Novak Djokovic, o el peligro de querer a tus rivales
Jannik Sinner cambió la historia del Abierto de Australia al eliminar este viernes a Novak Djokovic en semifinales. ¿Cambió también la de toda la temporada 2024, o incluso más? Es parte del peligro de llevarse bien con jóvenes hambrientos.
Con eso tuvo que ver una de las reflexiones más interesantes y con mayor alcance mediático del Abierto de Australia: Djokovic comparó su relación con los tenistas más jóvenes, versus cómo se llevaba con Roger Federer y Rafael Nadal.
Varios adjetivos inclinaron a un lado la balanza. “Mucho mejor”, “más agradable” y “más abierta”. Para Djokovic, que los jóvenes sean “más comunicativos” lo ha ayudado a surfear mejor esas relaciones.
En la previa del Torneo de Maestros, los siete jóvenes y el veterano jugaron a un juego que consistía en elegir a cualquiera de los presentes que mejor representara una determinada afirmación.
Djokovic fue quien moderó el juego. “¿Quién de aquí haría la mejor caminata antes del partido?”, preguntó leyendo una tarjeta. “Después de que Jannik entrara en Wimbledon con un bolso de Gucci…”, remarcó Andrey Rublev. El comentario del ruso bastó para desatar las carcajadas de la sala. Decisión unánime. Todos levantando la imagen impresa del rostro del italiano Sinner, sostenida con un palillo.
Una dinámica así era impensada durante la era que compartió con el suizo y el español. Mucho menos en la previa del competitivo torneo de cierre de la temporada.
Algo tantas veces escrito y analizado por periodistas y comentaristas, cuando sale de la boca del serbio es, lógicamente atrayente y muy sabroso. Él nunca fue realmente bienvenido en la dinámica “Fedal”. En cambio, con los sub 30 y sub 25 que están cerca del top y que lo crecieron viendo como campeón, la relación tiene un perfume distinto y hay menos asperezas.
Paradójicamente son estos chicos que a Djokovic tanto le agradan, los que están logrando terminar con la dictadura del serbio, y están consiguiendo lo que ni Federer ni Nadal pudieron hacer durante la última década: vencer a Djokovic en los grandes escenarios cuando el serbio ha sido el favorito.
Alexander Zverev lo dejó fuera de camino por el oro olímpico en Tokio 2021. Un mes después Daniil Medvedev lo privó en Nueva York de conseguir el Grand Slam (ganar los cuatro grandes en el mismo año). Y a pesar de que su era se prolongó más allá, y de que extendió muchos de sus récords (y lo sigue haciendo) los jóvenes, esos amigos, le están diciendo basta ya. Le están propinando derrotas amargas y fuera de los planes, como no supieron el español y el suizo.
Para ser preciso, la última derrota de Djokovic a manos de Federer en un Grand Slam fue en las semis de Wimbledon 2012. Contra Nadal, fuera de Roland Garros, perdió la última vez en el US Open 2013.
Entonces llegó Carlos Alcaraz el 16 de julio de 2023 y lo venció en la final de Wimbledon. Djokovic llevaba un invicto de diez años en un lugar de comfort: la Cancha Central.
Y llegó Sinner y lo venció en las semis de Australia el 26 de enero de 2024. Con un arranque arrollador que acabó en un 6-1, 6-2, 6-7 (6-8) y 6-3. El serbio acumulaba 33 victorias seguidas en la pista donde levantó el trofeo diez veces. No perdía dese 2018.
Con esas faltas de respeto de los más chicos, viene una coincidencia muy llamativa: Novak Djokovic permaneció 2195 días invicto en Londres, Alcaraz cortó la racha; al serbio le quedaban las 2195 noches sin perder en Melbourne, Sinner imitó sin saberlo a su coetáneo español.
Esos nuevos amigos de a poco le están poniendo límites al old kid of the block que en mayo cumple 37 años.
Un partido no hace que una era cambie, pero un grupo de partidos que crean una tendencia, puede que sí. Y 2024 será fundamental en la línea de tiempo para determinar si la época de Djokovic terminó, o si sigue siendo esa dictadura que un rival que tanto la ha sufrido como Stefanos Tsitsipas califica de “egoísta” y que cada tanto le da caramelos al resto.
