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«A veces pienso que ojalá nunca hubiera ganado el US Open» – la entrevista más honesta de Emma Raducanu

La vida de Emma Raducanu es extraordinaria en muchos sentidos. A fines de agosto de 2021 ganó en la cancha 11 de Flushing Meadows su primer partido de las clasificaciones del US Open frente a un puñado de personas. Y nueve partidos después (sin perder un set), el 11 de septiembre de 2021, se convertía en el shock del tenis femenino al levantar el trofeo frente a 24 mil espectadores en la Arthur Ashe de Nueva York.

Nacía así una superestrella del deporte. Pero Raducanu a veces, en lo profundo de su ser, desea nunca haber alcanzado aquella gloria: “A veces pienso que ojalá nunca hubiera ganado el US Open, que ojalá no hubiera ocurrido», confiesa a Gavandra Hodge, en una muy honesta entrevista para The Sunday Times Style.

Ese deseo acaba siempre reemplazado por el recuerdo de la euforia que sintió luego de vencer a Leylah Fernández por 6-4 y 6-3. “En ese momento, cuando estaba celebrando, estaba como ‘literalmente aceptaría cualquier sufrimiento del mundo por este instante’”, dice.

Aquel encuentro con el máximo premio en el tenis llegó en estado de gracia: «La gente habla sobre el flow. Yo sólo lo he experimentado un par de veces en mi vida y esa vez fue una. Estaba tan en el momento, fue una locura. Ni siquiera pensaba, mi cuerpo sólo se movía”.

Raducanu no sólo entró en la historia del deporte, si no que también se convirtió en un éxito comercial. En icono publicitario. En un deseo irresistible para las marcas, rendidas ante su carisma, su belleza física y su talento frente a las cámaras. Por supuesto, también seducidas por la herencia cultural que la tenista lleva consigo. Su padre es rumano de Bucharest, su madre es china de Shenyang. Ambos se conocieron en Toronto, donde nació Raducanu. Cuando tenía dos años, se mudaron a Londres.

“Esa herencia le confiere un atractivo global único, que le permite trascender la escena tenística y convertirse en una estrella universal”, describe Hodge en el suplemento de moda y estilo de vida.

Raducanu y Dua Lipa en una campaña publicitaria para el agua mineral Evian // EVIAN

Un dato que habla por sí solo: en 2022 se estima que sus ganancias superaron los 28 millones de dólares gracias a los contratos con Nike, HSBC, Porsche, Evian, Dior, Tiffany y Vodafone. Así escaló al tercer puesto entre las atletas mejor pagadas, después de Serena Williams y Naomi Osaka.

“Tuve que madurar muy rápido”, dice la británica: “Cuando gané (el US Open) era extremadamente ingenua. Me di cuenta que el tour y todo lo que lo rodea no es muy agradable, no es un lugar seguro para estar confiada. Hay que levantar la guardia porque hay muchos tiburones rondando. La gente de la industria me ve como un chanchito alcancía. Me he quemado un par de veces, pero aprendí y así intento mantener mi círculo lo más pequeño posible”.

Hoy, Raducanu no puede ni abrir una botella para beber agua. En mayo se sometió a cirugía de sus dos muñecas y le puso fin a un calvario que se acrecentó hace un año en Wimbledon, cuando empezó a trabajar con su quinto entrenador desde que es tenista profesional. “Estaba motivada, entrenando más de la cuenta y con muchas repeticiones. Acarreaba el dolor porque no quería ser percibida como débil”, confiesa.

«Luchaba contra el dolor físico, pero el aspecto mental también me resultaba muy difícil. Si perdía un partido, me deprimía mucho, pasaba un día de luto, literalmente mirando a la pared. Siento las cosas con muchísima pasión e intensidad”.

Y aquella batalla se hacía más complicada porque sentía que no podía compartir lo que le estaba sucediendo, para así no regalar ventaja a sus rivales. Se desahoga Raducanu: “Estaba bajo mucha presión, la gente no tenía idea de lo que me pasaba y yo tenía que lucir esta fachada y guardar todo para adentro. Ha sido dificilísimo. Y luego ser criticada. Soy muy joven y todavía estoy aprendiendo y cometiendo errores. Es mucho más difícil cuando cometes errores delante de todo el mundo y todos opinan al respecto”.

Cuenta en la entrevista una anécdota el día que fue nombrada miembro de la Orden del Imperio Británico (MBE) por el rey Carlos en Windsor. Conducía al encuentro con ropa deportiva. Al llegar a Windsor entró en un probador de Zara y salió vestida con Dior. Luego en la ceremonia, el rey le preguntó: “¿Has encontrado un entrenador?”. “¡Buena broma! El hecho de que esté al tanto del tema ya me honra”, respondió Raducanu.

Judy Murray le aconsejó a Raducanu en dialogo con CLAY que le diera una oportunidad a las mujeres a trabajar en su equipo.

“Tener amigas a tu alrededor y mujeres en tu equipo si eres una jugadora femenina creo que sólo puede ser algo bueno, porque las mujeres fueron una vez niñas y por lo tanto entienden todos los cambios físicos y emocionales por los que pasan las chicas”, apuntó la madre y ex entrenadora de Andy Murray.

Quizás pueda tomar la sugerencia de una que sigue de cerca el concierto tenístico.

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Reporteando el tenis alrededor del mundo desde hace 10 años. Ha colaborado con medios como La Tercera, Cooperativa, Infobae, y Racquet. Fundador del ex programa de radio Tercer Saque. Pluma & Lente es su espacio personal donde cuenta sus viajes y aventuras.