MELBOURNE – Hay algo que las buenas temporadas en el circuito no le dieron al número uno de Argentina: “No sabía lo que se sentía tener un bajón”. En esta entrevista a Diego Schwartzman, el número 25 de la ATP se sincera después de su pase a segunda ronda.

El mejor tenista argentino del último lustro ha navegado por años exitosos de mucha regularidad, buen nivel y buenas sensaciones que jamás le enseñaron a combatir tiempos de vacas flacas.

Todo desapareció después del US Open debido a una seguidilla de derrotas que se cortó en el Abierto de Australia, a pesar de llegar con problemas en el aductor izquierdo que lo obligaron a retirarse del torneo preparativo en Auckland.

Entrevista a Diego Schwartzman

La pierna, dice, que en Melbourne “se la bancó con mucha medicación para poder sentir menos”. Antes de enfrentar al estadounidense J.J Wolf, habló con CLAY sobre su estado de ánimo, el valor de llevar tanto tiempo entre los mejores, y dio detalles del video que hizo con Novak Djokovic imitando a Lionel Messi.

– Se lesiona en el primer torneo de la temporada en medio de una racha negativa y a la semana siguiente la racha se corta al ganar en un Grand Slam. Tiempos de muchas sensaciones distintas.

– Sí, estoy feliz. Porque hace un tiempo que no podía ganar. Siempre los Grand Slams para mí son un lugar de refugio, de seguridad, los partidos largos le dan mucha seguridad a mi juego. Haberme retirado de Auckland dolió mucho y no saber si iba a poder jugar era complicado. Estos días fueron complicados, con muy buen humor igual, y tomándomelo bien, pero a fin de cuentas complicados. Poder jugar y ganar me pone muy contento.

– ¿Cómo se lleva la rutina en una profesión como el tenis cuando se pierde semana tras semana?

– Hay derrotas y derrotas, ¿no? Tuve los últimos 4-5 años una carrera muy regular y de un nivel muy alto todo el tiempo y quizás nunca me pasó de tener un bajón de dos meses. Eso no me dejó ponerme a prueba. No sabía lo que se sentía. Me lo tomé peor de lo que me lo tendría que haber tomado y eso afecta al juego, pero lo cierto es que es normal sentir tanto cansancio y debilidad en el juego. Hice una buena pretemporada, por eso el retiro en Auckland me dolió mucho. Pensaba que era más grave y por suerte no lo fue. A partir de ahora, más allá de lo que siga pasando en Melbourne, ojalá todo sea para mejor y vuelva a ganar partidos.

– ¿Tantas derrotas pasan también porque los demás jugadores ya se van acostumbrando a su estilo de juego?

– Sí, obvio. Sin duda. El tenis es mucho más moderno y la gran mayoría de los jugadores jóvenes tienen armas que les permiten pensar un poco menos de lo que pienso yo, y algunos jugadores latinos. Tenemos que tener sensaciones muy buenas todo el tiempo. El tenis se va modernizando y esas sensaciones de los jugadores nuevos pasan más desapercibidas porque con dos tiros te pueden ganar los puntos. Nosotros tenemos que estar finos y sentir mucho tiempo todo.

– Lleva cuatro años en el top 25, ¿es consciente del valor de su regularidad en una era tan competitiva?

– Lo empiezas a notar cuando pierdes algunos puestos y ves gente que te sigue y que te banca, que te empieza a subir los números y las cosas que uno viene logrando en los últimos años. Ahí recién creo que lo notas. También vi que soy el cuarto argentino con más partidos de Grand Slam. Si te ponés a pensar, es una locura. Pasa que con la vorágine del tenis es difícil de ver, es difícil de analizar y siempre uno quiere más. Ojalá haya más tiempo para disfrutar todo ese tipo de detalles que a cada uno particularmente creo que le haría muy bien.

– Es un deporte que avanza muy rápido, pasan muchas cosas en muy poco tiempo el tenis.

– Lo hablábamos el otro día en la reunión con la ATP. El tenista no tiene un seguro si se lesiona un mes. Pierdes el 100% de los puntos bajo una lesión. Es un poco crudo, es un poco cruel. Cualquiera en el trabajo pasa por momentos en el año en el que está un poquito peor, y en el tenis eso te manda para atrás. Hay que ser muy fuerte mentalmente para sobrellevar esos momentos y es un gran desafío. El tenis tiene desafíos muy lindos, sí, pero hay que tener la capacidad de pasarlos por encima.

– Nadal hablaba de vulnerabilidad. Que se sentía vulnerable debido a su mala racha. ¿Usted se ha sentido así últimamente?

– Imagináte si le pasa a él, ¡qué queda para los demás! Todo fluye cuando uno está lleno de confianza y uno no vas pensando. Estás con una seguridad muy grande a la hora de enfrentar ciertos momentos. Hay otros tiempos en que no, lleno de momentos de dudas. Superar esas dificultades es lo que marca la diferencia. Manejar los momentos importantes y ser quién duda menos es lo equilibra la balanza en este deporte.

– Se atrevió a tratarse mentalmente. ¿Cómo va ese proceso?

– Es un proceso que me cuesta, la verdad. Me lo tengo que permitir. Soy alguien que mantiene los equipos de trabajo durante mucho tiempo, sin embargo, me cuesta encontrar respuestas rápidas. Los años pasados no me prepararon para la frustración. Fui cumpliendo siempre mis objetivos, siempre estuve subiendo en el tenis, mejorando. Y el año pasado no cumplí algunos. Logré muchas cosas positivas y aprendí a decir las cosas que me pasan. En este deporte solitario uno se las guarda demasiado. Siempre lo dije: si alguna vez iniciaba algún tratamiento no iba a ser directamente por ni para el deporte. Lo hago para disfrutar más la vida. Si voy bien en el día a día, sea lo que sea que haga, me irá bien en el resto.

– ¿Cuál es el detrás de escena de la broma con Novak Djokovic imitando a Messi?

– Estábamos en el vestuario y él todo el tiempo lo decía. Tengo muy buena relación con él, habla 200 idiomas, entonces todo el tiempo que me veía me decía el andá pa’ allá, cada vez que pasaba por delante. A veces no lo entendía, ¿viste? A la tercera vez que me lo dijo y le dije ‘bueno, hagamos un video’. Ahí aproveché el marketing.

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