BUENOS AIRES – Juan Carlos Ferrero es Dorian Grey. Veinte años después de alcanzar el número uno del tenis, el español no parece mostrar síntomas de envejecimiento. A los 43 años está prácticamente igual que a los 23, aunque admite no tener ya resto físico ni tenístico para jugar de igual a igual un set con Carlos Alcaraz, el hombre al que viene construyendo pacientemente como jugador desde hace cinco años, el joven al que instaló en el número uno en la temporada 2022.
«Me da para aguantar el nivel 45 minutos, luego la edad se nota. Carlos ya juega muy rápido para mí. No doy el nivel necesario para hacer un set muy parejo», admite Juan Carlos Ferrero durante una entrevista con CLAY en la que da las claves del hombre que, tras cuatro meses de ausencia por lesión, regresa al circuito en el Argentina Open, en Buenos Aires.
«Tiene muchas cosas por mejorar», asegura Ferrero. Y las enumera con precisión y frialdad de cirujano. No es la relación de Toni y Rafael Nadal, ya que no hay parentesco, pero está claro que Ferrero aplica algo de aquella disciplina prusiana con que fue formado aquel sobrino que ganó 14 veces Roland Garros. El método funcionó muy bien, y lo mismo se puede decir de Ferrero y Alcaraz.
Entrevista a Juan Carlos Ferrero
– ¿Qué objetivos se puede plantear un jugador que en la temporada anterior ganó su primer Grand Slam y cerró el año como número uno?
– Es obviamente un joven que tiene muchísimos objetivos por cumplir todavía. Roland Garros es para él un objetivo muy claro, también el ser más consistente en la temporada de tierra. Indian Wells es un torneo que le gustaría ganar, hay muchísimos torneos que le motivan mucho. Hablé con él de que tiene muchos aspectos que mejorar todavía. Djokovic y Rafa se lo van a poner muy difícil, así como otros jugadores.
– Tras convertirse en número uno, ¿qué cambió en Alcaraz? ¿Vio algo en especial?
– No, si hablamos de personalidad y carácter no, pero muchas de las cosas que se viven en el día a día sí que cambian. Él ha tenido que adaptarse tras el título en el US Open a todo lo que le está pasando, eso le tenía que pasar factura, como era normal, como era de esperar. Pero terminar como número uno el año le hizo tener más tiempo para adaptarte mejor a la nueva situación
– Habló de todo lo que tiene aún por mejorar. ¿Qué es todo eso que tiene que mejorar?
– Tiene muchas cosas por mejorar. La consistencia en el saque, en el resto (devolución) tener mejores direcciones, ser mejor en los comienzos de los partidos, más regular, porque muchas veces le cuesta un poco empezar. Y a nivel técnico también tiene muchas cosas que mejorar, como el revés cortado, el bloqueo en el resto… Cosas que a los 19 años por mucho que estés número uno tienes que pulir.
– Cuando lee que Alcaraz tiene cosas de Federer, de Nadal y de Djokovic en su juego, ¿coincide?
– Bueno, obviamente para ser número uno tienes que tener muchas cosas buenas, y las comparaciones siempre están ahí. Que le comparen con estos jugadores, un poquito de cada uno, para nosotros son palabras mágicas. A nivel mental es un jugador bueno que está creciendo en ese aspecto, a nivel competitivo es buenísimo, a nivel de golpes tiene esa agresividad de Djokovic, ese subir a la red de Roger y mentalmente, obviamente, Rafa. Si se los quiere comparar con los tres iría por ahí.
– ¿Y qué tiene Alcaraz de aquel jugador que fue Juan Carlos Ferrero?
– La capacidad de saber adaptarse a los problemas, que es una de las cosas en la que le insisto. Cuando uno es joven no sabe lidiar con todos los contratiempos que surgen en la temporada, y él ha ido creciendo en ese aspecto. La forma de entrenar es muy mía: mucha intensidad con objetivos muy claros. Y lo de ser buen chico, humilde es educación de los padres, viene de casa, y no he tenido que tocar nada.
– Antonio Martinez Cascales, su ex entrenador y ahora co-entrenador de Alcaraz, dijo en una entrevista con CLAY que ha visto en los entrenamientos golpes con los que no se había topado en su vida. ¿Es así?
– Sí, en estos cuatro años he visto golpes fantásticos, de magia, de talento, es un jugador diferente a todo lo que he visto. Al ser su entrenador veo esos golpes de que habla Antonio. Saca golpes de la chistera fantásticos.
– ¿Hay algún golpe que haya visto en los entrenamientos que no se haya visto en los torneos?
– El más difícil y complicado fue el passing-shot a De Miñaur match point abajo en el Conde de Godó. El del US Open (passing-shot por la espalda y a la carrera) fue un puntazo, pero a la vez muy natural, porque casi no tenía otra opción. Pero son golpes muy difíciles de ver en jugadores que no sean especiales
– Nadal y Djokovic pueden ganar jugando entre mal y regular. ¿Está Alcaraz ya en ese nivel?
– Lo bueno de los que son muy buenos es que un mal día les da para dar un gran nivel. Carlos eso siempre lo ha tenido, desde pequeño, le he visto malos días en los que se recompone y puede volver a competir tras un muy mal set. Eso le ha hecho ganar muchos partidos este año.
– Los grandes rivales de 2023, ¿seguirán siendo Nadal y Djokovic?
– Rafa y Djokovic se han ganado el estar ahí, no se les puede excluir. Claro que a los demás también les pongo opciones. Tsitsipas, Zverev, Rublev, Medvedev, que siempre da el nivel. Hay muchos con opciones de poder levantar un título de grand Slam, pero a Rafa y Novak es imposible sacarlos de la ecuación
– Tuvo la oportunidad de entrenar en paralelo a Zverev, pero siempre optó por Alcaraz. ¿Por qué?
– Es que si entrenas a dos jugadores no das el cien por ciento. Entrenar es un trabajo diario, si te vas con otro semas por ahí no estás haciendo el trabajo al cien por ciento. Yo me metí de lleno en el proyecto de Carlos cuando él tenía 15 años, y yo veía que si yo compartía con otro jugador mi tiempo no iba a poder trabajar de la forma adecuada con Carlos para que subiera de nivel. Rápido, sin prisa, pero sin pausa.
– Tras aquel breve tiempo en que lo entrenó, Zverev llegó a decir que hubo falta de respeto de su parte. ¿Qué sede decir?
– Lo que nos diferenciaba era el profesionalismo, él tenía una cultura muy diferente a la mía. Y yo reconozco que en algunas cosas soy bastante cuadriculado, pero en otras cosas no lo era tanto. No encajábamos del todo en algunos aspectos y decidimos separar nuestros caminos y ahora siempre que nos vemos tenemos una magnífica relación con él, su familia y todo su equipo.
– Junto con Alcaraz, en 2022 ganaron el primer Grand Slam y llegaron al número uno. ¿Qué sería un éxito en 2023?
– El objetivo es seguir creciendo como jugador. Lo que queremos es que siga arriba mucho tiempo, que siga jugando bien, que siga compitiendo y ganando torneos muy importantes. Hablar de torneos y éxitos es precipitado y poner un poco de presión encima de él. Él sabe que no tiene que, pero si es uno de los favoritos para ganar los torneos. Sabemos que si da el nivel va a tener opción de ganar torneos importantes. Decir hoy qué sería un éxito y qué no es muy difícil. estar contento consigo mismo y el trabajo que hace, dar el cien por cien, es su obligación. Ganar torneos no es su obligación. Ganar torneos es consecuencia de aquello. Si no termina 2023 como número uno… Ya ves los nombres que hay ahí arriba y lo difícil que es, haremos lo mejor para tener el mejor año posible. Carlos ha hecho un año fantástico, igualarlo sería un super éxito y mejorarlo ni te cuenta. Y si juega un poquito peor entra dentro de lo normal. Pero Carlos me sorprende muchísimo, cuando piensa que ya no es posible algo saca cosas de la manga.
– Usted competía en el circuito antes de que llegara Nadal, llegó al número uno cuando comenzaba a impactar como jugador y ahora entrena al joven que le disputa el número uno a Nadal. Si se la piensa un poco es una historia extraordinaria.
– Es muy bonita, hay una relación muy buena, muy sana (con Nadal) y está siendo muy bonita vivirla, claro que sí.
– ¿Ve a Nadal jugando hasta los 40?
– Como bien ha dicho él, él sigue con muchas ganas y creo que es el físico el que va a poner los límites. En 2022 ganó titulazos como dos Grand Slam, es normal que siga motivado. Te desmotiva cuando ya no das el nivel. Mientras siga dando el nivel que está dando seguirá igual de motivado. Se retirará cuando no se siente competitivo y no lo esté pasando bien.
– ¿Qué es diferente en el tenis de hoy en comparación con su época?
– Los jugadores, el tenis y el deporte van creciendo. Comparar las épocas ha sido complicado. ¿Ahora se juega diferente a antes? En algunos aspectos sí, en otros no. Las bolas son diferentes, las raquetas también, los cordajes han mejorado, las pistas son en general más lentas. La gran diferencia es que antes se construía más la jugada, ahora se juega mucho a destruir, hay mucha explosividad en los jugadores, mucha potencia, no se construye tanto el punto.
– Ex exactamente lo mismo que dijo Nadal en noviembre en Buenos Aires.
– ¡No lo había escuchado! Coincidimos.
– Como campeón y ex capitán de la Copa Davis, ¿le gusta el nuevo formato del torneo?
– El formato de antes era más especial, tanto el jugar en casa como el gancho especial de jugar afuera. Era saber jugar con todo en contra, recuerdo eliminatorias muy difíciles en las que salí más fuerte a nivel mental. Recuerdo una en Holanda que fue bastante chocante, otra en Marruecos que era en casa, pero parecíamos estar fuera de casa. Lo mismo con Argentina en Málaga. A mí me divertía mucho la Copa Davis y era una formato muy bonito. A veces no todo evoluciona para bien. A nivel de agenda para los jugadores es mejor, a nivel de enganche para el público, no.
– ¿Es usted Dorian Grey?
– (ríe) Debe ser el frío de Villena. Bueno, yo sigo las rutinas de mis jugadores. Dos horas con Carlos entrenado ayudan, también me sumo al gimnasio, me gusta seguir trabajando y mantenerme bien. Y vivo en la academia, tengo todo muy fácil para mantenerme bien.
– ¿Cómo le va jugando mano a mano con Alcaraz?
– Y no, ya no. Me da para aguantar el nivel 45 minutos, luego la edad se nota. Carlos ya juega muy rápido para mí. No doy el nivel necesario para hacerle un set muy parejo.
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