Alejandro Tabilo tenía un trato con sus padres en la época en la que el tenista vivía en Norteamérica. Cuando se metiera en el top 400, podría representar a Chile. El premio se adelantó cuando en un torneo Futuro en Canadá, siendo el 856° del ranking su papá lo desafió. Si vencía al chileno Nicolás Jarry, quien estaba más de 400 puestos más arriba, comenzarían los trámites de nacionalización.
Fue triunfo de Tabilo y cambio de pasaporte dentro de la pista. Canadá le ofrecía viajes y apoyo económico, pero el deseo de representar al país de sus padres le importaba más.
“Yo tenía un grupo de música folklórica y ensayábamos en mi casa, por lo que el ‘Jano’ siempre estuvo apegado a la cultura. Además, fuimos los primeros en tener la señal de televisión chilena, por lo que todos iban a la casa a ver los partidos de fútbol de Chile”, recordó el padre Ricardo Tabilo sobre los tiempos de infancia del tenista en Toronto, en declaraciones a La Tercera.
En esa época también cambiaron los números de la balanza. Tabilo tenía un sobrepeso que le perjudicaba en su rendimiento en la cancha y también le ocasionaba dolores físicos. No lograba destacar, y sus 100 kilos eran señalados como el gran problema de un jugador de 188 centímetros de altura.
«Él llegó con bastante desconfianza en su tenis y también con muy poca masa muscular. Pesaba 65 kilos. Decidimos quitarlo de las competencias por tres meses y lo hicimos engordar y que comiera más. Nos ocupamos de la parte psiquiátrica y psicológica también. Nos fue bien: subió ocho kilos en un mes y medio. Cuando volvió a competir, lo hizo increíble», dijo Guille Gómez, entonces técnico de Tabilo. Gómez y Tabilo acabaron su vínculo laborar tras el Madrid Open.
«Bajar de peso hizo que se me acabara el dolor lumbar, pero se me pasó la mano», reconoció Tabilo, que optó bruscamente por cambiar su dieta y dejar de comer carbohidratos.
El “no” a Djokovic
El éxito de Tabilo en el Abierto de Italia se explica también por el buen ritmo de partidos oficiales con el que llegó a Roma, lo que no habría sucedido si el chileno hubiera aceptado una oferta del número uno del mundo.
Tras ser eliminado del Masters 1000 de Madrid, Novak Djokovic contactó al chileno para invitarlo a entrenar cuatro días a Montenegro, con todos los gastos pagados. Según cuenta La Tercera, su padre le aconsejó que no aceptara la invitación para evitar que el serbio lo estudiase demasiado. “Ya lo estaban mirando”, dijo Ricardo Tabilo.
En definitiva se anotó en el Challenger 175 de Aix-en-Provence y salió campeón. Siete días después le propinó al serbio la derrota más rápida de toda su carrera sobre arcilla en la tercera ronda del Masters 1000 italiano, y sumó dos triunfos más sobre el ruso Karen Khachanov y el chino Zhang Zhizhen para situarse en su primera semifinal de Masters 1000 de su carrera, y la primera de un chileno en 15 años. El último había sido Fernando Gonzalez, en Roma.