NUEVA YORK – Las hormonas de la felicidad producen un efecto visible en Nadia Podoroska.
La dopamina y las endorfinas estuvieron menos presentes en su cuerpo en el último año, producto de una serie de lesiones que la alejaron de la competencia y no la dejaron vivir el deporte tranquila.
Pero ella igual se las arreglaba para estar en una cancha, aunque sea sentada en una silla, pegándole a la bola: «No podía mirar tenis por la tele de lo mal que me ponía».
Nadia Podoroska atribuye en parte las buenas energías a su novia, la tenista argentina Guillermina Naya. «Hoy te celebro a la distancia, pero te siento a mi lado todos los días de mi vida», publicó en su Instagram el día del cumpleaños de su pareja.
Naya fue un factor importante en la recuperación de la semifinalista de Roland Garros 2020, cuando en Alicante, su lugar de residencia, lejos de su entorno más cercano, su cuerpo le demandaba más tiempo de pausa. Fue entonces cuando cruzó el Atlántico para llevarle a Nadia Podoroska el impulso y cariño necesario cuando nuevas lesiones comenzaron a atormentar.
Hoy luce radiante en su hábitat favorito: los grandes torneos. Durante el US Open, conversó con CLAY del año en que descubrió lo mucho que ama el tenis. Ese deporte que ella misma describe como no apto para «cualquier tipo de personalidad».
– Se le ve muy bien, muy feliz. Como si brillara.
– Estoy bien. Estoy en un buen momento de mi carrera. Viví un tiempo complicado, los meses pasados atravesé lesiones, mucha incertidumbre, así que volver a un Grand Slam, volver al circuito a competir es lo que quería cuando estaba tirada en la cama sin poder entrenar. Así que feliz de estar acá.
– ¿Cuánto extrañaba esto durante ese tiempo que estaba tirada en la cama sin poder entrenar?
– Aaaauuuff, un montón, un montón. Qué angustia ya de pensarlo…sí, sí, sí, muchísimo porque soy una persona muy activa, y las lesiones no sólo impiden la competencia, si no el poder entrenar. Lo llegué a sufrir mucho, de que me cambia el ánimo, me cambia todo.
– ¿Cuáles eran los detalles de las lesiones?
– Paré de competir el año pasado luego de este mismo torneo. Ya venía arrastrando molestias físicas en una pierna. Tuve una tendinopatía en el isquiotibial, en la inserción, una lesión a nivel del tendón que básicamente me impedía correr. Para jugar al tenis mirá que tenés que correr, así que estaba dando muchas ventajas a nivel físico. Ya venía entrenando poco. Decidí parar para poder recuperarme. Y siguieron. Después tuve un edema óseo, no podía pisar, estaba con bota. Luego una lesión en la rodilla de la otra pierna.
– Lesiones que se van generando precisamente producto de las anteriores.
– Exactamente. El cuerpo va forzando otras partes para compensar lo que no puede utilizar. Así van apareciendo los dolores y las molestias. Luego, desentrenada, cuando se vuelve a empezar, afecta al equilibrio. Diez meses fuera del circuito es una barbaridad para este deporte que exige tanto ritmo y que competís todas las semanas. La diferencia es tan poca que perder esa continuidad y ritmo es fatal.
– Le dedica tanto tiempo, es su vida, y de repente pasa un año sin hacer eso que le gusta.¿No se le pasó por la cabeza que tiene que hacer algo diferente? ¿Estudiar algo, quizás?
– Por suerte, a pesar de estar tanto fuera de competencia me mantenía entrenando de alguna manera. O trabajaba la parte mental, o el físico, o lo tenístico aunque fuera sentada en una silla en mitad de la cancha. Aproveché también de estar en Argentina con la gente que quiero. No empecé a estudiar nada ni hice ningún cambio groso, es que no sabía que iba a ser tanto tiempo, lesión, me recupero, me resiento, paro, vuelvo. Esa incertidumbre no te deja planear tanto.
– ¿Con qué combatía esa angustia?
– Desde septiembre a diciembre pude estar en la Argentina con mis papás. Ese cariño y esa energía positiva de estar en casa ayudan mucho. De ahí me fui a España, estaba bien porque parecía que faltaba poco para volver a competir. Cuando supe que sería más tiempo pudo visitarme mi mamá. Después fue a verme mi novia. Ahí se fue dando.
– ¿Hay algún activismo que le motive? ¿Alguna bandera que le gustaría portar?
– La verdad que no porto ninguna bandera, no porque no quiera ni me guste. Me encanta la gente que está comprometida socialmente, pero no creo todavía tener la fuerza y el tiempo. He vivido una revolución en mi vida después de lo de Roland Garros, que me generó mucho movimiento, mucha exposición a nivel mediático, entonces voy como con cautela. La vida que tengo en el tenis, me demanda mucho tiempo, así que capaz que eso lo dejo para algún futuro.
– Alicante no está nada mal para vivir.
– Es muy buen lugar, de playa, mar y montaña. Ahí los fines de semana hacía alguna excursión como para poder cortar con la rutina del entrenar. Ayudaba para la angustia.
– ¿Algún lugar que recomiende para visitar?
– Conocí todos los alrededores de Alicante. Toda la costa. Fui a Valencia también a Calpe, Benidorm, Jávea. España es un país hermoso para recorrer, pero bueno, no hice ningún viaje largo, era todo ahí cerquita, por el fin de semana.
– ¿Visita las ciudades donde juegas los torneos?
– Siempre trato de recorrer un poco, hacer alguna actividad tranquila. En Nueva York fui a Central Park, fuimos para el lado del Soho. También ahí cerca del río Hudson con Juampi mi entrenador. Está una amiga que vive acá en la ciudad y es mi guía turística.
– ¿Tuvo algún descubrimiento personal durante esta etapa?
– Me tengo que ir mucho tiempo para atrás para pensar esto (risas). Lo que más te demuestra un tiempo así, es todo lo que una está dispuesta a hacer para volver, cuanto quiere estar ahí compitiendo. No podía mirar tenis por la tele de lo mal que me ponía, ni quería mirar la fecha porque decía hace tantos días que no puedo competir. El estar afuera te dice lo mucho que quieres esto que haces.
– Entonces se dio cuenta lo mucho que ama al tenis.
– Sí, sí, sí. Siempre he tenido varias lesiones y siempre mi repuesta es que esto es lo que me fascina hacer.
– Porque lo que le pasa con mucha gente que se lesiona es que descubren que la vida puede ser otra cosa y de repente no extrañan al tenis.
– Eso no me pasó. Los primeros meses aproveché de hacer otras cosas en Argentina, pero luego lo único que pensaba era en retomar.
– ¿Cómo es ser argentina en el circuito, ser rubia, llamarse Nadia Podoroska, que imaginamos que todo el mundo piensa que es kazaja, rusa, bielorrusa y nadie imagina que es sudamericana?
– (risas) Si, me han hablado en ruso esperando que conteste y yo…¡Noo!, ninguna palabra, ni siquiera hola. Tengo ascendencia ucraniana, pero no es que se hablara ruso en mi casa (risas). Mis bisabuelos eran los ucranianos, y ni llegué a conocerlos.
– ¿Mira Argentina a la distancia? ¿Sigue lo que pasa ahí, o prefiere abstraerse un poco?
– Tengo momentos. Cuando tengo tiempo sí que me gusta leer un poco, por mis seres queridos que están la mayoría ahí, me leo la actualidad. ¿Está muy movida la cosa, no? Siempre viéndolo de afuera es peor que vivirlo ahí. La inseguridad y la inflación son los temas que más se hablan afuera, ya cuando estás ahí en el día a día te terminás acostumbrando. Bueno, sé que Argentina está pasando por una situación complicada.
– En el tenis seguro que sueña con más. ¿Qué le gustaría que no dejara de pasar de ninguna manera antes de decirle adiós a la raqueta?
– Yo sueño con ser número uno del mundo. Con ganar un Grand Slam y uno de mis mayores sueños, que es que el tenis femenino argentino pueda tener más jugadoras, más referentes, y que hayan más torneos y posibilidades. Compará una europea o norteamericana con una sudamericana por tema de logística de viajes. Las sudamericanas dan muchas ventajas. Es mucho más complicado vivir en esa parte del mundo. Por eso es que vivo en Europa. Sería un sueño ayudar a cambiar esa desventaja.
– Dijo alguna vez Mercedes Paz, que el tenis femenino argentino sufre la competencia con el hockey. Que como es un deporte grupal, los padres están más tranquilos con que las chicas no viajan solas. ¿Es así?
– Sí, las Leonas han sido unas grandes referentes del deporte. Al ser un deporte en equipo creo que también es más fácil para las nenas empezar a practicarlo. Sinceramente, el tenis no es para cualquier tipo de personalidad. Es un deporte muy individual, muy solitario.
– ¿Si tuviera una hija la haría tenista?
– Dejaría que haga lo que ella quisiera. Le daría la opción de que haga deporte, porque la vida de la deportista es muy linda.
Si les ha gustado esta entrevista a Nadia Podoroska, no se pierdan, en este link a nuestro sitio, muchas otras entrevistas a los grandes protagonistas del tenis.
One Reply to “Nadia Podoroska y la energía de su novia para volver a ser tenista a pleno – conversación con una mujer radiante”
Margarita Isse
Así es, un deporte muy individual.
Muy interesante