MÁLAGA – La historia de Cenicienta de Finlandia que llegó a donde no esperaba en Copa Davis. El equipo nórdico derrotó a Argentina en las eliminatorias, dejó en el camino a Croacia y Estados Unidos en septiembre y eliminó a Canadá en los cuartos de final. Estaban en semis sin nada que perder y ante una afición ruidosa que calentó como nunca al equipo de hielo.
Hasta que por primera vez en la historia se encontró en una serie con Australia y su tradición copera.
El equipo australiano, subcampeón el año pasado, dio el primer golpe con Alexei Popyrin, hijo adoptivo de la ciudad de Marbella. El australiano se afinca a menos de una hora en auto de Málaga durante sus descansos entre torneos. Había sido la figura contra República Checa, y frente al finés Otto Virtanen no decepcionó.
En dos parciales el reemplazante a Thanasi Kokkinakis venció por 7-6 y 6-2 al finlandés y puso en ventaja al equipo australiano.
Turno para De Miñaur
Alex De Miñaur, de raíces españolas y uruguayas, cargó con la responsabilidad de cerrar la eliminatoria y liberar a su equipo de disputar el punto decisivo en el dobles. Tras un comienzo dubitativo, el australiano se repuso y acumuló cinco juegos en su cuenta para tener la oportunidad de cerrar la primera manga por un resultado de 6-2. Sin embargo, el número 69 del ranking ATP, Emil Ruusuvuori, se repuso y consiguió maquillar el marcador que se cerraría por un 6-4.
El segundo set arrancó con un break al inicio que le bastaría a De Miñaur y su selección australiana para alcanzar la victoria 201 de su historia en Copa Davis (alcanzó la cifra bicentenaria contra República Checa.
Por el otro lado, les esperan la serbia del número uno del mundo, Novak Djokovic o la siempre temida squadra italiana capitaneada por el italiano Jannik Sinner. ¿Habrá vendetta?