PARIS – Una mañana perfecta en la rutina de Alexander Bublik sucede así: suena su despertador a las diez de la mañana, se levanta con calma, disfruta de un café, habla con su familia y juega con su hijo. Con suerte a mediodía sale de su casa u hotel a entrenar, prepararse para un partido o hacer alguna otra cosa.
Con ese ideal de slow morning, ser programado para jugar en el primer turno de un Grand Slam, a las 11 de la mañana, es una tragedia para el kazajo.
«Estaba un poco somnoliento en los dos primeros sets. No soy de esos tipos que se despiertan siempre a la misma hora y hacen sus cosas», dijo frente a los medios en Roland Garros.
El tenista de 27 años venció al australiano Alex de Miñaur en un partido que en muy pocos casos se imaginaba ganando. Mucho menos después de que partió perdiendo los primeros dos parciales.
Bublik es de esos personajes necesarios en el tenis. No solo porque es capaz de forzar a un quinto set con un golpe de entre las piernas cuando podría haberse acomodado para pegarle de derecha. Si no porque habla con una sinceridad fantástica, sin un discurso armado, sin miedo a que lo juzguen.
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“Ya estaba revisando los pasajes de avión en mi cabeza. En cierto modo, perder no me importaba demasiado. Pensé: voy a aceptar la derrota. He ganado 12 o 13 partidos en arcilla este año, así que estar en segunda ronda aquí ya es un logro. Nunca antes había ganado tantos partidos en arcilla, así que estaba un poco cansado. Para mí, perder en tres sets habría estado totalmente bien. Mi equipo lo sabía”, reconoció.
«Les dije: si hago algo excepcional, genial. Si no, estaré en casa a las 9 de la noche. Pero luego pensé: está bien, me quedaré, le pegaré a la pelota. Y si tengo una oportunidad —sé que soy capaz de ganarle a estos tipos— la voy a aprovechar».
El número 62 del mundo despertó justo a tiempo para dar vuelta el partido y sorprender a De Miñaur por 2-6, 2-6, 6-4, 6-3 y 6-2 tras una batalla de casi tres horas. Enfrentará al portugués Henrique Rocha por un lugar en los octavos de final del Abierto de Francia.
