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«Vamo’ a hablar en español, dale» (y también portugués) – Carta de Clay

SANTIAGO, Chile – ¿Qué hacen unos cuántos torneos sobre arcilla de nivel ATP justo después del Abierto de Australia y antes de Indian Wells y Miami?, ¿Por qué se juega en una superficie distinta al cemento entre medio del primer Grand Slam del año y los dos Masters 1000 más importantes?

Las preguntas reflotan todos los años, cuestionando a la gira sudamericana de polvo de ladrillo. Un tipo como Nick Kyrgios la mira despectivamente y dice que no debería existir, pero lo cierto es que a los torneos del verano del sur, por varios defectos que tengan y que se enmarquen en un periodo incómodo para el calendario de varios tenistas por superficie y ubicación geográfica, sólo se les puede amar.

Hoy Córdoba, Buenos Aires, Río de Janeiro y Santiago. Antes también Viña del mar, Costa do Sauipe, Quito, Sao Paulo y otras ciudades. Hay tradición, cultura y una oferta diferente para jugadores y espectadores. Una gira que refresca la primera parte del año y que a pesar de que es mirada en menos, siempre entrega cosas que captan la atención mundial. 2023 no fue la excepción.

Alcaraz disfruta las bondades de viajar a Sudamérica // RIO OPEN

El español Carlos Alcaraz inauguró su año en Argentina y Brasil, impulsado principalmente en encontrar condiciones más amigables para su cuerpo y coger rodaje antes del Sunshine Double y la temporada europea sobre tierra batida. Recién se recuperaba de una lesión en la pretemporada que lo dejó fuera de Australia y confirmó que sigue siendo el mismo gran líder del circuito.

Como escribió Sebastián Fest en la crónica de su debut en el Buenos Aires Lawn Tennis Club, Novak Djokovic y Rafael Nadal tienen serias razones para preocuparse en un año en el que el chico de 19 años tiene como gran objetivo ganar Roland Garros. Una meta, mas no una obligación, como cuenta en esta interesante entrevista su entrenador Juan Carlos Ferrero. Deberá encontrar una manera, eso sí, de que las lesiones no sean una constante en su carrera. Acabó jugando la final de Rio en una pierna.

Cameron Norrie salió de su zona de confort para reforzar su juego sobre arcilla y su apuesta funcionó con el título en Brasil. El jugador británico viajó a principios de febrero a Colombia a defender a Gran Bretaña en Copa Davis . Así decidió quedarse y jugar un par de eventos en Sudamérica. Y por cierto, junto con Alcaraz, le dio eso que prende a las audiencias de este deporte: ver revanchas en finales consecutivas.

Por otro lado, hay otros que se siguen hundiendo. Tres tenistas llegaban al subcontinente confiados en que torneos de su superficie favorita y cuadros de menor ranking que los de Europa, Medio Oriente y Norteamérica, ayudarían a levantarles el tenis y la confianza. No fue así.

Hay un campeón de Grand Slam que anda extraviado. Sufrió una grave lesión en la muñeca, pero ya se recuperó. El tema ahora es la cabeza. Dominic Thiem no logra encontrar ese nivel que lo llevó a ser tres del mundo y a ganar el US Open. Tras su derrota en la primera ronda de Santiago, fue honesto frente a los micrófonos: “Si juego así, muchos jugadores se ven bien contra mí. No fui verdaderamente un duro desafío». CLAY lo siguió por Arabia Saudita, Australia y la capital chilena. Así te contamos al nuevo Dominic Thiem.

«El objetivo es tener un gran 2023», dijo Thiem a CLAY en Riad. Su comienzo de año ha sido pobre // SEBASTIAN VARELA

Cristián Garin es otro que no anda bien. El chileno confiaba en una exitosa gira latinoamericana como confesaba en Melbourne, pero se fue a Estados Unidos sólo con dos victorias, tres derrotas y varias oportunidades desperdiciadas.

Diego Schwartzman también está en un lugar oscuro, aunque su crisis parece ser la más severa de todas, con apenas un triunfo en sus últimos 14 partidos y sin grandes lesiones de por medio. “No sabía lo que se sentía tener un bajón. Estar siempre a tan alto nivel no me preparó para la frustración”, dijo en esta entrevista con CLAY. El argentino está bloqueado y no sabe a dónde ir. Se debate entre si seguir intentándolo, o si debe parar unos días.

Todo se acabó con la linda historia familiar de Nicolás Jarry, campeón en su ciudad natal, en el torneo que organiza su familia. Con su hijo robándose las miradas en la entrevista en cancha al confundir el micrófono con un chupete, y con su abuelo – Jaime Fillol, estrella de los 70 – entregándole el trofeo. La nota merece lectura.

Entonces, como pidió Sebastián Báez cuando debía responder en inglés para la entrevista en cancha de Tennis TV en una de sus victorias en Córdoba…»Vamo’ a hablar en español, dale». Es una gira necesaria para el tenis.

Nos seguimos leyendo.

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Reporteando el tenis alrededor del mundo desde hace 10 años. Ha colaborado con medios como La Tercera, Cooperativa, Infobae, y Racquet. Fundador del ex programa de radio Tercer Saque. Pluma & Lente es su espacio personal donde cuenta sus viajes y aventuras.