Arabia Saudita. Está bien que haya mucho dinero en esa parte del mundo y esto es un negocio también. La rueda tiene que girar, una entiende eso. Y sin dinero tampoco jugamos nosotras, es un poco difícil de ese lado, pero para mí hay límites».
En tanto, Macarena Miranda, ex tenista y directora del WTA 125 de Santiago de Chile, ve con buenos ojos la llegada del tenis en tierras saudíes: «Pienso en la población femenina de esos lugares y lo veo como un punto de inflexión a través del deporte. Ahí las mujeres pueden ver de cerca a las tenistas y entender que sí se puede».
Por su parte, el alemán Dietloff von Arnim, quien perdió las elecciones para la presidencia de la ITF, pero continúa como líder de la Federación Alemana de Tenis, planteó que hay que mantener abierto el dialogo.
«Arabia Saudita quieren estar en el calendario del tenis. Creo que tenemos que hablar con ellos, tenemos que escuchar. Y luego tomar una decisión basada en lo que es mejor para el tenis. ¿La falta a los derechos de la mujer y derechos humanos en general? Son argumentos importantes, y realmente los tenemos para equilibrar el debate, para influir en la discusión», manifestó von Arnim.