PARÍS – ¿Qué se juega el domingo Carlos Alcaraz? «Un partido de tenis»
El tenista español de 22 años responde con simpleza y liviandad una pregunta que podría tener un análisis complejo. Porque este domingo 8 de junio de 2025 en París, Alcaraz saldrá a la cancha principal de Roland Garros a defender su título, a prolongar su invicto en finales grandes, a extender su paternidad contra Jannik Sinner.
Pero Alcaraz ya hace parecer que todo es sencillo y normal. Que disputar una final en el Abierto de Francia es una cosa que tenía que pasar de forma automática, y que su presencia en la pista en el último día de torneo era tan obvia como la de un amateur una mañana de fin de semana en la cancha con tiza del club de barrio.
«Será un gran domingo de tenis para los fans», anticipó el español. Imposible que no lo sea cuando los mejores tenistas de la época chocarán por el título de un Grand Slam. Escenario nunca antes visto.

Alcaraz disputará su tercera final en la Philippe Chatrier en los últimos doce meses. Sus antecedentes son agridulces. El 9 de junio de 2024 se recompuso de una desventaja de dos sets a uno ante Zverev para ganar su primer título en Francia; el 4 de agosto lloró en la pista de frustración y con un el sentir de que le había fallado a su país luego de perder la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París.
«Mentalmente he ido aprendiendo de las situaciones por las que he pasado, de jugar finales de Grand Slam, de momentos malos, de momentos buenos, e ir forjando un nivel mental fuerte, capaz de solventar grandes problemas. Tengo 22 años y voy encontrando momentos para madurar de a poquito, de ir creciendo», analizó frente a los medios.
«Disfruto cada momento de jugar con Jannik, aunque es un sufrimiento. Me empuja cada día a ser mejor, y el feedback que recibo cuando juego con Jannik, con Novak, es muy importante para mi progreso», dijo Alcaraz. El español lidera los enfrentamientos contra el número uno del mundo por 7-4.

Un detalle de color: en el entrenamiento previo a su partido contra el italiano Lorenzo Musetti, Alcaraz sacó su celular y fue a fotografiar la placa con la huella de Nadal, plantada por siempre en la Philippe Chatrier.
«Era el momento perfecto para acercarme, verla, echarle una foto, tenerla de recuerdo. Yo creo que es algo muy bonito y obviamente como Rafa siempre es mi gran inspiración, ha sido mi ídolo, yo creo que tener ese recuerdo, echarle la foto de la placa en la pincha, yo creo que tenía que tenerla.
Como si quisiera absorber la energía y el legado de su referente y natural antecesor. La presencia simbólica de quien ganó 14 títulos en París, sobre quien el domingo buscará «recién» el segundo, en algo tan simple —y tan complejo— como un partido de tenis.