Que uno de los mejores tenistas de la historia haya sido en su adolescencia un mal tenista, es posible, y así lo aseguró Fernando González: “Roger Federer era malo”.
El chileno, contemporáneo del suizo y uno de los tenistas que más veces perdió contra él en profesionales (12-1 el récord a favor de Federer), habló sobre uno de los primeros episodios de su relación con el ganador de 20 títulos de Grand Slam.
“A Roger lo conozco desde los 12, 13 años, y a esa edad era malo. Me acuerdo que en un torneo menores de 14, cuando yo era el mejor del mundo en esa categoría, Federer no era de los buenos. Además que era un año menor, que a esa edad se nota mucho. Se me acercó y me hacía preguntas. Agarré muy buena onda con él y andábamos juntos para todos lados”, dijo el finalista del Abierto de Australia 2007 en el programa Sabor a Gol de TNT Sports.
Con delantal de cocina y combinando la conversación con la producción gastronómica en el formato de show culinario, González revivió icónicos momentos de su carrera.
¿Su día de furia? Semifinales de Roland Garros 2009 en la Phillipe Chatrier contra Robin Soderling: “Iba perdiendo, levanté, voy ganando… y borré una marca con el culo en una de las canchas más importantes del mundo. En ese momento uno no le toma el peso. Después mostraron en la tele que yo tenía razón (que la pelota había salido). Los árbitros se equivocan, uno se equivoca. Me dio impotencia por la importancia del partido”.
¿La cancha más difícil para jugar? El Court Central Guillermo Vilas del Buenos Aires Lawn Tennis Club. Copa Davis entre Argentina y Chile, con el chileno Marcelo Ríos como el número uno del mundo y todo el estadio vendido. El domingo, el día de definición para la serie con la cuenta parcial 2-1 para los locales, Ríos se bajó por lesión. Por los altoparlantes lo anunciaron y luego comunicaron que su reemplazante sería Fernando González, quien debutaría ante Franco Squilari. “Entro a la cancha y como que no sentía las piernas. Habían muchas pifias. Partí con doble falta. Ese público fue jodido. Gritaban: ‘¡Sácate los pañales, González!’”
Dos años después de esa serie donde debutó, el ex 5 del mundo fue uno de los protagonistas de quizás el evento más penoso para la historia del tenis chileno: la famosa serie de los “sillazos”. Chile y Argentina se volvían a enfrentar, y en abril de 2000, el encuentro se canceló luego de que varios asistentes lanzaran sillas desde las tribunas. “Cayó en la violencia. Los que actuaron así no tienen justificación. Se fue calentando el ambiente porque Chile había perdido por las eliminatorias de fútbol días antes ante Argentina, y se empezó a hablar de la revancha en el tenis. El estadio no estaba terminado (por eso habían sillas en vez de butacas o tablones). Luego no pudimos jugar de local por cuatro años”, recordó González.
Y más historias de Copa Davis, como cuando en 1996 Nicolás Massú y Fernando González, ambos con 15 años, se gastaron gran parte de su viático de la serie frente a Canadá en películas porno. “En Edmonton hacían 20 grados bajo cero, nada más que hacer que el centro comercial, el restaurant, y jugar… entonces con Nico compartíamos pieza, y había películas de adultos, nosotros éramos menores de edad: ‘¡oye hueón, cacha (mira) lo que hay! A ver, déjala… cambiémosla para que no nos cobren, pon otra un ratito nomás. No sé qué sistema tenían, pero nos gastamos un 20% cada uno de lo que nos pagaban. Después llegó el pago a la cuenta de mi papá y me dice: ‘Qué es esto extra?’ Y estaba mi mamá. Les conté”, relató entre risas.
Espíritu olímpico
Una de las cosas que mantiene ocupado al campeón de 11 títulos ATP durante su vida de ex tenista, es su rol como embajador de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, que arrancan el 20 de octubre.
“Nos fue como el hoyo (muy mal) en 2019, pero ya nos llegó nuestra fiesta”, dijo respecto a la derrota de la candidatura chilena en el ciclo anterior. Perú ganó y organizó Lima 2019. González siguió participando del intenso lobby, y a la siguiente oportunidad, Chile ganó la sede.
Hay en González un compromiso por el deporte olímpico que nunca dejará de existir en él: ganó dos medallas en Atenas 2004 (oro con Nicolás Massú en dobles, y bronce en singles) y una en Beijing 2008 (de plata, tras perder la final contra Rafael Nadal).
En Grecia se torció el tobillo cuando iba set arriba ante Mardy Fish en las semifinales. Cayó en ese partido y quedó fuera de la definición por el oro ante Massú. “Estaba muy angustiado por lo de esa lesión. Con Nico compartíamos la pieza y él estaba en el día más feliz de su vida tenística y yo en el más triste. Era un gran contraste. Pero logré dar vuelta eso y salir de una situación complicada”, comentó. Ganaría luego el duelo por el tercer lugar ante el estadounidense Taylor Dent.
Reveló que a partir de ahí, su vida cambió.
“En la elite, el tenis es en un 90 por ciento mental”. Así, define González su disciplina. “Todos los tenistas son buenos atletas y juegan bien al tenis. La diferencia se marca en la parte mental. Muchos son muy buenos y no aguantan la presión y el estilo de vida. Otros no tienen tan buenas cualidades, pero porque llevaron adelante eso, se pudieron meter arriba”, explicó.
“Viví para el tenis, le dediqué mi vida, fui un esclavo de mi pasión”, reflexionó González en un tramo del show televisivo donde se puso más reflexivo: “Pero al final, el tenis es un juego, no es más que eso”. Suena simple, pero dijo, algo que le costó varios años entender.