PARÍS – Cuando todo pendía de un hilo para Carlos Alcaraz en la final de Roland Garros, el propio jugador le mandó una señal a su equipo. Ahí estaba. Se venía la remontada.
Mirada segura, y empuñadora bien firme en la raqueta. Hasta Juan Carlos Ferrero ya no creía que un final feliz era posible.
«No voy a decir que creía que se recuperaría de esa, pero Carlos nos ha demostrado que con él, todo es posible. Lo hizo nuevamente», dijo su entrenador. El momento en cuestión: el 0-40 del 3-5 en el cuarto set. Tres puntos de campeonato para Jannik Sinner.

Ni azar, ni magia. Tampoco despilfarro de su rival. Lo única explicación para la remontada de Alcaraz según Ferrero, tiene que ver con su inmenso espíritu de lucha. Y ligado a ello, su fuerte conexión con el público.
«Lo felicité por ese espíritu de lucha, esa capacidad de entrega, y por creer absolutamente en todo momento que ganar era posible. Eso es lo que pedimos en el equipo. Lo que ha hecho no es para nada sencillo. Yo como jugador experimentado en el circuito, sé lo realmente difícil que es», reveló el ex número uno del mundo.
«Creo que ha sido algo completamente irreal», dijo Ferrero. Así lo cree por el contexto: torneo, rival, cronología del encuentro. La final más larga en la historia del Abierto de Francia.
«Habiendo estado así, a punto de perder, y poder salir de esa… eso es dar un paso más en cuanto a ser más fuerte mentalmente. No hay muchos jugadores que luchen así, que se recuperen, y que puedan ir por el partido de esa manera», reconoció el entrenador.
Jugar con el público a su favor, e interactuar con ellos durante los momentos buenos y malos, también fue clave. Alcaraz se alimentó de la energía de los fans de la Philippe Chatrier y con ello, desplegó su mejor tenis: «Se conectó con el público y eso le ayudó muchísimo».
«Nació para jugar en este tipo de situaciones», destacó Ferrero.