Fue una de las imágenes más dramáticas de la última etapa en la carrera de Rafael Nadal.
En el Court Central de Wimbledon, Sebastián Nadal le hacía gestos a su hijo para que saliera de ahí. El rostro de su hermana, Maribel, demostraba una profunda angustia. «Rafa, please«, se podía leer en sus labios. Su manager, Carlos Costas, también le señalaba a la distancia que acabara con el sufrimiento, que abandonara el partido.
Eran los cuartos de final de Wimbledon 2022 frente a Taylor Fritz, y el español, en medio del segundo set después de haber perdido el primero, evidenciaba el profundo dolor físico que le generaba una nueva lesión. Aquella vez, los abdominales lo torturaron. Recurrió al fisioterapeuta del torneo, fue atendido en el vestuario e ignoró las súplicas desde su box.
Volvió a la pista a ganar ese set y luego remontaría una desventaja de 2 sets a 1. El paso a semifinales tras ganar el super tiebreak del quinto set en el All England Club fue la última épica de tantas en su carrera.

El propio estadounidense, en dialogo con CLAY, explicó lo que significó jugar contra un Rafael Nadal lesionado.
«Sentí que desde el fondo, derecha, revés, todo era normal. Su movilidad también. Quizá durante un par de juegos parecía diferente, pero en el cuarto y el quinto set recuperaba pelotas que mucha gente normalmente no recuperaría», dijo el número uno de Norteamérica.
Fue con el servicio donde Fritz notó diferencias, que curiosamente terminaron perjudicándolo en vez de darle ventajas: «Empezó a sacar unos 15 kilómetros por hora más despacio, pero sentí que yo devolvía mejor el saque cuando él sacaba más fuerte, porque me daba más ritmo. Cuando Rafa empezó a sacar más suave, tuve que meterme más en la pista y también tuve que ampliar el swing de la devolución porque tenía menos peso con el que trabajar. Me resultó más difícil devolver con fuerza y profundidad cuando su saque era más blando».
Nadal estaba en Londres por primera vez en su vida en carrera por el Grand Slam. Había ganado el más inesperado de sus títulos grandes en la Australia que despreció a Djokovic y cuatro meses después dominó por décima cuarta vez en Roland Garros.

Pero no pudo jugar la semifinal de Wimbledon ante Nick Kyrgios. «Probablemente será el partido más visto de la historia», afirmó el australiano en la previa del partido que no fue, antes de que el campeón de 22 Grand Slams anunciara su walk over.
Tras ese episodio, la colección de lesiones de Nadal terminó por liquidarlo. Ganó solamente cuatro partidos antes de volver a Melbourne a defender su título. Ahí sufrió con la cadera, y comenzó la incertidumbre en torno a cómo se despediría del tenis.
Hasta este 10 de octubre a través de un video en sus redes sociales, donde anunció que su último baile llegará en noviembre, en las finales de la Copa Davis en Málaga.
Sí, tuvo un pasar por los JJOO maravilloso en el que estuvo cerca de pelear por las medallas en el dobles junto a Alcaraz, luego de ser la principal estrella en la ceremonia de inauguración. Pero también supo, justamente ante Novak Djokovic, el rival que más veces enfrentó, que ya no podía, o no debía, seguir siendo tenista profesional.