SANTIAGO, Chile – Con una temporada llena de primeras veces por delante, Francisco Comesaña tiene un deseo claro: «¡Quiero jugar contra Djokovic!»
Comesaña, de 24 años, es una novedad para el circuito internacional: su carácter alegre, incluso en los momentos más complejos de los partidos, da un baño de frescura que cautiva a todo aquel que lo descubre.
«Disfruto incluso del sufrimiento y de estar cansado», dijo a CLAY la nueva sensación del tenis en una entrevista en Santiago de Chile, donde disputa el Chile Open, apenas el décimo torneo ATP en su vida. Son para Comesaña días más que felices, luego de vivir una semana mágica en Río de Janeiro, con victoria sobre Alexander Zverev camino a sus primeras semifinales.
El nacido en Mar del Plata, tierra de grandes campeones como Guilermo Vilas y, en dobles, Horacio Zeballos, da un consejo a aquellos jugadores a los que el tenis los está saturando, cansando y agobiando: que se dediquen a gozar del privilegio de ser un tenista profesional.
Entrevista a Francisco Comesaña
– Todos los tenistas tienen su derecha, revés, el saque. Golpes con los que intentan ganar partidos. Usted, además, tiene su sonrisa. Se ve que sonreír siempre le suma mucho a su tenis y a su vida.
– ¡Es que disfruto mucho adentro de la cancha! Disfruto incluso del sufrimiento, de las horas de entrenamiento bajo el sol o con frío, de estar cansado. Estoy haciendo lo que más me gusta. El tenis, con todo lo que conlleva, me hace sentir muy feliz y me genera un bienestar enorme, entonces la sonrisa es un reflejo de todo eso y algo que me caracteriza.

– Incluso en los momentos más estresantes de un partido ahí está su risa. Cuando pierde un partido va y saluda a su rival sonriendo. Eso no es común en el circuito.
– Sí, cuando pierde uno también se enoja, pero creo que intento saludar bien a mi rival porque obviamente se lo mereció y después intento cambiar rápido el chip para preparar lo que es la semana siguiente. Este deporte te da revancha constantemente, eso es lo bueno que tiene el tenis.
– ¿Qué le pasa a usted cuando escucha a los tenistas quejarse de que el calendario es muy largo, que debería haber menos torneos? ¿No cree que el tenista del presente se queja demasiado?
– Yo entiendo que sea muy difícil para algunos jugadores, porque juegan muchos partidos al año. Carlos Alcaraz está jugando unos 70 u 80 partidos al año. Además de las exhibiciones, que creo que están un poco de más. Y súmale todo lo que viaja. Yo el año pasado jugué entre 25 y 30 torneos, fue el año que más torneos jugué, obviamente se hace un poco largo a veces porque pasamos un montón de tiempo fuera de casa, pero al final me siento y digo: hay que ser agradecido, estoy haciendo lo que quiero y lo que me encanta. Entonces, mientras esté sano y pueda seguir compitiendo, la verdad es que jugaría todas las semanas.
– Entonces le preguntaré de nuevo cuando esté con el ritmo de un top 20.
– Hay que ver obviamente a medida que suba el nivel y capaz juegue más partidos. Hay que ver la exigencia física y mental, el desgaste que pueda llegar a tener, pero bueno, mientras tanto yo por ahora estoy bien, no sé obviamente cómo funcionará la cabeza de esos jugadores a tan alto nivel porque la exigencia es muy alta durante muchísimos años, no solo en una sola temporada, sino en la suma de muchos años seguidos.
– ¿Qué consejo le daría a esos tenistas que no están disfrutando del tenis, a los que quizás la exigencia del circuito ya los tiene saturados?
– Que si el tenis es lo que realmente les gusta, que se dediquen a gozar de ese privilegio. Y que se rodeen de buena gente, de un equipo que no solo les aporte en lo tenístico, sino que les ayude para la vida también. Eso es lo que estoy viviendo yo.
– ¿Encontró alguna herramienta extra-tenística que lo haya ayudado para dar con ese bienestar?
– Sí. La meditación. Me ha ayudando mucho poder hacer algunas meditaciones porque me ayuda a bajar el ritmo, a relajarme. Hoy tenemos demasiada exposición a las redes y hay mucha gente que te… no lo quiero decir mal, pero bueno, te putean. Demasiada gente te tira mucha mala energía, pero también a su vez hay un montón de gente que te tira buena energía, entonces hay que agarrarse de lo bueno. Poder liberarse un poco del teléfono es importante para vivir un poquito más tranquilo.
– ¿Está intentando desintoxicarse del uso del teléfono?
– La estoy haciendo y me está ayudando bastante.
– Ganarle a un número dos del mundo no es algo que pase a cada rato. Tras su notable triunfo frente a Alexander Zverev en Río de Janeiro, ¿qué siente que significa para usted aquella noche mágica?
– Intento tomarla como una victoria muy importante en mi vida, obviamente, pero sigue siendo una más. Miro la película completa y la verdad es que toda la semana pasada en Brasil fue dar un gran paso. El tenis es increíble, pude haber perdido contra (Gustavo) Heide en primera ronda, contra (Nicolás) Jarry en segunda, y después lo mismo con Zverev. Con (Alexandre) Muller perdí, pero también pude haber ganado. Fueron partidos que se definieron por detalles y eso es muy común en este deporte. El tenis es muy parejo, entonces estoy conforme con el hecho de que pude confiar en mis capacidades y salí a buscar las oportunidades en la cancha y así pude ganar partidos muy difíciles.
– Hábleme un poco de su familia. Usted es muy unido a sus padres y su hermano. Viajaron juntos al US Open. Tienen una relación muy especial, ¿no?
– Sí, somos muy unidos entre nosotros, tenemos una muy linda familia. A ellos se les hace un poquito más difícil, porque ya hace siete, ocho años que vivo en Buenos Aires, lejos de mi casa de Mar del Plata. Sé que me extrañan mucho, así que intento en los momentos que puedo y en los que estoy en Argentina, escaparme a verlos y pasar fines de semana juntos, salir a comer. Ayer me habló mi papá y le dije ‘papi, estoy un poco desconectado, por eso no estoy charlando con la familia’, seguramente en un rato lo vaya a llamar, así le cuento un poquito lo que pasa acá, ni tuvimos tiempo de charlar todavía sobre lo que pasó en Río.

– Viene de la tierra de Guillermo Vilas y Horacio Zeballos, que fue número uno del mundo en dobles. ¿Qué significa eso para usted?
– Yo empecé a jugar en la academia de tenis de Zeballos. Y Vilas es una inspiración muy especial. Es el mejor tenista en la historia del tenis argentino y la verdad es que ser de Mar del Plata igual que él es un orgullo para mí. Intento representar a mi ciudad de la mejor manera posible.
– En un año en el que experimentará muchas cosas nuevas… ¿a quién desea con más ganas enfrentar?
– Sí, será un año de muchas primeras veces. Y me están gustando los desafíos grandes, así que quiero jugar contra más top ten. ¡Djokovic! Me gustaría enfrentar a Djokovic antes de que se retire. No sé cuando será. Me perdí a Federer. Nunca pude compartir un vestuario con él. Sí con Nadal, pero con él tampoco tuve la suerte de jugar y lo tuve muy lejos. Ahora con Djokovic estoy compartiendo algún que otro cuadro principal. Contra él quiero jugar.