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Alcaraz, la «desconexión peligrosa» y la ambición desmesurada que juegan en su contra

Su explosión como adolescente y los números mejores a los del «Big Three» cuando estos no superaban los 20 años han hecho que a Carlos Alcaraz se le mida con otra vara.

Lo hacen los medios, los fans y sus rivales. Pero por sobre todo, lo hace él mismo. Y eso varias veces resta más de lo que suma. Su paso por Melbourne fue una prueba de aquello.

Ser un adolescente y estar ya metido entre los mejores tenistas del siglo XXI, ya contar con un par de títulos de Grand Slam en sus vitrinas y un fin de año al tope del ranking hacen que una eliminación en cuartos de final del Abierto de Australia sea una decepción… y a pesar de que fue su mejor resultado de su breve carrera en la primera cita grande del año.

Una alerta muy temprana y varias veces repetida, por suerte para él y su equipo, de que la cabeza le está jugando al español una mala pasada en los grandes escenarios del tenis.

Los últimos 12 meses ya crean una tendencia para analizar: la mente remó, en tres de cuatro veces, para el lado contrario en los Grand Slams. En Roland Garros el nerviosismo que comenzó antes de la semifinal contra Novak Djokovic le provocó calambres; en el US Open, contra Daniil Medvedev, explicó que “se fue a la luna” en momentos claves con consecuencias catastróficas; y frente a Alexander Zverev su desconexión le hizo regalar los dos sets iniciales, cosa que lo encaminó a una derrota dolorosa: 1-6, 3-6, 7-6 (7-2) y 4-6.

Son esas «desconexiones peligrosas» de las que ya ha reconocido Juan Carlos Ferrero, su coach, quien no pudo viajar a Melbourne por una operación en la rodilla. El ex número uno del mundo en 2003 contó a CLAY en una entrevista a principios de 2023 que aquello era uno de los aspectos más urgentes de lo que su pupilo debía mejorar: “Debe ser mejor en los comienzos de los partidos, más regular, porque muchas veces le cuesta un poco empezar”.

Es verdad que en Melbourne se encontró con un tenista que jugó un tenis sublime. Alexander Zverev viene demostrando su gran calidad después de una lesión que lo hizo pensar en que nunca volvería a ser el mismo. Pero la desconexión de Alcaraz con su propio tenis en las primeras dos horas del partido es la señal que terminó por permanecer y que seguro será una materia a la que Ferrero le dedicará horas extra.

Alcaraz supo reconocerlo, pero no encontró explicaciones: «No sé lo que me ha pasado. Tengo que verlo con mi equipo porque yo sinceramente sigo un poco en caliente y tengo que ver qué conclusiones sacar. Nadie es perfecto y tengo que mejorar eso. No voy a excusarme por la edad, pero tengo 20 años y personalmente pienso que es algo normal que me pase».

Con arranques de sinceridad ha hecho públicas sus metas ambiciosas, y estos días en Melbourne Park, frente a la prensa internacional ha dejado frases que, tras un tropiezo fuera de los planes, invitan a reflexionar. ¿Qué tanto le conviene a Alcaraz expresar que en lo único que piensa es en batir los hiperlejanos records de Djokovic? ¿No será desmesurada su ambición?

Rod Laver dijo, con esa voz autorizada propia del único hombre que en la Era Profesional del tenis ganó todos los Grand Slams un mismo año (1969), que “salvo milagro” ya había que ponerle el nombre del serbio por décima primera vez al trofeo de Melbourne. Un caramelo para los medios españoles presentes en el evento, que en un encuentro con el número dos del mundo no dejaron pasar la oportunidad de pedirle una declaración ante los dichos del australiano.

“Me llamo milagro”, respondió Alcaraz. Fue por una parte, una broma seguida de risas, pero no deja de estar cargada de verdad respecto a las convicciones del español que muchas veces pueden quitarlo del verdadero foco.

Desde el mes de febrero hasta que termine Wimbledon, Alcaraz tiene mucho trabajo: deberá revalidar 6675 puntos. La responsabilidad de tener que defender títulos en todas las superficies y todas las categorías (Buenos Aires, Indian Wells, Barcelona, Madrid, Queens y en el All England Club) seguro no se llevará fácil después de un inicio del año tan dubitativo en la cancha.

De vez en cuando es un joven.

De tanto en tanto nos acordamos que tiene 20 años.

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Reporteando el tenis alrededor del mundo desde hace 10 años. Ha colaborado con medios como La Tercera, Cooperativa, Infobae, y Racquet. Fundador del ex programa de radio Tercer Saque. Pluma & Lente es su espacio personal donde cuenta sus viajes y aventuras.