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Andrey Rublev

Los cuartos de final y la «película de terror» de la montaña rusa Andrey Rublev

Con la lengua afuera y agitando la cabeza de un lado a otro celebró Andrey Rublev. Los ojos cerrados y la adrenalina a tope.

Fue el final del viaje en montaña rusa. De ese remate pasó al agotamiento y las ganas de querer irse a dormir. Pero antes, el contrato dice que hay que pasar por TV, y por qué no, ponerse a recordar el “estúpido” cine de principios de los 2000.

«¿Sabes de lo que me acordé cuando hacía la celebración? A esa estúpida película, Scary Movie», comentó Rublev a Nick Kyrgios. El australiano había comentado para Eurosport cómo su colega ganaba por décima vez en su carrera un partido de octavos de final de Grand Slam.

Y otra vez en cuartos. Por segunda vez en Australia, dos también en Paris, una en Londres y cuatro en Nueva York. Todas fueron derrotas.

Rublev ganó un Masters 1000 y jugó otras tres finales en esa categoría. Tiene cinco trofeos de ATP 500 y una medalla Olímpica de oro; ha ganado eventos en equipo – Copa Davis y ATP Cup – y, con la victoria frente a Alex De Miñaur y el público australiano, llegó a los 300 triunfos ATP.

Su juego agresivo que lo llevó a los cinco mejores del mundo contrasta con el gran obstáculo que tiene en su cabeza. El mismo Rublev lo explicó en una entrevista con CLAY hace poco más de un año: “Conozco mis debilidades desde hace muchos años. Para mí lo mental es lo más difícil. Mejoro fácilmente el aspecto técnico o el físico… Es por mi forma de ser. Soy muy emocional y me tomo todo muy personal cuando se trata de algo importante para mí”.

Expresó con sinceridad en 2023 a The Guardian que el acumulado largo de derrotas en cuartos de final en torneos grandes fueron en definitiva por su culpa. “Sentí que tuve chances de estar en semis, pero no pude manejar la presión. No podía jugar por mis emociones. Estaba totalmente apretado y lleno de negatividades”, confesó el tenista de 26 años.

Andrey Rublev llorando después de perder contra Frances Tiafoe en los cuartos de final del US Open 2022

Quizás lo piense Rublev, ¿cuántos jugadores inferiores en triunfos, títulos y ranking han jugado ya más de una semifinal en un torneo grande? ¿Cuántos de golpes menos potentes, agilidad más restringida y saque más limitado se han colado en la instancia prohibida para el ruso?

¿Cuántos indiscutiblemente «menos» que Rublev saborearon algo que él no? Por nombrar algunos de los activos: Shelton, Khachanov, Paul, Norrie, Tiafoe, Cecchinato o Schwartzman.

Si alguien le reprocha su desempeño en Grand Slams él puede decir que no hay superficie en la que no haya destacado y que es miembro del Last Eight Club en todas las grandes capitales del tenis.

Tendrá en Melbourne una oportunidad más para romper la racha que lo atormenta. Aunque, como en la mayoría de las veces, será ante un rival que es favorito: el italiano Jannik Sinner no ha perdido un set en Australia y después de sacar campeón a Italia en Copa Davis el mes pasado con victoria ante Djokovic incluida, pareciera que es su momento.

Le preguntaron a principios del torneo si acaso se sentía confiado para romper la maldición que lo persigue. Sonriendo, Rublev respondió con esa mezcla de honestidad, humor e ironía que tanto lo caracteriza: “Quizás batiré el récord de una forma distinta…como el que nunca pudo estar en semifinales”.

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Reporteando el tenis alrededor del mundo desde hace 10 años. Ha colaborado con medios como La Tercera, Cooperativa, Infobae, y Racquet. Fundador del ex programa de radio Tercer Saque. Pluma & Lente es su espacio personal donde cuenta sus viajes y aventuras.