PARÍS – Golpes anímicos y una pelea familiar son la explicación principal de que los triunfos de Alejandro Tabilo esta temporada se cuenten con los dedos de una mano.
El 11 de mayo, el chileno trató de ‘cobarde’ y mentiroso a su padre públicamente en redes sociales. El tenista respondía así a un ataque de Ricardo Tabilo, quien acusó a su hijo de olvidarse de su madre, influenciado por por su novia.
El primer triunfo en Roland Garros en la carrera del chileno, parece haberlo ayudado a seguir adelante y a recuperar camino en un semestre para el olvido.
«Estoy mucho mejor, la verdad es que con varias cosas de todo lo que ha pasado, llego mucho más despejado y con un peso menos de encima. Estoy feliz por eso, me siento más liberado», confesó luego de vencer al energético y talentoso francés Arthur Cazaux por 5-7, 6-3, 6-2, 1-6 y 6-3.
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La punta del iceberg de los problemas relacionados a su vida personal, se hicieron públicos hace un par de semanas a través de Facebook, en los comentarios de una publicación del sitio Tenis Chile. Ahí aparecía una foto de Tabilo con su madre, María Álvarez, en un posteo típico de la conmemoración del Día de la Madre.
“Muchas felicidades a todas las madres y aprovecho agradecer a tenischile por el saludo con esa fotografía del recuerdo, ya que Alejandro olvidó a su madre desde que compró la polola (novia) en un VIP de una discoteca del sector oriente (sector acomodado) de la capital (Santiago)”, fue lo que escribió Tabilo padre.
El tenista, pronto respondió con dureza. «Qué bién seguir escribiendo mentiras y una manera tan cobarde. Ahora te acuerdas que tienes una linda mujer». A los minutos, borró el comentario.
Además del sismo familiar, Tabilo además tuvo que lidiar con un edema óseo en la muñeca, que lo sacó de Madrid y Roma, y casi lo hace olvidar París.
«Yo ya había dado casi por hecho que iba a volver al pasto. Tomamos la resonancia, salió mucho mejor de lo que pensábamos. Y ahí era tomarlo con calma, tomarlo día a día, ver cómo iba avanzando la muñeca. Después de una o dos semanas hicimos chequeo con el médico y había visto que había avanzado sorpresivamente más de lo que pensaba. Decidimos jugar, y antes de salir de Chile, los médicos me dijeron que estaba perfecto. Así, me vine con confianza», relató en Roland Garros.
«Fue un proceso duro anímicamente. Llegando a Chile (después del Masters 1000 de Montecarlo) me tomé libre una semana completa para despejar. Me fui a la playa con mi novia y la familia. Fue muy lindo eso. Nos despejamos mucho, tratamos de sacar toda la presión».
Sin la presión de la que se deshizo, jugará este miércoles contra el australiano Alexei Popyrin por un paso a la tercera ronda.
