NUEVA YORK – El español Rafael Nadal ya se anotó un gran éxito antes de arrancar el US Open: venció al dolor. Y eso importa mucho más que su debut de este martes en la noche ante el australiano Rinky Hijikata, 21 años y 198 del ranking mundial.
«Rompió el círculo del dolor», explicó a CLAY un hombre que conoce en detalle el estado físico del ex número uno del mundo, una leyenda del tenis que llegó a Nueva York como dueño de dos de los tres Grand Slams disputados hasta ahora.
¿El círculo del dolor? ¿Qué es eso? Para entenderlo hay que remontarse a una serie de semanas entre mayo y julio de este año, semanas en las que Nadal desconcertó al mundo. Primero habló en Roma, y parecía terminado, el retiro del tenis sonaba probable. Luego ganó Roland Garros y sorprendió a todos, porque explicó que lo hizo con un pie anestesiado. Y finalmente jugó Wimbledon y llegó a semifinales, una posibilidad que rozaba el absurdo si se atendía a sus palabras de unos días antes.
Así es Nadal desde que en 2005 irrumpió con la fuerza de un huracán en el tenis: sorprendente, zigzagueante, contradictorio, avasallante, luchador, triunfador. Y en 2022 sigue siendo el mismo, más allá de que tenga 36 años, esté en camino de convertirse en padre y los más jóvenes puedan llamarlo «señor».
Y aunque él diga que va paso a paso y que le falta ritmo de competición, si está en Nueva York es para ganar el US Open por quinta vez, no para otra cosa.
Hace cuatro meses, en París, una foto de Nadal aterrizó en el teléfono móvil de uno de sus mejores amigos en el circuito. Más que una foto de Nadal, era una foto de su pie. La reacción fue de incredulidad, también de espanto. ¿Cómo podía Rafael Nadal jugar (¡y ganar!) en esas condiciones?
Era una foto de su pie izquierdo, ese pie afectado por el síndrome de Müller-Weiss, que lleva a que el hueso vaya perdiendo vida. Es una necrosis del hueso, el hueso muere.
Lo llamativo es que el hueso lleva muriendo desde octubre de 2005, lo llamativo es que Nadal se convirtió en el jugador más exitoso de la historia del tenis jugando en esas condiciones: con un pie en mal estado y dolores que, con frecuencia, lo obligaban a interrumpir sus entrenamientos.
Es decir, el pie y sus dolores están ahí desde hace 17 años.
«Toda la vida, toda la vida. No es una novedad», dijo Toni Nadal, tío y ex entrenador de Rafael, durante una entrevista con CLAY en Roland Garros.
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Margarita Isse
Nunca se rinde