Es muy sencillo: se trata de dinero, de más dinero. Si es posible, de mucho más dinero. El tenis está convencido de que necesita más millones en sus arcas y más músculo financiero para sobrevivir en la cada vez más competitiva escena del deporte mundial. Su conejo en la galera se llama «Tennis Ventures», la herramienta con la que aspira a reducir la distancia económica con el golf y plantarse con algo más de fuerza ante la arremetida saudí.
¿Cómo hacerlo? Uniendo fuerzas. Andrea Gaudenzi, el ex tenista italiano que dirige la ATP, viene impulsando con fuerza un acuerdo con su contraparte de la WTA, Steve Simon, para ofrecer y negociar juntos los derechos de televisación y streaming. Eso es, en esencia, «Tennis Ventures», aunque hay bastante más aún. El «Premier Tour», por ejemplo.
Pero hoy hay otras urgencias.
«¿Por qué el tenis no es como el golf?».
La pregunta surgió en los primeros días de este mes de junio en París. Se la hizo un hombre que ha visto en el tenis prácticamente todo lo relacionado con torneos, estructura, política y, por supuesto, jugadores.
«El tenis recauda anualmente 800 millones de dólares por sus derechos», explicó a CLAY ese hombre metido hasta el tuétano en los poderes del tenis.
«Seiscientos millones los aportan los cuatro torneos de Grand Slam, y de esos 600, 400 millones son de las cadenas de televisión domésticas. La ATP aporta 130 millones, y la WTA, los 70 que restan».
«Es poco para un deporte tan importante, ¿no? Este año, en una reunión en Indian Wells, todos hablaban del acuerdo de Discovery con la PGA/Liv, de los 3.000 millones de dólares que obtendrán por derechos de televisación».
«El camino es claro: si nos unimos ATP y WTA y vendemos un producto en conjunto vamos a recaudar más».
Eso es «Tennis Ventures», que tiene ya un precedente impulsado por el terror que despertó en el deporte la pandemia en 2020: impulsados por la debacle que aparentemente se avecinaba, la WTA y la ATP anunciaron en enero de 2021 una «colaboración sin precedentes» para integrar sus operaciones de marketing.
Pero ahora quieren ir más allá.
«Ahora estamos empezando a hablar de Tennis Ventures, que es la fusión de Tennis Data Innovations, ATP Media, los activos comerciales del ATP Tour y WTA Ventures. En eso estamos trabajando, y estamos plenamente comprometidos con ello con la WTA y nuestras tres entidades comerciales», dijo recientemente Andrea Gaudenzi en una entrevista con Sportcal.
«Empezar desde lo comercial tiene mucho sentido y aportará el mayor valor a los aficionados», añadió.
La «garganta profunda» del tenis ve con entusiasmo el proyecto: «Si esto funciona vamos a mostrarle a los Grand Slams y a la ITF que tiene sentido que ellos se unan a nosotros».
Hay un grupo informal en la dirección del tenis, pero que se reúne en forma virtual y presencial cada tanto, llamado T7, los siete del tenis: ATP, WTA, ITF y los cuatro torneos de Grand Slam.
Gaudenzi quiere que ese T7 llegue más lejos, que se arme un frente común para vender el «paquete completo» del tenis, tal como sucede en muchos deportes.
«Si luego seguimos con la gobernanza de la co deportiva, el ATP Tour y el WTA Tour, para gestionar el producto, podría ser un paso natural de seguimiento. Mi deseo es que lo hagamos conjuntamente con los Slams. Si tenemos una gobernanza y un producto, la idea es también incorporar a los slams porque es algo natural».
¿Qué rol juega en todo esto Arabia Saudita, que hace unos meses parecía ser capaz de comprar el tenis en su conjunto?
«No, no lo va a hacer», dice «garganta profunda».
«Arabia Saudita no va a intentar comprar el tenis, porque tiene expectativas razonables de que le den un Master 1000 a inicios de temporada y algunas cosas más».
En ese contexto se inscribe el «Premier Tour», un intento de la ATP de racionalizar su calendario y esquema de torneos.
Si se pregunta a aquellos que conocen bien el pensamiento del ente rector del tenis masculino, la respuesta es clara: no queremos más torneos, queremos menos.
El «Premier Tour» recuerda un tanto a lo que siempre dijo Ion Tiriac: el tenis debe ser como la Fórmula 1, no más de 20 pruebas al año y todas del máximo nivel. Esto, en palabras simples, implica el adiós de los ATP 500 y ATP 250, que quedarían en un segundo escalón, una suerte de challengers. Con más dinero, pero challengers.
«En la Fórmula 1 hay profesionalismo. El tenis es uno de los pocos deportes en los que el deportista no es un empleado con contrato, sino un profesional libre, que juega o no. El tenista no tiene un pago mensual», explicó Tiriac a CLAY durante una entrevista en 2022.
El rumano, organizador de torneos de altísimo nivel, un verdadero innovador de su deporte, no confía en Gaudenzi.
«Gaudenzi le dio a los jugadores demasiada libertad. No podés vender todo, duplicar el prize money en dos años. Duplicar los premios en 2024. ¿Cómo? El mundo se está hundiendo, la economía se está hundiendo y este quiere duplicar los premios. Está loco».
«Y otra cosa: después que termina un torneo viene Price Waterhouse a controlar mis documentos, a ver qué ganancia he hecho porque tenemos que repartir las ganancias al 50 por ciento con los jugadores. Después de haberles pagado los premios».
Pero diga lo que diga Tiriac, Gaudenzi está convencido de que la solución es más dinero para los torneos y los jugadores y menos certámenes. Aunque el tenis no será como la Fórmula 1.
«El ‘Premier Tour’ incluiría los cuatro Grand Slams y los Masters 1000, pero también parte de los 500, Y ahí se abre toda una discusión», dijo a CLAY un hombre de altas responsabilidades en el circuito masculino. «¿Puedes dejar a todos los 500 fuera del circuito? ¿Y si sumas a algunos, a cuáles?».
ATP y WTA
«El asunto es que esto no es sencillo. La gente fuera del tenis piensa que se une a ambos circuitos y ya está. Y no es así. Es más complicado. Hay contratos, y además, la ATP y la WTA no son dueñas de nada. Son los torneos los que son los dueños. La ATP y la WTA representan a los torneos y los jugadores, pero por sí sola, la ATP no puede mover todo. Es el ente rector del tenis masculino, es dueña del ATP Finals, del Next-Gen. Los Grand Slams son dueños de los Grand Slams, y la ITF de la Copa Davis y la Copa Billie Jean King. Pero nadie es dueño de todo ni de mucho».