PARIS- Seis millones y medio de habitantes tiene el país más pequeño de América continental. El Salvador, arrinconado entre Guatemala y Honduras frente al Pacífico, es famoso por las espectaculares olas que atraen a los adictos al surf. Los fanáticos del senderismo en tanto, recorren sus rutas entre volcanes.
Pero por lo que no destaca, es por su historia deportiva.
Hay como registro, sólo un título mundial bajo la bandera azul y blanca: Carlos Hernández, boxeador nacido en Estados Unidos de padres salvadoreños. “El Famoso”, como le apodan, fue campeón superpluma de la Federación Internacional de Boxeo en 2003.
Debajo de eso, un cuarto lugar mundial en el fútbol playa, un quinto lugar olímpico en ciclismo y dos clasificaciones a Mundiales de fútbol, con el registro incluido de haber recibido la goleada más abultada en la historia de las Copas del Mundo: 10-1 ante Hungría en España 82.
De aquel gol de Luis Ramírez Zapata, el único en 6 partidos jugados en mundiales (todas derrotas) se hizo un documental: “Uno: la historia de un gol”.
Los salvadoreños quieren a ese gol, y que exista un documental en torno a ese hito, demuestra de manera inevitable que su palmarés deportivo es extremadamente pobre.
Y a pesar de que el tenis no arrastra en El Salvador las pasiones del fútbol, desde Paris llega un logro que lo enriquece esa historia llena de tragedias. Dado los estándares, lo enriquece demasiado. Marcelo Arévalo está en la final del dobles de Roland Garros. Un título sería, indiscutiblemente, el hito más importante en la historia del pequeño país.
“Creo que no sólo juego por mí, mi equipo y mi familia. Juego también por mi gente de El Salvador. Siempre me han apoyado. Esto es un logro personal, pero también para mi país. Estamos aquí para ser campeones de Grand Slam”, dijo Arévalo luego de ganar las semifinales de ayer ante el indio Bopanna y el holandés Middelkoop, su ex compañero.
Al lado tiene a un experimentado que ya ganó dos Grand Slams y también es holandés: Jean-Julien Rojer. Ambos juegan juntos desde este año y ya llevan 2 títulos ATP en 3 finales. Sin contar la de este sábado. Juegan en la Chatrier contra Dodig/Krajinovic.
The Beast, como le apoda su equipo, derrocha energía en la cancha. Tiene una actitud electrizante por sobre la media. Si alguien lo alienta desde la tribuna, él responde con miradas y gestos. No le son indiferentes. Tampoco lo es su país. Saltará a la arcilla con el fin de hacer un poco más grande la breve historia deportiva de El Salvador.
2 Comments to “El Salvador se asoma a lo desconocido: «Estamos aquí para ser campeones de Grand Slam»”
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