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La historia se acelera ante nuestros ojos: el del martes 31 de mayo de 2022 podría ser el último partido de Rafael Nadal en Roland Garros

Rafael Nadal en Roland Garros / foto vía As
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PARÍS – La historia se acelera ante nuestros ojos, y es el mismo Rafael Nadal el que se encarga de abrirnos esos ojos, por si no quisiéramos o supiéramos darnos cuenta: el de este martes 31 de mayo de 2022 podría ser el último partido del español en Roland Garros.
«Soy consciente de que no sé lo que puede pasar en el siguiente año, soy consciente de que cada vez que salgo a jugar puede ser mi último partido en este torneo», dijo este domingo tras avanzar a cuartos de final, donde se medirá al serbio Novak Djokovic, al que considera el favorito para ganar.
«Ojalá que no sea así, pero el del martes podría ser que fuera mi último partido en Roland Garros, así que me gustaría jugarlo de día. Hay que jugarlo muy bien, muy concentrado, con una determinación muy grande».
«Prefiero jugar de día, conozco Roland Garros de día, no lo conozco tanto de noche», insistió Nadal, dejando en claro la novedad de la sesión nocturna y el hecho de que la pelota se hace más pesada cuando ya no hay sol. Y es es precisamente lo que él no quiere ante Djokovic. Necesita una pelota viva, que vuele, que salte.
Aclarado esto, se puede ahora rebobinar e ir a lo sucedido.
Eran las 20.44 de una muy fría noche de primavera en París y Alex Corretja aceleró: «Tenemos que terminar, porque se viene la sesión nocturna».
Traducido: se viene Carlos Alcaraz.
Nadal miró su reloj mientras el ex tenista y hoy entrevistador de Eurosport comenzaba a hilar la pregunta. Pero el español ya sabía lo que iba a decir de cara a esa especie de final anticipada con Djokovic, con permiso de Alcaraz, Alexander Zverev o Stefanos Tsitsipas.
«Nos conocemos bien, tenemos mucha historia juntos. Pero aquí estamos, estamos en Roland Garros, mi torneo favorito. Lo que les garantizo es que voy a luchar hasta el final».
En 15 segundos y en inglés, Nadal le dejaba en claro a su máximo rival que el territorio es suyo, que lo del martes para el serbio será jugar de visitante.
«Aquí estamos», dice Nadal, y si sigue estando es porque en el tramo final de su duelo de 4:21 horas ante Félix Auger-Aliassime fue más Nadal que nunca. Aceleró, tomó el mando, impuso una presencia de mano a camino entre la historia y lo físico para que el canadiense, hasta entonces notable, se empequeñeciera y se dejara avasallar como si fuera aún más jóven que los jóvenes 21 años que tiene.
De repente, Auger-Aliassime era apenas Félix, un juguete en manos de Nadal, aunque el español lo elogiara luego.
«Es un gran jugador, sin dudas, uno de los mejores del mundo. Fue un rival muy duro hoy, hizo muchas cosas bien».
Pero no las suficientes como para derrotar a Nadal. Fue 3-6, 6-3, 6-2, 3-6 y 6-3 para el ex número uno del mundo, que perdía el primer set cuando Djokovic ya había terminado su conferencia de prensa tras el muy cómodo 6-1, 6-3 y 6-3 sobre el argentino Diego Schwartzman en 2:15 horas.
Novak Djokovic en acción en la Suzanne Lenglen
Novak Djokovic en acción en la Suzanne Lenglen
Es sabido que las finales de Grand Slam, cuando los protagonistas son hombres, se juegan los domingos. Aquello de jugarla en lunes por culpa de la lluvia ya quedó en la historia, los techos corredizos de Melbourne, París, Londres y Nueva York garantizan que el tenis no se detenga.
Sin embargo, París tendrá este martes algo muy parecido a una final.
Un Djokovic versus Nadal es, se juegue en las circunstancias que se juegue, una final. Esta vez será en la ronda de los últimos ocho en una París inusualmente fría para esta época del año. Porque en la capital de Francia suele haber días frescos en la primavera de mayo, pero no tantos y tan frescos como en esta edición.
No le viene mal a Nadal, que no podrá acusar desgaste por el calor, aunque el mismo tiempo el clima húmedo y frío puede ser señalado por el español como una de las razones de que Auger-Aliassime lo haya llevado a un quinto set: la pelota no vuela, está menos «viva», suele alegar. Mejor jugar con calor. De día, sí.
Y algo de eso habrá habido, porque Nadal solo había jugado cinco sets en Roland Garros en dos ocasiones anteriores. Auger-Aliassime fue el hombre que por tercera vez lo llevó a esa situación. 
Hay que recordar la estadística de Nadal en el Bois de Boulogne.
– Jugó 112 partidos en Roland Garros. Y ganó 109. 
– Lo que está buscando es su decimocuarto título.
– Se midió a 71 jugadores diferentes desde que debutó en Roland Garros. Y a los 71 los derrotó.
– Solo perdió en los octavos de 2009 con el sueco Robin Soderling y con Djokovic en los cuartos de final de 2015 y las semifinales de 2021.
– Jugó 13 finales y ganó las 13.
En ese contexto era comprensible que pese al gran partido que jugó el canadiense, la confianza estuviera puesta en Nadal en una extraña tarde en la que su tío y ex entrenador, Toni, se sentó en la primera fila del palco oficial junto a Gilles Moreton, presidente de la Federación Francesa de Tenis (FFT).
Nadal (tío) ya le había dicho a CLAY durante una entrevista que de ninguna manera ayudaría a Auger-Aliassime -que le paga como asesor- a derrotar a su sobrino. Dijo, también, que seguiría el partido en terreno neutral. Lo que nadie podía imaginar fue que lo haría allí, en uno de los sectores más visibles del torneo, a tiro de todas las cámaras de televisión y fotógrafos.
Quizás el tío de Nadal sepa más que los demás (seguramente es el caso), quizás no se quiere perder de ver en cancha, en persona. el que podría ser el último tango de su sobrino en París. El martes comenzará a develarse la incógnita.
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