LONDRES – Christopher Eubanks habló hace un tiempo de un gran deseo.
«Poder decirle a la gente que no sabe de tenis…’jugué unos cuartos de Wimbledon’. Ese es un nivel diferente de respeto», le comentó a Frances Tiafoe y Ben Shelton en el podcast All on the Table de la Ultimate Tennis League.
Y este lunes se cumplió su anhelo. Fue a los 27 años, y después de una carrera que transitó largas temporadas en los Challengers y Futuros. Eubanks se hizo socio del Last Eight Club luego de una victoria en cinco sets frente a Stefanos Tsitsipas, y tendrá, frente a Daniil Medvedev el miércoles, la oportunidad de elevar ese «nivel de respeto». La cita es en la Cancha 1 del All England Club por el pase a semifinales.
«¿Unos cuartos de final en el Abierto de Francia? «Oh, eso es genial, bien». Unos cuartos de Australia… «¡oh, cool!». ¿Pero unos cuartos en Wimbledon? ¿Conoces Wimbledon, la película? ¿La mala película de tenis? Wimbledon, sí, claro que conoces Wimbledon. Eso será lo mío», dijo el tenista estadounidense Chris Eubanks entonces, con el rostro lleno de ilusión.
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En 2021, el jugador de dos metros y un centímetro de altura se sentó con su manager para discutir el futuro de una carrera que estaba estancada en los puestos de atrás, lejos de los grandes eventos y los cheques jugosos.
«Le dije, ‘escucha, si sigo 200 el próximo año y las lesiones no han influido, puedo hacer otra cosa con mi tiempo’. No es tan glamoroso ser el 200 del mundo, ¿sabes?»
Como una forma de estar en los torneos importantes, aceptó un puesto como comentarista en Tennis Channel. Su conocimiento del juego, y su buena locuacidad lo hacían perfecto para el trabajo, pero también su familiaridad con las cámaras: actuó como el doble de Arthur Ashe en el documental Citizen Ashe.
«Comentar tenis realmente me ayudó en la percepción de mi juego en la cancha y a desarrollar un estilo», comentó según lo citado por The Tennis Podcast.
Su carrera comenzó a encontrar instancias más sabrosas gracias al haber superado algunas qualys y haber recibido invitaciones que aprovechó. Ganó partidos en el US Open y en Australia, se metió en cuartos de final del Masters 1000 de Miami. En el césped de Mallorca, una semana antes de Grand Slam de Londres, ganó su primer título ATP. Cambió rápidamente sus sentimientos por la superficie.
«Al principio la odié», dijo. Eubanks arrancó su exitosa campaña en césped este año en el Challenger de Surbiton. Perdió ahí con un jugador de un ránking mucho más bajo que él. Acto seguido, mensajeó a su amiga Kim Clijsters, ex número uno del mundo, campeona de cuatro Grand Slams y semifinalista dos veces en Wimbledon.
«Estaba frustrado y le mandé un mensaje tipo, ‘el césped es la superficie más estúpida para jugar al tenis. ¿Cómo es posible que juguemos donde el bote es irregular y ni te puedes mover?», contó a los medios en Londres.
Clijsters le dijo que alguien que puede servir tan bien como él no debería preocuparse, que doblara las rodillas y se enfocara en el movimiento, que dejara de plantar el pie para cambiar la dirección, y que diera unos pasos extra para no resbalar por todas partes. Fue lo mismo que le había dicho su entrenador, pero que viniera de parte de una campeona como la belga se sintió diferente.
Un mes después, con un cheque de 430 mil dólares, un ascenso al borde del top 30 y un cambio radical en su vida como tenista, Chris Eubanks puede decir sin dudas: «Ya es mi superficie favorita».