MELBOURNE – México tiene por fin, y después de muchos años, una tenista en el primer nivel del circuito de la WTA. Sin embargo, eso no atrae a las marcas: Renata Zarazúa cuenta hoy con exactamente los mismos patrocinadores que a inicios de 2024, el año en el que ganó dos títulos y se situó como número 51 del ranking mundial.
«Bueno, no tengo patrocinios, pero tengo gente que me apoya», se resignó Zarazúa, de 27 años, durante una entrevista con CLAY en Melbourne.
Si 2024 se cerró con un título individual (Charleston) y uno en dobles, 2025 se abrió también de forma promisoria para Zarazúa, que ganó en su debut en el Abierto de Australia, algo que una jugadora de su país no hacía desde Angélica Gavaldón en el 2000. Jasmine Paolini, la gran jugadora italiana, la frenó en segunda ronda.
Dividida entre Guadalajara, donde vive, y la localidad estadounidense de Boca Raton, donde pasa mucho tiempo entrenando, Zarazúa sueña con llegar más lejos en el tenis.
– ¿Qué aprendió de la derrota ante Paolini?
– Cuando terminé el partido me dio mucho coraje (pena) porque sentí que estaba jugando muy bien, pero obviamente siento que ella está un poquito un nivel más arriba que yo, sobre todo con experiencias de jugar en estadios grandes, en partido de noche. Yo siento que eso a mí me ha costado manejarlo, un poquito los nervios la presión de esperar todo el día sabiendo que vas contra la número cuatro del mundo, como que esas cosas te juegan mucho mentalmente. Pero creo que voy a aprender de eso.
– ¿Esa espera fue entonces también un aprendizaje?
– Sí, al final en un Grand Slam juegas muchas veces después del partido de los hombres, y es al mejor de cinco sets, no sabes si va a ser una hora, dos horas, tres… Entonces mantener la energía y las ganas me pareció un poco difícil. Pero una vez que estaba en la cancha se me pasaron los nervios, aunque obviamente ella es alguien que está jugando muy bien, siento que tiene mucha confianza en sí misma.
– Hacía mucho que el tenis mexicano no tenía una mujer jugando al nivel que usted mostró en 2024. ¿Cuál es la meta para 2025?
– El año pasado fue muy muy bueno para mí, gané torneos en semanas en las que no me sentía tan bien tenisticamente. Descubrí que confiando y poniendo buena actitud, literalmente ganaba los partidos. Eso me dio confianza, ahora sé que un arma mía puede ser quizá lo mental cuando mi juego no está ahí. Entonces si el plan A tenístico no funciona, sé que hay un Plan B, que puedo seguir ganando torneos. Eso fue un aprendizaje enorme.
– La importancia de ganar jugando mal, ¿no? Pues ganar jugando bien es más fácil.
– Es parte del tenis, es parte del deporte, pero hay que aprenderlo.
– México es un gran país, con mucha población y grande en tamaño. Es también un país muy deportivo, aunque al tenis siempre se le ha complicado el arraigo popular. Con usted y con Giuliana Olmos en dobles, ¿cree que el tenis femenino puede volver a crecer?
– Sí, siento que, sí, es como dices. Quizá no le dan la importancia que a otros deportes, como al fútbol. Siento que es algo que quizá podríamos mejorar un poquito más, que la gente de México sepa que Giuliana y yo estamos aquí, compitiendo. Porque es raro: tenemos los mismos patrocinadores que hace un año, básicamente.
– ¿No sumó ninguno tras una temporada tan exitosa como la de 2024?
– Nada en mi vida cambió. Fuera de que, obviamente, juego torneos más grandes, el prize money es mejor. Quizá eso lo puedes balancear mejor con tener un equipo más grande, con que quizá de repente viajar con un preparador físico, pero nada de lo otro cambió.
– No la reconocen entonces en su país.
– Fui candidata al premio nacional del deporte, pero un año ya lo había ganado, entonces no sé si fue por eso, no sé si se puede ganar dos veces.
– México tiene muchos torneos, ningún país de América latina organiza tantos. Hay dinero entonces dedicado al tenis. ¿Cómo es que a la mejor, la única singlista mexicana, no le llegan sponsors nuevos?
– Lo que me gusta mucho es que al haber tantos torneos en México, cuando voy y juego la gente me apoya un montón. Entonces es como que eso se me olvida, ¿sabes? Me digo: ‘Bueno, no tengo patrocinios pero tengo gente que me apoya’. Y al final, en lo personal, es muy motivante, es algo que sigue empujando mi carrera, que la gente me apoye. Lo pongo en la balanza y eso compensa la falta de patrocinadores.
– ¿Proviene usted de una familia de dinero que haya podido sostener tu carrera o el éxito de 2024 le vino justo para poder continuar compitiendo?
– Obviamente me vino muy bien, pero siempre ha habido una persona, Javier Sordo, en México, que me ha ayudado desde que yo era junior y nunca me ha pedido nada a cambio. Lo ha hecho de corazón, lo agradezco muchísimo y gracias a él pude empezar a viajar y empezar mi carrera en el tenis. Porque al principio que no ganas mucho dinero, es bastante difícil. Pero fuera de él, pues no hay nada más.

– ¿Se plantea algún gran sueño en 2025?
– Que me vaya bien en los Grand Slams.
– ¿Y qué es que le vaya «bien»?
– Cuartos de final. A partir de cuartos de final puede pasar cualquier cosa, pero llegar hasta ahí es duro.
– ¿Cuándo crecía como tenista, como joven tenista, a quién admiras, como quién quería ser?
– Bueno, admiro mucho, la verdad, a Rafa Nadal. Yo sé que es hombre, pero es tenista, lo admiro mucho por las ganas que le pone. Sé que tuvo lesiones, sé que quizá no tiene los golpes tan naturales como un Roger Federer, pero se ve que luchó y trabajó y consiguió todo lo que ha conseguido en su carrera.
– ¿Lo ha tratado? ¿Ha hablado con él?
– Sí, es con el único, Un «hola», un «suerte». Así, poquito pero suficiente.
– Usted es una tenista que también juega dobles, algo que muchas eluden, ¿se siente una doblista que puede llegar tan lejos como en single o su prioridad es el individual?
– Mi prioridad siempre va a ser el individual, al menos ahora, en este punto de mi carrera. Pero jugar dobles es divertido, sacas un poquito los nervios. Yo sé que en los Grand Slams los doblistas se lo toman súper en serio, pero en algún momento, si ya no puedo jugar singles, me gustaría seguir jugando dobles. Para mantenerme ahí, en la vida del tenis.
– ¿Qué le pareció la innovación en Australia de tener al entrenador, al equipo técnico, dentro de la cancha dando instrucciones?
– Me gusta, porque sientes que están ahí contigo y eso es bueno. Sentir que no estás completamente sola. A veces allá arriba es difícil escucharlos, entonces que estén ahí más cerquita al menos no sufres.
– ¿Cómo se maneja con las redes sociales? ¿Es algo que utilice, algo que siga o se mantiene aparte?
– Las sigo cuando estoy en torneos, trato de no ver mucho, sobre todo Instagram, pero también lo uso para salirme un poco del tenis. Siento que no puedes pensar las 24 horas solo en tenis, tenis, tenis, y yo soy alguien que me encanta estar en el gimnasio y luego entrenar. La gente me dice, no, tienes que hacer algo más, que no sea entrenar, gym, tenis. Entonces uso Instagram también para conectar con la gente que me apoya. Siento que ellos hacen un esfuerzo por mandarte un mensaje de felicidades y creo que yo tengo que tener la humildad y el tiempo para responder o al menos verlo o agradecer.
– ¿Y lo hace usted? ¿No hay un community manager que se ocupe de esto?
– No, a veces lo hace mi papá, pero normalmente lo hago yo personalmente.