Cambiar la raqueta por la paleta y salir decepcionado: le sucedió a un campeón de Grand Slam, que al ocupar un puesto importante en el mundo del pádel se dio cuenta del desorden organizativo y del nulo espíritu colaborativo de sus colegas dirigentes. El tenis es otra cosa, muy superior, admite.
Para el ex tenista sueco Thomas Johansson, «el tenis está muchísimo más organizado». Lo que está sucediendo hoy en el pádel profesional es un lamentable «caos» ocasionado por el ego de «varias personas» que acaba por afectar a los jugadores, dijo el campeón del Abierto de Australia 2002 durante una entrevista con WALL.
Johansson fue director general del APT Padel Tour, uno de los tres circuitos que dominan la escena profesional, propiedad del empresario monegasco Fabrice Pastor.
El sueco ocupó el puesto por un año y medio, desde poco después de la fundación de dicho tour, hasta el pasado junio. Abandonó superado por la imposibilidad de unir fuerzas con la competencia en beneficio del deporte y de los atletas: “Quise hacer las cosas un poco más colaborativas entre los circuitos, mejorar la comunicación, pero era muy difícil. Casi imposible porque muchos de los altos directivos se consideran más importantes que el mismo deporte”.
“Yo ya tuve el centro de la atención como tenista, no necesito tenerlo de nuevo. Por eso intenté enfocarme en hacer crecer el pádel, educar a los jugadores, preocuparme por ellos y ayudarlos. Pero como sucede ahora, hay demasiada gente a la que le sólo le importan ellos mismos en vez del deporte y eso causa mucho daño. Todos saben de quién hablo. Al final los jugadores son quienes van a sufrir”, critica Johansson, quien además de un Grand Slam, ostenta la Copa Davis con Suecia en 1998 y la medalla de plata en dobles de Beijing 2008 (derrota en la final ante Roger Federer y Stanislas Wawrinka).
