Jakub Mensik conoció a Lionel Messi, le ganó una final a su ídolo Novak Djokovic, y celebró su título del Masters 1000 de Miami en un club nocturno donde se presentó el rapero 50 Cent. Difícilmente, un chico de 19 años tuvo un fin de semana tan espectacular en Miami.
Joao Fonseca ganó en Buenos Aires en febrero su primer título. Llegó al día siguiente a Río de Janeiro a disputar el Rio Open y la revolución fue total. Cientos de personas se agolparon ante las canchas de entrenamiento y el estadio principal se llenó de fans del brasileño en su debut. Pocos deportistas adolescentes generan locura como Fonseca, de 18 años.
La primera parte de la temporada 2025 está entregando un mensaje importante: el futuro ya llegó en el circuito del tenis masculino.

Ambos ganaron su primer título y con ello sellaron su salto al estrellato. Hay algo que los une: tienen grandes ambiciones y no tuvieron miedo a confesárselas a CLAY.
«Quiero ser número uno del mundo y ganar los cuatro Grand Slams», dijo Mensik, días antes de viajar a Miami.
«Quiero ser como Jannik Sinner y Carlos Alcaraz», dijo Fonseca cuando disputaba la qualy de Wimbledon 2024.
Metas prácticamente iguales.
Mensik ya quiere jugar más partidos contra el gran rival de su generación. Se enfrentaron por primera vez en las Finales Next Gen en diciembre, y el partido no pudo haber sido más apretado. Cinco sets entre Mensik y Fonseca con el sistema de puntaje innovador del torneo que reúne a los ocho mejores jugadores jóvenes del mundo. Y cinco tiebreaks. Ese partido en Jeddah, Arabia Saudita, bien pudo haber sido el inicio de una rivalidad que marcará época.
«¡Jugamos cinco tiebreaks! Todo se definió por quién ganó más en los momentos de presión. Estoy entusiasmado por jugar más partidos contra Joao. Lo está haciendo muy bien. Ganó su primer título ATP. Hizo un gran trabajo en Australia. Al inicio de la temporada, ganó muchos partidos. Va por un muy buen camino, llegando rápido a los primeros puestos. Es bueno ver eso», comentó a CLAY.
Hay diferencias. Aunque tanto Mensik como Fonseca se llevan bien con los micrófonos, el interés mediático y el furor en torno a sus irrupciones ha sido muy disímil.
Su país de origen puede ser una explicación. Brasil, el séptimo país más poblado del mundo tiene también una historia tenística muy rica, con Gustavo Kuerten como el principal ícono, quien movió masas con su talento dentro de la cancha y su cálida personalidad fuera de ella. Además, los brasileños organizan, quizás, el mejor torneo ATP 500 del mundo, y Fonseca pasa a representar también a todo Sudamérica, una región muy apasionada y sedienta de grandes campeones.
Su carisma y su imagen juegan también un papel clave en su influencia y alcance: Fonseca superó la barrera del millón de seguidores en Instagram, y ya es el décimo tercer tenista masculino en activo más popular en la red social.

El propio Mensik, que antes del jugar en Miami no superaba los 45 mil seguidores, se encargó de analizar esa diferencia: «Tal vez sea por el hecho de venir de República Checa, un país pequeño».
Los checos sí tienen un largo listado de tenistas ganadores a lo largo de distintas épocas (Jan Kodes, Ivan Lendl, Martina Navratilova, Petra Kvitova, Tomas Berdych y Radek Stepanek, entre otros) y varios títulos de Copa Davis y Billie Jean King Cup; pero actualmente no cuentan con ningún evento en el calendario de la talla del evento brasileño.
A pesar de su juventud y poca experiencia, Mensik y Fonseca parecen no tenerle miedo a la presión.
El brasileño, número 59 del mundo, declaró en entrevista con CLAY que ha trabajado con cuidado lo que significa ser el tenista de la actualidad que mayores expectativas genera.
«Son muchas las expectativas puestas en mí, pero yo intento solo mantenerme enfocado al máximo en mi rutina, junto con personas que me aportan y que estarán a mi lado. Es difícil, pero yo estoy con la mente bien enfocada en el tenis; la presión de cualquier tipo me motiva», dijo.


Fonseca derrotó a cuatro Argentinos camino a su título en el ATP 250 de Buenos Aires. Tarea difícil, considerando la hostilidad deportiva entre Brasil y Argentina, la que se demostró en las gradas del Court Central Guillermo Vilas. El número dos del mundo, Alexander Zverev, se quejó de lo difícil que era jugar allí ante los locales. A él se lo devoró esa presión. A Fonseca, con varios años menos de circuito en el cuerpo, no.
El checo, en tanto, demostró en la pista que es un jugador distinto: se enfrentó al desafío sumamente difícil de tener que ganar su primer torneo ATP en la final de un Masters 1000 ante Djokovic, quien buscaba su centésima corona. En los momentos delicados sacó su mejor tenis, igual como durante toda la semana en Miami. Impresionantemente ganó todos los tiebreaks (7) que disputó. Y siempre ante rivales más experimentados que él.
«¿Siento que hay más expectativas sobre mí ahora? Sí, pero no me afectan. Me siento muy bien en la cancha y en el lugar donde quiero estar en el circuito. Estoy mejorando, tanto a nivel personal como en mi juego. Me siento confiado y disfruto enfrentar a los mejores jugadores en los mejores torneos», fue lo que explicó Mensik, el nuevo número 24 del mundo, en entrevista con el sitio oficial de la ATP.