«El tenis necesita personalidades, personajes como Coco Gauff que alcen la voz para hacer declaraciones importantes. La mayoría de los jugadores tienen miedo de hablar de política», dice Barbara Schett – gran admiradora de Gauff – a la hora de hablar de la adolescente norteamericana que siempre que puede saca temas políticos a la pista.
Schett encuentra las palabras adecuadas para cada una de las tenistas por las que se le pregunta. La austríaca es una estudiosa, una observadora aguda y una inteligente analista del tenis actual.
En una entrevista con CLAY durante la Diriyah Tennis Cup en Riad, la comentarista de Eurosport y ex jugadora profesional durante las décadas de los ‘90 y 2000 cree que no hay forma de que Iga Swiatek deje de dominar el circuito, que Ash Barty tomó la decisión perfecta al dejar el tenis profesional y pide que se le dé más tiempo a Emma Raducanu para que encuentre el talento que tiene.
Una mirada en profundidad de una experta a lo que dejó 2022 en el tenis femenino, y qué es lo que se puede esperar en 2023.
– ¿Le gustó la temporada 2022?
– Fue interesante, empezando por la enorme sorpresa de la retirada de Ash Barty tras ganar el Abierto de Australia. Fue una sorpresa para mucha gente. Iga (Swiatek) subió automáticamente a lo más alto y fue impresionante lo dominante que fue durante todo el año. En cuanto Barty se marchó, empecé a preguntarme cómo iba a manejar Iga la situación como la nueva número uno del mundo. Y lo hizo extremadamente bien: racha de 37 partidos ganados, seis mil puntos de ventaja sobre Ons (Jabeur). Es la jugadora más completa y consistente. Creo que tendrá otra gran temporada, quizá no con esos récords asombrosos. No veo a nadie que pueda vencerla. Es mental y físicamente la más fuerte, la con menos altibajos.
– ¿Ha hablado con Barty recientemente?
– Últimamente no, pero obviamente sé lo que le pasa porque vivo en Australia. Está disfrutando mucho viviendo en su país sin tener que viajar, sin vivir bajo los focos. Pasándolo bien, jugando mucho al golf, últimamente ha sacado un libro. Vendrá al Abierto de Australia por compromisos corporativos, y he oído que va a abrir una academia, así que quiere seguir ligada al tenis de alguna manera. Creo que ha sido la decisión perfecta para ella. Dejar el deporte en tan alto nivel. Gana Wimbledon, gana el Abierto de Australia. Eso es fenomenal.
– ¿No le gustaba lidiar con demasiada presión?
– No era por la presión, simplemente no disfrutaba tanto competir. Estar fuera de casa durante muchos meses… No le gustaba el circuito. Después de ganar Wimbledon, dijo que sentía que ya lo había conseguido absolutamente todo y que no había nada que le diera más placer. Y entonces gana el Abierto de Australia. Es estupendo alejarse cuando eres la número uno del mundo. Es muy difícil hacerlo.
– Hemos sido testigos de una era en el tenis masculino con jugadores que no se hartan de ganarlo todo, tantas veces como pueden. Un poco el contraste de los últimos años del tenis femenino con campeonas como Barty y Naomi Osaka, que no lo disfrutan tanto.
– Ash está contenta con su situación. Quiere tener una familia en algún momento. No se define a sí misma ganando partidos y títulos de Grand Slam. Quiere estar en casa, tener su perro, pasar tiempo con su sobrina. Yo valoro eso. Creo que es genial, no es para todo el mundo. Luego están los Rafas, los Rogers, los Novaks que quieren ganar y ganar y ganar. Son simplemente maneras de ver la vida y la carrera profesional de forma distinta.
– Una pena que no hubiera tiempo para la rivalidad entre Barty y Swiatek…
– No hubo rivalidad porque Ash ganó cómodamente a Iga en todas las ocasiones. A Iga no le gustaba nada su estilo de juego, con el slice, con el saque subiendo a la red. Recuerdo que vi la final en Adelaida y Barty lo hizo parecer tan fácil. Se sentía tan cómoda jugando contra Iga. Creo que muchas jugadoras están contentas de que Ash no juegue, porque tenía un estilo diferente. Ahora, la forma de jugar de las chicas, excepto Ons Jabeur, es muy… no diría unidimensional, pero es bastante directa, con mucha presión, mucha potencia.
– Cuando Borg se retiró, McEnroe sintió una especie de vacío. Su gran oponente se había ido. ¿Pensó, quizás, que algo así podría pasarle a Swiatek?
– Pensaba más en la presión que pesaría sobre los hombros de Iga: de repente se convirtió en número uno, no se lo había ganado físicamente. Pensaba que, desde el punto de vista de la presión, no lo iba a soportar, pero sin duda lo hizo. Ha mejorado mentalmente, sabe cómo vivir el momento. Es el tipo de jugadora que tendremos durante mucho tiempo. Quiere ganar muchos Slams y creo que puede hacerlo. Este año que viene volverá a dominar, no veo a nadie haciéndole el peso.
