«Me gustaría estar ahí presente, escuchando, opinando. Me gustaría que los jugadores tengan una voz mucho más fuerte. Djokovic está a la cabeza, intenta llevar ese cambio con la nueva federación [sic] que tiene», dijo Schwartzman tras ser eliminado 6-2 y 6-2 por el español Pedro Martínez en los octavos de final del Argentina Open, el último torneo de su vida.
Schwartzman, de 32 años y ex número ocho del mundo, está convencido de que Djokovic, el jugador de tenis más exitoso de todos los tiempos, «será parte de un posible cambio».
«Creo que el tenis, como muchos otros deportes, en los próximos 10 o 15 años va a ir por un rumbo de cambio. Ya hay otro tipo de competencia, como la UTS, que busca ese cambio. Y muchas veces ustedes [en referencia a los periodistas] de alguna manera comparan lo que gana un jugador en el Tour con lo que ganan en ese tipo de exhibiciones».
«La realidad es que no es solo la plata, sino que son formatos en los que se juegan menos días y tienen más descanso. Entonces es algo que cierra (funciona) por todos lados y creo que el tenis tiene que ir por esos modelos».
¿A qué modelos, a qué ventajas se refiere Schwartzman, semifinalista de Roland Garros 2020? Su plan apunta a quebrar la columna vertebral del ATP Tour, que rige el tenis masculino desde los años ’70. Y, también, a modificar asuntos esenciales del reglamento y de los partidos, que salvando la incorporación de los tie-breaks hace ya casi medio siglo no han variado en lo esencial.

El UTS es un formato de exhibición nacido en 2020 e impulsado por el entrenador francés Patrick Mouratoglou y el empresario ruso Alex Popyrin, padre del tenista Alexei Popyrin. En la UTS no hay sets, sino cuatro «cuartos» de ocho minutos, al estilo de los deportes estadounidenses, y el cronómetro, con límites de tiempo, juega un rol esencial. El DJ se hace escuchar durante los partidos y no importa cuanto ruido haga el público.
Los jugadores son presentados con apodos, desde el «Ice Man» de Casper Ruud hasta el «The Virtuoso» de Richard Gasquet, el «Air Machete» de Tomas Machac o el «Peque» de Schwartzman.
Además, los tenistas juegan menos y ganan más, un dato en absoluto menor.
Schwartzman, que debutó en el UTS en 2024 en Los Angeles, tenía inicialmente previsto jugar este fin de semana en la ciudad mexicana de Guadalajara, en la primera aparición del formato en América Latina. Pero finalmente no lo hará. Recién retirado, estos días de verano en Buenos Aires son para pasarlos con la familia y los amigos. Pero el UTS está entre sus planes inmediatos.
«Hay que dar libertad a ciertos lugares en el mundo que tienen ganas de hacer torneos que no son estos tradicionales de siete días, de dos semanas. Hacer cosas de cuatro o cinco días con distintos jugadores y volverlo un poco más divertido. Al final, cualquier deporte, para sobrevivir, tiene que apuntar a los más jóvenes, a los que siguieron el deporte siempre y a los nuevos. Hay que darle la oportunidad a los torneos y a los jugadores de que piensen nuevas ideas. Sería lo más lógico, sería lo mejor para el deporte».
¿Cuándo sucedería eso? El argentino. cree que aún habrá que esperar: «El tenis va a ir por ese lado. No ahora, sino en varios años, pero va a terminar cambiando algunas reglas».