PARÍS – La controversia en el tenis por el deseo de Italia de ser sede de un quinto torneo de Grand Slam crece en intensidad: ahora es Madrid la que pide albergar un torneo del nivel de Roland Garros, aunque con ciertos matices. Primero, porque se plantea volver a jugar sobre la polémica arcilla azul, y luego, porque un Grand Slam podría no ser suficiente.
«¿Por qué limitarse a un Grand Slam? Quiero un Súper Slam», dijo Gerard Tsobanian, presidente y CEO del Masters 1000 de Madrid, durante una entrevista con CLAY y RG Media en París.
La Federación Italiana de Tenis (FIT) intentó en los últimos meses comprar las dos semanas del calendario tenístico anual en las que se ubica Madrid. De lograrlo, podría unirlas a las dos en que se desarrolla el Abierto de Italia, en Roma y ser dueña de un mes completo, más que suficiente para organizar un súper torneo.
Pero eso no sucederá, dice Tsobanian, de 60 años, que está al frente del torneo español desde su primera edición en 2002. El francés de origen armenio ironiza: «Habría que hablar con el Dios del tenis, pero no nos ha dejado ni su teléfono».

Entrevista a Gerard Tsobanian
– Roma quiere un Grand Slam, algo que Ion Tiriac planteó hace muchos años para Madrid, ¿qué le parece?
– Me acuerdo, claro. Y yo quiero también un Grand Slam, por supuesto. Yo puedo hacer un Grand Slam en Madrid, ¿por qué no tengo yo el derecho también de hacer un Grand Slam en Madrid?
– ¿Qué quiere decir?
– Primero, que tener un Grand Slam no debe depender de los jugadores que tienes en el top 100 o top 10 o top 50, no debe depender de los jugadores que están, porque si Roma ha esperado hasta ahora para decirlo es porque tienen tantos jugadores. Imagínate cuántos Grand Slams debería tener España si miramos a los jugadores que han tenido en la primera posición del mundo. Entonces, hay que estudiarlo. Pero te digo que no hay ninguna posibilidad de hacer ahora un Grand Slam, porque el que va a decidir es Dios. No tengo su número, tampoco lo tiene el señor presidente de la Federación de Italia de Tenis.
– Aquel año en el que Tiriac impuso la arcilla azul en Madrid dijo también que quería jugar en el futuro con pelotas fosforescentes. Y añadió: «Yo no quiero un Grand Slam, yo quiero hacer algo más grande que un Grand Slam».
– Exacto, ¿por qué limitarse a un Grand Slam?
– ¿Y qué sería algo más grande que un Grand Slam?
– Un Super Slam.
– ¿Qué sería eso?
– No sé, vamos a discutir e inventarlo. Si hemos inventado muchas cosas en el tenis… Si hay una idea, ¿por qué no escucharla?
– ¿Jugar con más de 128 jugadores, ofrecer el doble de premios?
– No creo. Es algo más que más premios, más puntos, o menos jugadores y más puntos, o más premios, menos jugadores. Yo no creo que el cuadro de 128 sea algo para siempre, no creo que sea la mejor solución. Los aficionados quieren ver las rivalidades entre los mejores lo más rápido posible. No quieren partidos donde hay un desequilibrio inmenso entre un jugador y el otro. Queremos estar rápidamente en el fin de semana de la mitad de un Grand Slam porque ya empiezan en ese momento los partidos interesantes. O sea, los tiempos se aceleraron, la gente tiene menos… paciencia o menos tiempo. Hay mucha más variedad y cosas por hacer. Mientras hacen una cosa, las personas leen los mensajes o escuchan podcasts o hablan con no sé quién. Entonces hay mucha variedad y actividades que se hacen a la vez.
– Eso lo nota en la vida diaria y como alguien con responsabilidades en el tenis…
Sí, yo creo que hay que crear una dinámica un poco más corta, como en el golf. Yo creo que jugar 18 hoyos en un partido de golf es mucho tiempo y los jóvenes no tienen esta paciencia para jugar 18 hoyos hoy en día. Les gustan los deportes más cortos, más intensos. Lo mismo vale para el tenis, hay que intentar que no se alarguen mucho los partidos, hay que llegar más rápido al momento de drama o de finalización. Por eso hacen en Next Gen las pruebas de recortar a cuatro juegos.

– ¿Le gustaría jugar en Madrid con el formato del Next Gen?
– Sí, yo creo que es algo que vale la pena probar, pero tienes que pedir permiso.
– Como debieron pedir permiso para cambiar el color de la arcilla en Madrid. ¿Eso es asunto terminado o alguna vez lo volverán a hacer?
– Es una idea que no está muerta, no está muerta.
– ¿Qué quiere decir?
– Quiere decir que puede resucitar.
– No es un zombie…
– No, puede resucitar, puede resucitar.
– ¿Y el color sería azul? ¿O con el paso del tiempo se te ocurrió que hay un color mejor que el azul para eso?
– A mí me gustó el azul.
– Pero se lo hizo mal aquella vez.
– Sí, el azul era muy bueno, pero hubo mala suerte, mala praxis, mala preparación. Muchos factores, el drenaje que no estaba bien, etcétera, etcétera. La próxima vez hay que prepararla adecuadamente y ponerla en marcha de manera más estructurada, paso a paso.

– IMG, la empresa dueña de Madrid, está vendiendo sus activos en el tenis. ¿Italia va a comprar Madrid?
– No, no la van a comprar.
– ¿No?
– No, ya no son candidatos.
– ¿Y cuándo se resolverá esa venta?
– Ahora, en el verano (boreal).
– Y si se vende, ¿el torneo de Madrid seguirá en Madrid o cambiará de ciudad?
– No. El torneo ya se ha vendido anteriormente, ¿y dónde estamos? En Madrid.
– ¿Entonces no va a suceder lo que sucedió cuando en 2002 Tiriac trasladó el torneo de Stuttgart a Madrid?
– No.
– Se lo nota un tanto molesto con la idea de la Federación Italiana de Tenis de comprar las semanas de Madrid y crear un Grand Slam, ¿lo sintió como una provocación?
– No, provocación no, pero dudaba de las intenciones detrás de la compra.
– ¿En qué sentido?
– En el sentido que me preguntaba por qué una federación quiere comprar un torneo que está fuera de su país. No es una inversión de un fondo que quiere hacer dinero y que hace crecer un evento. Es una federación de otro país
que quiere comprar un torneo que está en otro país, no en su país.
– ¿Lo de unir las cuatro semanas y crear un gran torneo tenía sentido?
– Pero, ¿cómo van a unir las dos semanas? ¿Hacer un torneo de un mes? ¿Quién decide por eso? La primera pregunta es, ¿a quién pedir el permiso de hacer un quinto Grand Slam? ¿Con quién hablarlo? Por eso te digo, como hasta ahora nadie ha dicho si hay que hablar conmigo, con mi hermana, con mi madre o con Dios, yo supongo que hay que hablar con Dios, el Dios del tenis, porque el otro Dios tiene mucho trabajo más importante que decidir si hay un Grand Slam más o no. Y el Dios del tenis no sabemos quién es. No, ni ha dejado un teléfono. Si el Dios del tenis finalmente diera el teléfono, un mail o se pudiera encontrarlo…
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