Cuando Taylor Fritz era un adolescente, veía que los tenistas capaces de ganar un Grand Slam eran contados con los dedos de una mano.
Hoy, el número uno estadounidense le dice a CLAY que ve el panorama diferente: “Los grandes títulos son más ganables que antes”.
En una entrevista en profundidad, Fritz no se complica para hablar de temas extra deportivos que suelen estar privados de discusión. Lo hace sobre la homosexualidad masculina, quizás el mayor tabú del tenis: “Es extraño (que ningún jugador de élite haya salido del clóset), porque creo que sería aceptado. Nadie en el circuito tendría problemas con eso”.
Fritz diagnostica la obligación que tiene el deporte en atraer nuevos públicos y fanáticos más jóvenes, principalmente atraídos por el drama y los partidos entre tenistas que no se llevan bien. Para él, las raquetas se deberían poder romper con libertad (y sin dañar a terceros).
– ¿Cómo describiría el estado de su ego en estos momentos?
– Siento que soy una persona bastante segura de mí misma. Para ser bueno, o para ser grande en cualquier cosa que hagas creo que necesitas tener mucha confianza en ti mismo y un poco de ego, porque necesitas creer que puedes ser el mejor y eso nunca va a pasar si no crees realmente en ti mismo. Eso es muy importante. No me siento arriba como loco, pero desde luego tengo mucha confianza en mí mismo.
– ¿Cómo es el ego del tenista en general?
Es diferente para cada uno. No voy a dar nombres, pero creo que algunos jugadores tienen un ego muy grande en sus zapatillas, y otros jugadores tal vez no confían lo suficiente en sus habilidades y no tienen estándares más altos para sí mismos.
– En 2023 pueden pasar 20 años sin que haya un campeón de Grand Slam masculino nacido en Estados Unidos. ¿Siente esa presión extra al ser el mejor jugador de su país en el ranking?
– Ha sido bastante difícil ganar Slams en esta época (risas). Si hay gente que me presiona, la verdad es que no lo siento. Tengo expectativas muy altas para mí mismo, y toda la presión que siento es siempre presión que me pongo yo. Lo hago por mí.

– Después de haberse enfrentado a todo el Big 3, ¿Contra quién cree que es más difícil jugar?
– Es muy difícil determinarlo decir. Depende de las condiciones. Nunca he jugado contra Rafa en tierra batida, pero sabemos que es durísimo. Federer en superficies más rápidas. Novak en pista dura cubierta. Esas tres son las versiones más complicadas que puedes encontrar.
– Fue contra Nadal que vivió dos momentos de contrastes en 2022. El primero se convirtió en el título más importante de su carrera en Indian Wells. Y ante tu público. Ni en sueños.
– Fue una locura. Hago lo que hago por ese tipo de momentos. Es la razón por la que juego al tenis. Antes del partido ni siquiera estaba seguro de cómo iba a ser capaz de jugarlo, y luego estoy ganando. Era el veinte del mundo. Una locura de título para mí.
– ¿Y lo dura que fue para usted la derrota en Wimbledon? En una escena tremenda, su familia llegó a pedir a Nadal que se retirara del partido por sus dolores y lesiones.
– Sentí que desde el fondo, derecha, revés, todo era normal. Su movilidad también. Quizá durante un par de juegos parecía diferente, pero en el cuarto y el quinto set recuperaba pelotas que mucha gente normalmente no recuperaría. La mayor diferencia con la lesión fue el saque. Empezó a sacar unos 15 kilómetros por hora más despacio, pero yo sentía que devolvía mejor el saque cuando él sacaba más fuerte, porque me llegaba más y tenía más ritmo con el que trabajar. Cuando empezó a sacar más suave, tuve que meterme más en la pista y también tuve que ampliar el swing de la devolución porque tenía menos ritmo con el que trabajar. Suena raro, pero en realidad sentí que me resultaba un poco más difícil devolver con fuerza y profundidad cuando el saque era más blando.
– La gente se quedó con el «Fritz perdió contra un jugador lesionado».
– La gente no conoce el tenis como nosotros lo conocemos. Creen que si Rafa cortaba todos sus reveses era porque tenía mal los abdominales. En todos los partidos que Rafa ha jugado contra mí, usa el slice en su revés. Es su estrategia, es inteligente. No quiere golpear el revés para que yo tenga una derecha a la altura del hombro que le pueda poner peso. Siempre corta contra mí para no darme nada con lo que trabajar. Vi a un millón de personas tipo: ‘Oh, Rafa no podía golpear de revés y perdiste contra él’. No, así es como juega contra mí y la única diferencia en el partido fue su saque, que incluso me resultó más difícil.
– ¿Sentirán alivio cuando se retiren Djokovic y Nadal?
– Yo no diría alivio, pero desde luego siento que, tal y como están las cosas ahora, los majors son mucho más ganables que antes. Estoy más emocionado porque siento que conseguir estos títulos ya no es tan difícil. La puerta ya se está abriendo poco a poco y ya se puede ver: ha habido muchos más ganadores de Masters 1000 en los últimos dos años que probablemente en toda la vida. Cuando yo tenía 18, 20 años, básicamente sólo cuatro o cinco personas podían conseguir grandes eventos.
