SANTIAGO, Chile – Hay cosas que en el tenis no suceden con mucha frecuencia. Una de ellas es encontrar torneos profesionales femeninos en Sudamérica. Este lunes, arranca una serie de cuatro WTA 125 por la región: Chile, Brasil, Argentina y Uruguay. Son los equivalentes a los torneos Challeger de la ATP.
«Logramos reeditar un torneo 125, los que aportan muchísimo en el ecosistema del tenis femenino. La WTA ha sabido darse cuenta que todos los torneos, desde un 125 a un 1000 aportan al tenis. Se demoraron en entenderlo, pero ahora están dándole mayor impulso a eventos pequeños. Se dieron cuenta que si no trabajas la base, si no te preocupas de las tenistas que están entre el 80 y el 250 del ranking, será muy difícil que en el futuro surjan nuevas jugadoras», dice Macarena Miranda, directora del WTA 125 de Chile a CLAY sentada en las tribunas del recientemente restaurado Court Central Anita Lizana del Parque Estadio Nacional en Santiago.
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El estadio colorido e impecable que puede recibir a 3500 espectadores es una posible sede para el futuro del evento que organiza. En 2023, al igual que el año pasado, el campeonato se realizará en Colina, comuna al norte de Santiago de Chile, a los pies de la Cordillera de los Andes. Es un escenario hermoso que enamora a las tenistas que se animaron a venir. ¿La más importante? La egipcia Mayar Sherif, defensora del título.
«Sherif es una figura a seguir. Un personaje relevante para el mundo árabe», dice Macarena Miranda.
Entrevista con Macarena Miranda
– Las jugadoras vienen aquí buscando puntos que las metan en el Abierto de Australia, pero también vienen a jugar un torneo muy lindo.
– Las que lo probaron el año pasado quedaron muy contentas. Que una referente como Sherif haya vuelto en lo que fue el mejor año de su carrera (casi se mete top 30) es genial. Viene Nadia Podoroska, me llamó hace un tiempo y me dijo que quería jugar. Sara Errani también viene, ella es una jugadoraza que siempre dará buen espectáculo en la cancha. El tenis femenino más allá de los nombres invita a sorprenderse. Se verá un lindo espectáculo. El del tenis femenino ha sido un camino muy largo, este año se cumplieron 50 años de la WTA. Cada hito es importante y es un lujo ver a buenas tenistas acá.
– ¿Qué tiene el tenis femenino que no tenga el masculino?
– Me gustan mucho la manera en que se dan los rallies. Ver la garra que le ponen las mujeres. La fuerza y la determinación, el ímpetu. Las mujeres demostramos mucho más, somos muy guerreras.
– ¿Qué debe pasar en Sudamérica para que existan más torneos con mayor interés del público?
– Es como el huevo o la gallina. Me voy hacia fases anteriores: es importante que en la base de la pirámide del tenis se pueda encantar a las mujeres. Antes íbamos por un carril muy solitario con muy poco desarrollo en otros deportes femeninos. Hoy está muy fuerte el hockey, el vóleibol, el básquetbol. Los deportes individuales son más duros y más caros para el desarrollo en etapas iniciales.
– ¿Cómo ve usted el creciente interés de poderes árabes por el tenis femenino? ¿Qué le parece que Arabia Saudita, un país donde los derechos de las mujeres no valen lo mismo que los de los hombres, reciba torneos de la WTA?
– Lo veo como algo positivo. Es demostrar que sí se puede. Pienso en la población femenina de esos lugares y lo veo como un punto de inflexión a través del deporte. Vienen a aportar a esa sociedad donde ahí las mujeres pueden ver que sí se puede.. Esa población quizás ve esas instancias muy lejos, como de otro mundo y no parte del mundo árabe. Trato de pensar en positivo.
– Usted que se ha relacionado con el tenis desde varias posiciones (fue tenista, es periodista de profesión, directora de torneos)… ¿Cómo cree que ha evolucionado la relación entre los deportistas y los periodistas?
– Es difícil. Los dos mundos tienen que estar en sociedad, pero no es fácil, porque muchas veces hay ciertas cosas que el periodista debe comunicar, pero que a la vez puede perjudicar al deportista. Yo busqué aportar con la difusión del deporte femenino desde cuando pocos lo hacían en mi país. Empecé a hacer torneos de tenis femenino cuando nadie daba un peso. Como periodista yo rara vez incomodaré a una deportista con alguna pregunta. Me cuesta entender esa actitud, pero la entiendo. Mi misión es aportar dentro de lo positivo.
– Muchos deportistas tienden a pensar que le hacen un favor a los periodistas al hablar con ellos.
-Ah, no. Eso me carga. Alguna vez reporteando torneos experimenté eso de tener que estar esperando y que después el deportista no hable. Es algo que me parece impresentable y no estoy de acuerdo. Eso sucede en situaciones donde el jugador está en una burbuja. Este ambiente que envuelve estos eventos deportivos hace que los deportistas entren en un círculo cerrado donde el ego se les sube. Lucho contra ese tipo de sistema y en mi condición de directora de torneo WTA busco traspasar el ser super sencilla y obrera. Voy a entregar el premio, y si tengo que llevar el agua, lo voy a hacer también.
– ¿El tenis femenino compite con el masculino?
– Hay audiencias que se repiten, pero hay un público cautivo en los dos, y es diferente. El tenis femenino todavía tiene que transitar en una vía solitaria. Creo que en torneos pequeños cuando el evento es mixto las mujeres pierden protagonismo. A mí me gusta que las tenistas sean protagonistas, explotar su imagen de manera correcta.
– El torneo de la WTA Finals no se desarrolló como se esperaría, hay problemas de marketing y comunicación, y hacen falta más eventos. ¿Qué está haciendo mal la WTA? ¿Tiene alguna crítica?
– Prefiero mirar el lado positivo y creo que la WTA ha sabido darse cuenta que todos los torneos, desde un 125 a un 1000 aportan al tenis. Se demoraron en entenderlo, pero ahora están dándole mayor impulso a eventos pequeños. Se dieron cuenta que si no trabajas la base, si no te preocupas de las tenistas que están entre el 80 y el 250 del ránking, será muy difícil que en el futuro surjan nuevas jugadoras. Los 125 si que aportan muchísimo en el ecosistema del tenis femenino.
– ¿Cómo estuvo esa gala de celebración de los 50 años de la WTA que se hizo en Nueva York?
– Tengo varias anécdotas. La gala de la WTA fue tremenda. No estaba sentada en la primera fila claramente, si no que en una mesa bastante secundaria. Mary Pierce en la mesa vecina. Me sorprendió mucho la sencillez de Gabriela. Yo le digo Gaby a Sabatini. Entrenábamos juntas, no tuvimos la oportunidad de jugar porque ella se fue muy temprano a profesionales. En la gala tenía una fila tremenda de gente que quería su autógrafo y cuando nos vemos me saluda muy efusivamente por mi nombre. Me dice: “Che, Maca, me contó Mercedes Paz de tu torneo. Tremendo torneo que están haciendo”. Que se acuerde de mí con esa sencillez y que alabe nuestro evento fue fantástico.
– ¿No la invitó?
-No, es que no tengo muchas patas (tener arrojo o atrevimiento). No se si da para invitarla, pero que una figura como ella se dé cuenta del tremendo esfuerzo de hacer este torneo en Chile, está muy bien. Es lindo saber que es una más de las que valoramos el circuito en Sudamérica.
– ¿Con quién más compartió?
– Después me acerqué a Billie Jean King y le dije que la admiro mucho, que los caminos que ella abrió fueron muy importantes. Se emocionó con lo que le decía. Se acordaba de la vez que vino a Chile. Destaco la sencillez de ella y de todas las grandes. Es algo que nos cuesta acá en Chile, porque esta Cordillera de los Andes hace que vivamos en un mundo paralelo. No nos deja ver más allá. Yo fui la «primera chilena en estar 340 del mundo”, la «primera en ganar un Chirimoya Bowl”. Argentina no tiene eso, allá son muchas, tienen más historia con tantas jugadoras que han competido arriba. ¡Y todas son muy sencillas!