PARÍS – «El tenis es muy jodido».
Frase redonda, ¿pero qué quiere decir el argentino Pedro Cachín?
«Es muy jodido el tema de la gestión de las emociones. Porque es un deporte que no te da garantías. Yo tenía 18, 19 años y Alex Corretja me decía cosas, me explicaba cosas, y yo no las sentía».
Cachín avanzó este lunes a la segunda ronda de Roland Garros en la que ya es la mejor semana de su vida tenística. Es cierto que en 2022 ganó dos torneos Challenger en Madrid y Praga, pero estar en segunda ronda del Abierto de Francia supera eso. Y más tras haber sido derrotado en la segunda ronda de la clasificación y haber entrado al torneo como lucky loser.
El argentino no tuvo muy claro cómo celebrar su 6-1, 3-6, 6-2 y 6-3 sobre el eslovaco Norbert Gombos.
«Miren, Nadal hay uno solo, Alcaraz hay uno solo, Djokovic hay uno solo. Los mortales disfrutamos esto a nuestra manera».
Claro que es mortal. Tiene 27 años y es el número 153 del ranking mundial. Está jugando por primera vez en su vida un Grand Slam, y se suma a los éxitos de un grupo de argentinos de la segunda línea, jugadores que merodean entre el puesto 100 y el 200. Para ellos, París está siendo una fiesta. Para los que ganaron, pero también para los que perdieron con lo justo, como fue el caso de Santiago Rodríguez Taverna.
Lo suyo fue eléctrico, enloquecido, asombroso. Número 201 del ranking, jugó a sus 21 años un delicioso partido que perdió 6-4 en el quinto set ante el estadounidense Taylor Fritz, 14 del ranking mundial.
«Por momentos estás jugando y la pelota vuela, pero al rato sentís que estás jugando dentro de una pileta».
Rodriguez Taverna, que enloqueció a su rival y al público con un tenis adrenalínico, llegó al cuadro principal al ganar tres partidos en la clasificación, pero se quedó a nada de dar el golpe y avanzar a la ronda de los últimos 64.
Cachín, Rodríguez Taverna y Tomás Martín Etcheverry, que perdió, encarnan junto a Camilo Ugo Carabelli -que ganó el lunes- la «legión modesta». Hace mucho que le están dando mucho al tenis, y el tenis está ahora comenzando a darle algo a ellos.
Juegan a todo o nada y se retroalimentan y motivan con los éxitos de cada uno de ellos.
Todo en un día de «primavera parisina», algo que suena muy bien, pero que tiene su cuota de engaño: en medio de esa primavera puede esfumarse el sol, puede hacer frío, puede llover.
Y todo eso pasó este lunes en Roland Garros, que ofreció los debuts exitosos de Rafael Nadal y Novak Djokovic y la sorpresa de la francesa Diane Parry eliminando a la checa Barbora Krejcikova, la campeona de 2021.
Nadal, que sumó su triunfo 106 en 109 partidos que jugó en Roland Garros desde su debut en 2005, fue elogiado por Tom Brady (el esposo de Gisele Bündchen, sí) y habló de su tío, Toni: no sería tenista ni exitoso de no haber sido por él.
Pero el que tiene que hablar ahora es Félix Auger-Aliassime, el nuevo pupilo de su tío, dice Nadal, que ya se autoimpuso una misión para la segunda ronda: mejor movilidad y más velocidad con la derecha.
Ser insaciable es probablemente una de las claves de ser exitoso.
Nos vemos mañana, con promesa de más «primavera» fresca y lluviosa en París.