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ENTREVISTA A TONI NADAL – El día que le dijo a Rafael «me voy», por qué su sobrino podría tener 28 títulos de Grand Slam y la seguridad de que Federer vuelve para jugar en 2023

PARÍS – Un día, Toni Nadal dijo «me voy». Su sobrino, Rafael, no podía creerlo, pero Toni tenía sus razones: ya no se sentía útil. Otro día, Toni decidió asesorar a Felix Auger-Aliassime, aunque antes de firmar contrato le dejó algo bien claro: nunca, jamás, haría nada que pudiera perjudicar a su sobrino.
Si en los octavos de final de este Roland Garros se produce un Felix versus Rafa, Toni se irá a su hotel a ver el partido desde la distancia. Y no le dará un solo consejo al canadiense.
«Yo, por encima de todo, soy tío de Rafael», dijo el hombre que dirigió a Nadal en 16 de los 21 títulos de Grand Slam que ganó.
Durante una entrevista con CLAY en París, Toni Nadal habló de todo: del momento de su sobrino, de por qué el saque fue siempre su golpe problemático y de la vigencia de Roger Federer, al que ve jugado en 2023. Y de por qué Nadal podría tener hoy no 21, sino 28 títulos de Grad Slam.
– ¿Cuál es su relación con Félix Auger-Aliassime?
– Es diferente a la que tenía con Rafael, de Félix soy colaborador, no es lo mismo que ser entrenador. No estoy constantemente con él, no es mi función. Soy un asesor, no viajo mucho. Hacemos alguna videoconferencia, es un tema diferente. 
– ¿Por qué eligió asesorarlo?
– Me hablaron bien de él como persona, y yo no me iría nunca con un maleducado
– No entrenaría a Kyrgios…
– Bueno, no quiero decir nombres. Pero no entrenaría a nadie que no me tuviera un respeto, es mi filosofía de vida. No tengo, además, necesidad de hacerlo, pero Félix era un buen proyecto en la academia (se refiere a la de Nadal en Mallorca). Y como director que soy de la academia, colaborar con un jugador del circuito es algo que nos va bien. O Casper Ruud, o Munar. 
 – ¿Cómo definiría el tenista que es Auger-Aliassime?
– Es de los top ten que más recorrido tiene, porque aún puede mejorar aspectos muy claros de su juego. Saca muy bien, tiene mucha potencia en sus golpes. Para mejorar… Puede tener algo más de precisión en el drive y más control en el revés. Y físicamente es un portento. Tiene un muy buen recorrido.
 – ¿Cómo se motiva tras haber entrenado a Nadal y logrado lo que ningún otro entrenador puede decir, 16 títulos de Grand Slam?
– A mí no me motiva tanto ganar un Grand Slam como la sensación de sentirme útil. En la vida uno se motiva cuando se siente útil. Yo me sentía mucho más útil con Rafael cuando era joven que cuando él estaba aquí ya jugando.
– ¿Hubo un momento en el que dejó de sentirse útil?
– Bueno, sí. Entendí que mi aportación no era necesaria. Cuando entendí eso me fui.
 – ¿Y cómo se llegó a la decisión, fue una conversación?
– No, fue una cosa mía. Lo que le da sentido a la vida es sentirte útil. Está claro que un entrenador tiene muchas más posibilidades de aportar en un chico en formación que en un chico ya hecho. ¿Puedo aportar en Félix? Bueno, puedo aportar algo, pero el trabajo lo hicieron los que le entrenaron de pequeño. 
– Ya no me siento útil, se dijo. ¿No hubo una conversación con Nadal?
– No, no hubo conversación. Yo estaba dando un curso de entrenador en Budapest y un periodista me hizo una pregunta sobre la academia y yo dije que el año que viene estaría más tiempo en la academia, porque no iba a viajar con Rafael. Yo creía que eso se quedaba allí, pero salió por todos lados, y mi sobrino se quedó sorprendido. Yo creía que cuando yo me iba no le hacía ningún daño a mi sobrino, porque veía que él ya estaba bien servido con Carlos (Moyá) y con Francis (Roig) y que yo aportaba poca cosa. Pues me voy. 
– Hoy lo ve a Nadal y, ¿qué ve?
– Un sobrino mío que cuando le veo jugar muchas veces le veo jugar bien, otras no tanto. Los cambios son obligados por el físico, la edad, los rivales. Creo que hay aspectos del juego de Rafael, como el saque, que se han mejorado bastante. 
– ¿Hay cada tanto algún consejo de su parte hacia él?
– La verdad que no hablo mucho de tenis con él. Si tengo la oportunidad le digo algo, pero tengo claro que tine sus entrenadores y que no necesita que yo le diga nada
– El saque es seguramente el golpe que más le costó, ¿coincide?
– Sí, hicimos durante muchos años pruebas para mejorar. No tuvo constancia, por momentos sacó bien. Creo que hoy esto lo mejoró, las direcciones en el saque, está sacando más relajado de muñeca.
– ¿Tiene demasiada fuerza y no relaja la muñeca?
– No, no. El tiene un problema de coordinación, porque él es diestro y como zurdo le costaba mucho. Pero tampoco necesitaba sacar más fuerte, porque eso hacía que el juego fuera mucho más rápido, y tampoco nos interesaba eso. Pero hay momentos en los que tomas la decisión, porque ya no corres tanto. Es como Federer con el revés, que empezó a pegarle más duro cuando vio que ya no podía correr tanto. 
– ¿Nadal decidió entonces sacar menos fuerte para que el juego no se acelerara?
– Recuerdo un año en Australia que sacamos más fuerte… La pelota venía más rápido y nos iba peor. Era casi mejor no sacar muy rápido. Pero cuando ya no puedes estar cinco horas en la pista y correr tanto, tienes que hacer un cambio. Con buen criterio, Carlos Moyá le hizo sacar el segundo más fuerte.
– Todo lo que se ha venido hablando estas semanas del dolor y la lesión en el pie… Es en realidad algo que tuvo toda la vida, ¿o no?
– Toda la vida, toda la vida.
– ¿Hay un agravamiento?
– No lo sé, yo desde hace años que no hablo mucho del tema del pie, prefiero no repetir mucho los problemas porque se agrandan. Pero el tema del pie es desde 2005, no es una novedad.
– Ha convivido muchos años con Nadal, ¿era un dolor insoportable?
– Muchas veces hemos tenido que parar entrenos.
– Es un locura, 17, 18 años jugando con ese dolor…
– Muchos deportistas tienen problemas, Rafael los ha tenido un poco más grandes, pero es lo que hay. Demasiado bien le ha ido en la vida a mi sobrino.
– Cuando ve la explosión de Alcaraz en este 2022, ¿le vienen recuerdos de la explosión de Nadal en 2005?
– No, no me trae recuerdos del 2005, veo a un jugador con un potencial muy elevado. Creo que va a ser el mejor, claramente. De los jóvenes es el mejor. Serio candidato al número uno. Tiene de todo, le pega muy bien de drive, muy bien de revés, tácticamente juega bien, es valiente…
 – Y tiene un muy buen saque.
– Buen saque, buena mentalidad. Es muy completo.

Rafael Nadal saluda a Carlos Alcaraz tras derrotarlo en las semifinales de Indian Wells 2022 / Jayne Kamin-Oncea-USA TODAY Sports

 – ¿Como es posible que España lo vuelva a hacer? En enero, Nadal gana Australia, y ahora esto. 
– Hay un efecto de imitación. Emilio Sánchez Vicario, Brugera, Corretja, Moyá, Ferrero, Ferrer, Feliciano, Rafael… La gente se daba cuerda uno con otros. Para Alcaraz, ver a Rafael tantos años ganando y lo que hacía… Te hace pensar que tú también puedes hacerlo.
– Dijo recientemente en una columna en «El País» que Roland Garros se ha vuelto un torneo más frío. ¿Por qué?
– Hoy en día tendemos a que esté todo ordenado. Cuando tú ordenas todo, al final es más frío. Para hablar con los periodistas en este torneo ahora todo es una complicación. Antes lo arreglábamos sin problemas, ahora hay que buscar un espacio. Tendemos excesivamente a regular todo. 
– ¿Hasta cuándo se queda en París?
– Me quedo hasta que mi jugador pierda.
– Podrían ser dos semanas…
– Está complicado el cuadro, es que (Auger-Aliassime) le tendría que ganar a mi sobrino.
– ¿Y ahí qué haría?
– Si juegan los dos, no iría a la pista. 
– ¿Pero lo seguiría asesorando?
– No, hombre no. No le diría nada para que le ganara a mi sobrino. Yo ya se lo dije: no le voy a decir si mi sobrino tiene esto o lo otro. Yo por encima de todo soy tío de Rafael, he estado muchos años con Rafael, trabajo para Rafael en la academia. Y aunque no trabajara para Rafael, es mi sobrino. No me voy a ir a decirle al otro como tiene que ganarle.
– O sea que esto fue hablado con Auger-Aliassime…
– Claro, claro. Lo aceptó. Es normal. Por ética tampoco le diría a mi sobrino qué tiene que hacer para ganar. Y no hace falta tampoco, tiene su entrenador. Es una situación inusual. Gane el que gane me irá bien.
– ¿Qué opina de la prohibición de jugadores rusos y bielorrusos en Wimbledon y de la quita de puntos por parte de la ATP y la WTA?
– Me parece equivocado, deberían haber buscado otra solución. Al quitar los puntos perjudicas a un grupo de jugadores que juegan bien en hierba.
– ¿Han convertido Wimbledon en una exhibición?
– No, no lo han convertido en una exhibición. El que gane Wimbledon tendrá un Grand Slam más. Todos los otros, si le quitas los puntos, son una exhibición. Pero Wimbledon, no. ¿Va a haber alguien que no vaya a Wimbledon porque quitaron los puntos? Los cabezas de serie creo que van a ir todos. Y creo que la medida de Wimbledon tampoco es buena. ¿Qué quieres que haga Rublev, que se ha posicionado contra la guerra? ¿Qué culpa tiene él de que esté Putin? Es como si a Manolo Santana no lo hubieran dejado jugar porque estaba Franco. Que encaren algún boicot contra los oligarcas lo entiendo, porque sostienen el régimen. Pero contra un ciudadano normal… Encima que tengo que soportar a Putin, me puteas…
– Hay gente que esgrime la teoría de que los 21 títulos de Grand Slam de Nadal valen menos que los 20 de Djokovic, porque son menos variados, porque hay demasiados Roland Garros en esa cuenta. ¿Qué opina sobre ese argumento?
– Opiniones hay para todos los gustos, y a lo mejor si tu piensas que tres de los cuatro Grand Slam se juegan en pista rápida y uno en tierra, a lo mejor que Rafael haya podido doblarlos tiene mayor valor. Es lo que decía Perez Reverte: no discutamos emociones, discutamos argumentos. Si en lugar de que hubiera un Grand Slam en pista lenta hubiera dos, y dos en rápidas, a lo mejor Rafael tendría 28. Si mi sobrino no se hubiera lesionado y dejado de participar en 14 torneos de Grand Slam, entonces a lo mejor tendría, según la proporción, que gana uno de cada tres, a lo mejor tendría cinco más. Cada cual que piense lo que quiera.
– El regreso de Federer en Basilea, ¿es un regreso al circuito o una despedida?
– Yo espero que sea para volver, me gustaría que Federer tuviera la oportunidad de despedirse en los cuatro Grand Slam, ha sido lo suficientemente grande para que el tenis le rinda un tributo e irse por la puerta grande. No estoy en su piel, no sé su realidad, pero lo que tengo claro es que el tenis le gusta mucho, que quiere tener todavía la ilusión de seguir compitiendo.

Federer se despide de Tsonga en la pantalla gigante de la cancha central de Roland Garros / SEBASTIÁN FEST

– ¿Lo ve jugando en 2023?
– Todo depende de cómo se recupere de la lesión, ya tendrá 41 o 42 años. Y 42 son muchos años para ir detrás de la pelota, aunque él tiene un tenis que juega muchos juegos rápidos, de poca violencia física, esto le puede ayudar.
 
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La conversación se interrumpe, porque aparece Rafael Nadal. Educado, saluda al periodista y sigue de largo. Enseguida aparece Carlos Moyá. Sucede lo mismo, ambos pasan a espaldas de Toni Nadal, no hay contacto entre ellos. Demasiadas veces al día se ven.
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– ¿Quiere esto decir que en 2023 todo seguirá igual, con Nadal, Federer y Djokovic como protagonistas?
– La renovación necesariamente va a llegar, la gente al final tiene su final. Pero ves la intensidad con que se movía Rafael hace unos años y ahora ves que se mueve bastante menos, pero sigue ganando. Lo normal es que las generaciones nuevas superen a las antiguas. Lo extraordinario es que esto no se está dando. Dicen que la tecnología, y esto, lo otro. A Mark Spitz con sus siete oros, le batieron los récords en los siguientes Juegos El que viene después sabe de dónde parten los otros y que tiene que hacer algo más para superarlos. Nosotros nos hemos encontrado con distintas generaciones de gente que no ha hecho ese algo más para batir a las generaciones anteriores. ¡El año pasado Djokovic ganó tres Grand Slam!
– ¿No han hecho o no han podido?
– Tengo mi opinión, pero no lo voy a decir. 
– Quizás se trate de que los antiguos eran demasiado buenos y la siguiente generación no tanto…
– Es que necesariamente la nueva generación tiene que superar a la anterior. A no ser que se dé un récord extraordinario como el de Bob Beamon o el de Javier Sotomayor, que sacaron demasiada ventaja. Sampras sacaba muy fuerte pero los siguientes han ido sacando cada vez más fuerte. Cuando nosotros llegamos al circuito, el segundo servicio lo sacaban a 150, 160 kilómetros por hora. Esta generación saca 180, 190. 
– Hay una generación salteada, entonces.
– Es por eso que se ha alargado tanto el dominio de estos, porque no han conseguido superarlos. Pero lo normal hubiera sido otra cosa. Federer domina el circuito, supera a Hewitt, a Rodick. Juega dos o tres años fácil. Pero entonces llega Rafael y le pega más fuerte, tiene que cambiar. El, que se había acostumbrado a la velocidad de Hewitt y Roddick, aparecen Rafael, y Djokovic, Del Potro y te obligan a hacer otras cosas. Esta generación intermedia no logró complicarlos. Aunque Medvedev y Thiem ganaron el US Open. Si Tsitsipas hubiera ganado en 2021 en Roland Garros… Pero hace falta más. Hay una realidad matemática, Borg, Connors y McEnroe ganaron 26 Grand Slam. Djokovic, Federer y Rafael ganaron 61. McEnroe estuvo arriba del 79 al 84/85, Borg estuvo seis o siete años, Connors una década, 73 al 82/83. Estos llevan… Federer ganó el último en 2018 y el primero en 2003, Rafel ganó el primero en 2005 y 17 años después ha ganado Australia.
– ¿Puede ser entonces Alcaraz el que restablezca el orden sucesorio?
– Sí, él sí lo consigue. Le pega todavía más fuerte. 
– ¿A Djokovic cómo lo ve?
– Lo sigo viendo igual. Me imagino que la motivación es ganar más Grand Slams que el otro. Cuando han hecho todo lo que han hecho estos, al final lo que te queda es la historia. Aunque es difícil decir quién fue el mejor de la historia, el que ganó más títulos o el que ha jugado mejor durante un tiempo. ¿Quién sería el mejor, el que tiene 21 Grand Slam o el que gana 12 en tres años? Y no es lo mismo competir con Djokovic y con Federer que competir no sé con quién.
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Ex jefe de Deportes de DPA y de La Nación, ex presidente de la International Tennis Writers Association (ITWA). Autor de "Sin Red", un viaje por el mundo siguiendo a Roger Federer y Rafael Nadal, y de "Enredados", sobre el equipo argentino de Copa Davis. Cubrió más de 60 Grand Slams y entrevistó a los principales protagonistas de la escena del tenis en los últimos 30 años.