LONDRES – Antes del debut en Wimbledon, el teléfono de Pedro Cachin explotaba. Le tocaba jugar con Novak Djokovic, y sus amigos lo llenaron de mensajes de ánimo. «La gente me decía que lo disfrutara. Yo les decía que claro que lo iba a disfrutar, porque ganarle es imposible», contó el argentino a CLAY en Londres junto a un reducido grupo de periodistas.

«¿Cómo imposible?», le respondía la gente. No puede ser tan imposible. Nadie tiene que pensar así.

Es que Cachin aprendió de la experiencia. Fue cuando jugó contra Alexander Zverev en Indian Wells.

“Ahí salí a ganarle a Zverev y me enfoqué sólo en el juego. Y jugué mal, no disfruté nada, la pasé re mal dentro de la cancha, me quería ir lo más pronto posible. No iba a tropezar de nuevo. Con Novak voy a dejar que juguemos y ver primero cómo es la cancha. Una vez que entré me pareció inmensa, muy distinta a las de afuera, un poco más alto el pasto. Mi superficie no es la ideal, así que tampoco podía pretender tantas cosas», relató.

«Por supuesto que no entré a ganar, pero cuando me veía que estaba sacando bien yo y él no devolvía de la forma que nos tiene acostumbrados, dije ‘bueno, seguí disfrutándolo, no te pongas tanta presión, pero confiá un poquito más. Y bueno, luego no jugué un buen tiebreak».

Después de caer ante el serbio por 6-3, 6-3 y 7-6(4) en un partido interrumpido bochornosamente por más de una hora por la lluvia, en un estadio con techo retráctil que tardó más de la cuenta en mandarse a cerrar, Cachin no quiso reservarse lo que sentía: «Cuando lo saludé en la red le agradecí y le dije que fueron mis mejores dos horas de toda mi vida en el tenis».

Cachin idolatra a Djokovic y no lo esconde. «Ha hecho mucho para el tenis, y no sólo para él, si no que para los que jugamos contra él y nuestras familias. Genera mucho Novak, estamos agradecidos», reconoció.

«No quería taladrarle (insistir) tanto; pero por mí le habría pedido una camiseta firmada, le habría dicho lo mucho que nos ha enseñado, ha elevado el nivel. Es el mejor de la historia, los números no mienten. Para nuestro deporte viene espectacular tener a alguien que compita al nivel de Messi y toda esta gente. No se lo dije tampoco, pero trabajé mucho para tener una oportunidad como esta. Él viene, compite y gana, pero no se da cuenta lo que nos cambia a todos nosotros. Es demasiado influyente», dijo.

El primer día de la historia en que Wimbledon arranca con dos argentinos jugando en la Cancha Central, fue para Cachin uno que le va a cambiar la vida.

Hoy juega con «un sueño menos que cumplir».

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