MELBOURNE – Como buen exponente de la armada australiana cuando todavía el juego de saque y red aparecía con frecuencia en el circuito, Mark Philippousis ha querido imprimirle a Stefanos Tsitsipas un estilo olvidado.
“Mark me ha hecho reinventar el tenis”, dijo a CLAY el tenista de 24 años, durante la pretemporada, convencido de que a partir de su metamorfosis, está refrescando el deporte.
La incorporación del australiano de origen griego al equipo técnico que lidera el padre Apostolos está viendo los mejores resultados desde el inicio de la colaboración.
Tsitsipas venció esta tarde al ruso Karen Khachanov por 7-6 (7-2), 6-4, 6-7 (6-8) y 6-3, y accedió a su primera final del Abierto de Australia, luego de haber caído tres veces en semifinales pasadas (contra Rafael Nadal en 2019, y Daniil Medvedev en 2021 y 2022).
«Philipoussis me ha ayudado mucho en mi juego de volea. Eso se lo debo a él. Es una reinvención del tenis, porque hoy en día todo se juega en la línea de base. Con él he empezado a servir y volear mucho más”, contaba el mes pasado.
Luego de seis partidos en Melbourne, si bien los números muestran que Tsitsipas no recurre a la volea en seguida después de su servicio, y él además reconozca que es un estilo que no usa «nunca», a pesar de que “está ahí”, la mano del finalista de Wimbledon 2003 ha hecho la diferencia.
El juego de red de Tsitsipas aparece después de encontrar profundidad con el juego de base, y los porcentajes dicen que le va bien. En tres de cada cuatro ocasiones que el griego visita la malla, gana el punto. Aspecto importante de su juego que lo tienen en su segunda final de un Grand Slam, por mucho que Djokovic lo haya olvidado… y él “también”.
“¿Final contra Djokovic? Yo tampoco la recuerdo”, remarcó el griego frente a los reporteros, como queriendo evitar entrar en el supuesto juego mental del serbio, que hace algunas conferencias de prensa atrás, sacaba al bicampeón de Montecarlo en su discurso sin que se lo hubieran pedido directamente: “Tsitsipas, por ejemplo, es probablemente el tipo con más experiencia de todos los demás. Ya ha jugado fases finales de Grand Slam varias veces, aunque creo que nunca ha jugado una final, ¿o estoy equivocado?”.
Luego le recordarían que él mismo le dio vuelta el partido final en el Abierto de Francia de 2021.
Podría ser un lapso genuino de quien ha jugado 32 finales grandes en su carrera. También, una estrategia inteligente de quién era entonces su más probable oponente de camino a su décima corona en Australia. Y lo será. Pero Tsitsipas intenta que no le dañen sus juegos metales.
La copa del primer Grand Slam del año y el número uno del mundo están en juego.
