PARÍS – Dejar al defensor del título fuera del court central en su regreso al torneo es extraño, pero el español Carlos Alcaraz le quitó importancia a las decisiones de Roland Garros: confía en volver a alzar el trofeo de campeón, y entretanto se imagina cómo sería su vida de tenista con algunos de los beneficios que tiene un futbolista.
«Lo que me gusta del fútbol es que puedes tener un hogar durante mucho tiempo», dijo el número dos del mundo, ante la pregunta de CLAY, tras derrotar este lunes 6-3, 6-4 y 6-2 al italiano Giulio Zeppieri. El partido se jugó en la Suzanne Lenglen y no en el estadio central Philippe Chatrier, en el que el español asistió este domingo a la despedida de Rafael Nadal. Su rival en segunda ronda será el húngaro Fabian Marozsan.
De adolescente, Alcaraz llenaba de goles las redes de un campeonato de fútbol sala en su Murcia natal. Era lo que los españoles llaman «pichichi», el máximo goleador.
Alfredo Sarriá, entrenador y coordinador de su club, ahora rebautizado como Carlos Alcaraz Academy, recordó al diario español «El Mundo» una historia de aquellos años.
«Carlos tenía 13 años, cambió de categoría, se quedó sin grupo de entrenamiento y en muchas clases estaba solo. Estuvo una temporada así. Al mismo tiempo había empezado a jugar al fútbol sala, era el pichichi del equipo y los compañeros de la escuela le iban a animar. Recuerdo que decía: ‘Quiero dejar el tenis y pasarme al fútbol sala. Aquí ganó un punto, miro alrededor y no hay nadie. En el fútbol sala estoy con mis amigos’. Por suerte, su padre le animó a seguir y, bueno, el resto es historia».
Este lunes, Alcaraz aseguró no haberse planteado nunca dejar el tenis por el fútbol, cosa que tendrá que conversar con Sarriá, pero sí se sumergió en las ventajas que tienen los futbolistas respecto de los tenistas.
«Lo que me gustaría (de ser futbolista) es poder tener un hogar durante mucho tiempo», dijo el español, que en diciembre de 2024 sorprendió al vestir una camiseta del club argentino Boca Juniors en un partido de fútbol en la academia de tenis de Juan Carlos Ferrero.
No es el primero: Nadal guardaba como un tesoro la camiseta de Estudiantes de La Plata que le regaló su amigo Juan Mónaco.
¿Pero a qué se refere Alcaraz con eso de «un hogar»?
«Los futbolistas (…) lo más normal es que siempre acaben yendo a casa a dormir. Nosotros tenemos que estar de hotel a hotel, semana a semana, y no nos podemos acostumbrar al sitio en el que estamos. Probablemente cogería eso de fútbol».