La gran pregunta del tenis en el último año ya tiene respuesta: Rafael Nadal está vivo, solo necesita sumar partidos para ser muy competitivo.
¿Y si los suma? ¿Qué sucederá si Nadal encadena torneos y competencias? Será, con 38 años, campeón de Roland Garros por décimo quinta vez.
Lo dice una voz autorizada, el español David Ferrer: «Si no se lesiona y llega con partidos será el claro favorito, va a ganar Roland Garros».
Ferrer vio en Las Vegas la notable exhibición que Nadal perdió con lo justo en el super tie break del tercer set ante su compatriota Carlos Alcaraz. A diferencia de lo sucedido con «Break Point», esta vez Netflix ofreció un gran espectáculo y una buena noticia: Nadal tiene derecho a soñar en este 2024.
«Ha vuelto y está preparado para lo que viene», cree otro español, Feliciano López, que también siguió el partido en Las Vegas ganado 3-6, 6-4 y 14-12 por el número dos del mundo.
El 14 veces campeón de Roland Garros mostró golpes notables, el hambre de siempre y un servicio por momentos sorprendente. Es cierto que solo el hecho de que el partido fuera bajo techo impidió que Nadal convirtiera un home-run en el 7-7 del tie break, final, al impactar mal una derecha y lanzar la pelota al cielo, y es cierto, también, que el español se mueve poco, claramente menos que antes.
«Es muy raro verle hacer esto y en un momento decisivo», apuntó el venezolano Nicolás Pereira, ex jugador y experto comentarista televisivo.
«Creo que es la inactividad», apuntaron sus compañeros al observar también oscilaciones en el servicio del ex número uno del mundo, que en los últimos 15 meses jugó apenas tres torneos. «Rafa ha podido practicar poco ese golpe, también tuvo una pequeña contractura que le ha impedido entrenarlo».
Ese, y no el tenis, sigue siendo el gran obstáculo del mallorquín, que tampoco se engaña a sí mismo.
Cuando la entrevistadora de Netflix a pie de cancha le dijo que este partido alejaba «el fantasma de las lesiones», Nadal dio una lección de sentido común: «Una cosa es el nivel de tenis y otra el fantasma de las lesiones. Son dos cosas muy distintas».
A favor tiene que su inteligencia tenística es infinita, se percibe en los puntos, y si logra evitar lesionarse y acumula partidos, el óxido se irá de su carrocería, se moverá mejor y ya no hará home-runs.
¿Se retira en 2024? López no se atreve a firmarlo.
«Yo creo que ni él lo sabe».
Lo que sucede en Las Vegas, queda en Las Vegas, suele decirse.
Esta vez, no. Lo de Nadal va mucho más lejos.