El tenis argentino celebró en mayo de 2024 algo que en su historia se ha contando con los dedos de una mano: tener a un número uno del mundo.
Horacio Zeballos es el cuarto tenista profesional argentino que llega oficialmente a la cima de su disciplina. Un logro impresionante, pero que enfrenta una paradoja. Todo indica que no podrá representar a su país en los Juegos Olímpicos.
Guillermo Coria, capitán del equipo de tenis de Argentina tiene hasta el 4 de julio para confirmar la lista y Zeballos quedaría fuera. El dobles lo jugarían Andrés Molteni (16°) y Máximo González (17°). Excluido el actual mejor del mundo (junto a su compañero español Marcel Granollers) en la cita más importante del deporte por naciones.
Antes que Zeballos, Paola Súarez y Gisela Dulko fueron las primeras en el dobles femenino, y Gustavo Fernández en el singles del tenis en silla de ruedas.
Y Guillermo Vilas, el más importante de todos, también llegó a lo más alto según investigaciones que lo comprueban. La ATP no se ha esforzado en reconocer al ícono popular argentino como el número uno del mundo que fue en 1975. O no ha querido, o no ha podido.
La obsesión y el drama deportivo de Vilas traspasó el círculo del deporte y agarró por momentos el carácter de causa nacional. Y aunque esa sea otra larga e interesante historia, la injusticia que sufre el mito del tenis argentino por la que él y su país llevan reclamando más de 40 años, hace incongruente que hoy no se valore a un número uno.
¿Tiene que ver la inminente decisión de la Asociación Argentina de Tenis (AAT) con un conflicto de intereses?
El vicepresidente de la AAT, Mariano Zabaleta es un convencido de que la dupla Molteni- González debe ir. Sí que ahí hay un conflicto de intereses mayúsculo, porque Zabaleta es fundador de Summa Sports, la agencia que representa a la dupla argentina.
Es cierto que Molteni y González hacen un dúo exitoso, son los campeones de Cincinnati y ambos están entre los veinte mejores del mundo, pero también es cierto que juntos no han superado los cuartos de final en un Grand Slam; Zeballos, ya es un habitante recurrente en semifinales y finales de los torneos más grandes.
¿Que el dobles es otro deporte y que la química de la dupla es lo más fundamental? Sí, pero Zeballos también se conoce bien con sus compatriotas con quiénes ha ganado varios títulos.
«Siento que tanto con ‘Machi’ como con ‘Molto’ podríamos hacerlo muy bien. Hemos jugado muy bien juntos. Con cualquiera de los dos sería una buena pareja», dijo Zeballos en entrevista con CLAY durante Roland Garros.
Allí se jugaba de manera extraoficial la «clasificación» a los Juegos. De haber sido campeón, a Coria y a la AAT no le habría quedado otra alternativa más que nominarlo.
No hubo título en París y perderá el uno del ranking luego de su traspié en semifinales. Pero ya Zeballos no necesita demostrarlo. Él es el que tiene todos los méritos para volver a Bois de Boulogne a luchar por una medalla olímpica para Argentina.
Y que le encuentren un acompañante. Un número uno del mundo no se puede despreciar.
