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Grigor Dimitrov

Grigor Dimitrov y su pasado como «Baby Federer»: «Aprendí que lo importante era ser yo mismo»

Grigor Dimitrov es feliz como un niño dentro de una cancha de tenis. Salta y ríe después de pasar a la final del Masters 1000 de Paris Bercy. Está en un nuevo peak en su carrera.

Se hizo conocido como el joven talentoso que jugaba calcado a Roger Federer: idéntico revés a una mano, misma moción en el servicio, técnica impresionantemente parecida con la derecha, y desplazamientos de un estilo balletístico increiblemente similares. Baby Fed, le llamaron.

«Para ser honesto, aprecié las comparaciones en un principio, pero después me di cuenta que lo importante era sólo ser yo», dijo Dimitrov a CLAY, en uno de los pasillos del estadio Arthur Ashe, cuando disputaba el US Open. Se ríe y ante la pregunta de si su revés es mejor que el del suizo, prefiere darle la responsabilidad de la elección a los periodistas.

«Sí, tenemos similitudes, pero realmente no hay nada igual entre nosotros dos, somos completamente dos personas diferentes y al pasar los años, es algo que he ido entendiendo», agregó en Nueva York.

En 2017 se comenzaron a olvidar esas comparaciones con el 20 veces campeón de Grand Slams: Dimitrov tuvo una temporada espectacular con el título del Masters 1000 de Cincinnati y en las Finales ATP cuando se realizaban en Londres. En el arranque de esa temporada, estuvo muy cerca de jugar su primera final de un major, pero en Melbourne, Nadal le ganó en las semis un partido impresionante que se definió en el quinto set.

«Ese partido lo vi muchísimas veces, de hecho, el que más veces he visto en mi vida, y aún no entiendo cómo lo perdí. No hice nada mal en ese encuentro. Es que Nadal da vuelta partidos increíbles, hace cosas que sólo los magos pueden hacer», dijo.

El búlgaro cerró aquel año en el tercer puesto del ranking por detrás de Rafael Nadal y Federer, y con su tenis rápido y bonito asomaba como un jugador capaz de quitarle uno que otra corona importante al Big 4 en sus años de madurez tenística, ya con el mote de «pequeño Roger» atrás gracias a sus logros propios. No sucedió, porque Dimitrov no aguantó la presión, sufrió lesiones, y hasta entonces, no ha ganado más torneos.

Sin embargo, a sus 32 años encontró una nueva vuelta de tuerca a su carrera. En la gira por Asia venció a tenistas que en el papel deberían estar en las instancias finales en vez de él, como Carlos Alcaraz, Daniil Medvedev, Holger Rune y, en semis de Bercy, a Stefanos Tsitsipas.

«No quiero sentir lástima por mí mismo por los últimos años. No quiero sentir que he perdido oportunidades. ¿Si las he perdido? Sí, por supuesto, demasiadas muchas. ¿He cometido errores? Sí, demasiados. Demasiados», comentó en conferencia de prensa después de vencer al griego: «Llega un punto en el que es como, está bien, estoy aceptando todo lo que se me ha echado encima, lo que he tenido que afrontar, y continúo. Tengo otra oportunidad. Así que cuando tengas esa oportunidad, trata de tomarla».

Dimitrov volverá este domingo en las canchas techadas de París a una final por un título importante, con Novak Djokovic al otro lado de la red. Con quien perdió once veces y sólo ganó una, pero con una energía renovada, queriendo volver a sentir ese sabor que no prueba desde hace seis años.

ph: Corentin Cardon / @westcoo
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Reporteando el tenis alrededor del mundo desde hace 10 años. Ha colaborado con medios como La Tercera, Cooperativa, Infobae, y Racquet. Fundador del ex programa de radio Tercer Saque. Pluma & Lente es su espacio personal donde cuenta sus viajes y aventuras.