SANTIAGO, Chile – Luego de perder en la segunda ronda del ATP de Buenos Aires, los videos del entrenamiento de Dominic Thiem recorrieron las redes. Llovía fuerte en la capital argentina, y el austríaco junto a su entrenador, el chileno Nicolás Massú, no perdían el tiempo, ya con la cabeza puesta en Río de Janeiro.
Pasó por Argentina, pasó por Brasil, pasó por Chile. Sin éxito antes en Australia. El ex número tres del mundo atraviesa por un mal momento: «Juego muy bien en las prácticas, pero apenas entro a los partidos, muchos problemas vienen a mí. Mucho pasa por la parte mental».
Una situación muy diferente a la que el propio Thiem imaginaba durante una conversación con CLAY en Arabia Saudita a fines de diciembre: «El objetivo es una gran temporada 2023».
«Lo he visto como una experiencia de aprendizaje, como una buena experiencia, porque las lesiones les ocurren a los deportistas y no es bueno estar mal mentalmente o lo que sea. Creo que es importante tomárselo como una experiencia vital, una experiencia deportiva. Así es como intento enfocarlo».
Buenas intenciones de Dominic Thiem, pero sin los resultados que esperaba el austríaco.
El campeón del US Open 2020 no ha sido el mismo desde que una lesión en su muñeca lo quitara de las competencias a mediados de 2021. En la arcilla de Sudamérica poco se vio de aquel dos veces finalista de Roland Garros. Comete demasiados errores, sobre todo con su derecha, su golpe más letal. Falla pelotas a una altura cómoda. Exhibe un lenguaje corporal desabrido, sin chispa, y con una falta de confianza brutal.
Luego lo explica en conferencia de prensa, con brutal honestidad y muy decepcionado, después de perder en la primera ronda del ATP de Santiago por 6-2 y 7-6 (7-2) contra el local Cristian Garin: «Él jugó bien, pero yo se lo hice muy fácil. No le di muchas dificultades. No fui lo suficientemente agresivo, estuve demasiado lento, jugué demasiado corto. Si juego así, muchos jugadores se ven bien contra mí. No fui verdaderamente un duro desafío».
Thiem lo sabe. Con lo que muestra en la pista, no ganará partidos de nivel ATP con jugadores que impongan un nivel relativamente estándar.
Físicamente, asegura, que su cuerpo se siente bien. Los dolores y las molestias corporales ya quedaron atrás, y las complicaciones se trasladaron a su cabeza. Thiem no logra encontrar la concentración durante los partidos, y su mochila de problemas lucen carentes de soluciones que el austríaco se ha pasado buscando sin éxito. «Estoy trabajando para volver a encontrar en camino. Iré a Indian Wells a darme una nueva oportunidad».
En California fue campeón en 2019 y no ha regresado desde entonces. Jamás pudo defender ese título: en 2020 el evento no se realizó gracias a la pandemia, y en las ediciones de 2021 (octubre) y 2022 (marzo) Thiem fue baja por lesión. En 2023 recibió un wild card, al igual que en los tres torneos que jugó sobre arcilla en Sudamérica.
Eventos a los que venía a buscar un baño de confianza y mayor ritmo luego de un estreno ingrato en Australia (derrota en el debut ante Andrey Rublev). En cambio, sobrevolará América de sur a norte repleto de inseguridad y con preguntas irresueltas luego de sus derrotas ante el peruano Juan Pablo Varillas, el brasileño Thiago Monteiro y Garin. Tenistas que a pesar de mostrar un buen nivel en aquellos partidos, en el papel no habrían supuesto un obstáculo mayúsculo para el viejo Thiem.
Las torturas de su muñeca transformaron a quien maravillaba a todos con su tenis agresivo y su presencia en las instancias finales de los torneos importantes, a un deportista extraviado.
Durante algunos años era quizás la única amenaza para el Big Three y un constante candidato en los títulos grandes. Hoy, su lastre está en la cabeza y tendrá que ahuyentar a sus fantasmas si quiere colarse de nuevo en lo más alto, justo en una época donde Novak Djokovic y Rafael Nadal siguen siendo los máximos candidatos en lo Grand Slams, pero que sumó a muchísimos más residentes de esa esfera en la que Thiem era el principal actor.
En Madrid, en uno de sus primeros torneos de vuelta a las competencias en 2022, Andy Murray le dejaba un mensaje esperanzador en la red después de derrotarlo en primera ronda. «Espero que te sientas mejor muy pronto, amigo. Es genial volver a verte. Sigue adelante, toma mucho tiempo, pero estarás bien».
Murray hablaba con autoridad y con la experiencia de haber experimentado un retorno complicado que ha encontrado por fin una ruta despejada y exitosa. Un camino que una de las grandes figuras del tenis del último lustro está obligado a seguir si quiere volver a ser Dominic Thiem: largo y a prueba de impacientes.
One Reply to “Extraviado y con la confianza baja: el nuevo Dominic Thiem”
Ivy melendez
Exelente te reportaje. Luego de Roger Federer , thiem es mi tenista favorito espero vuelva