MELBOURNE – Arrancar un torneo como estadounidense y terminarlo como mexicano. Ernesto Escobedo vivió una semana especial.
“Ya llevaba mucho tiempo queriendo jugar por México y por fin lo logré”, dice satisfecho durante una entrevista con CLAY en el balcón de centro de prensa de Melbourne Park. Está feliz. Muy feliz. El momento más importante de su vida en el tenis: “Eso para mí lo es todo”.
En el Abierto de Australia se inscribió en las clasificaciones aún bajo la bandera estadounidense. Sus padres son mexicanos, del estado de Zacatecas, lugar que visita a menudo. Él nació y fue criado en Los Ángeles, donde todavía reside. Puertas adentro, la cultura mexicana siempre estuvo viva, sobre todo por la comida. “Mi mamá cocina muy rico. Tortas, chilaquiles, menudo, pozoles, lo que quieras”, dice riendo, con un acento que delata una vida entera en Estados Unidos.
En la espera de su tercer partido clasificatorio en Melbourne recibió la noticia que venía esperando: de manera oficial, la ITF lo reconoció como competidor mexicano después de algunos trámites. Cuando ganó y clasificó al cuadro principal, posó ante las cámaras con la bandera de su “nuevo” país. Perdió en primera ronda contra el japonés Taro Daniel, pero la derrota no empañó el momento de dicha del primer hombre mexicano en jugar un Grand Slam desde Santiago González en 2009.
De cola de león, a cabeza de ratón
Hay casi 30 estadounidense mejor ubicados que Escobedo en el ránking ATP. Por eso es que pasó de ser cola de león, a cabeza de ratón. Ahora es el número uno de México. Con ese status, sabe que muchos más ojos estarán puestos sobre él. “En el singles de hombres no hay nadie, y por eso tendré una responsabilidad muy grande. Todos me van a ver, pero estoy listo para esa etapa en mi vida. Siempre quise hacer cosas grandes en México. Motivar a los niños”, comenta ilusionado.
Fue en el patio de la casa familiar en Jerez de García Salinas donde el tenis comenzó a impregnarse en los Escobedo. El abuelo construyó una cancha de tenis, de dimensiones más pequeñas, donde jugaba su papá. “No tenían red, sólo un cordón, y ahí empezó todo. En la casa de mis abuelos, donde me aseguro ir ahí cada seis meses. Todavía existe, tengo fotos. Es muy auténtica. Es muy vieja, pero auténtica”.
Este mes volverá a México, y por primera vez lo hará oficialmente como el tenista mexicano que siempre quiso ser. Jugará challengers en Monterrey y Puerto Vallarta, y el ATP 500 de Acapulco, entusiasmado con el recibimiento que tendrá de la gente: “¿Si voy a llorar? Sí. Un poquito».
Los objetivos ambiciosos de Ernesto Escobedo
Escobedo tiene objetivos ambiciosos con el tenis del país que hoy lidera. La Copa Davis es su gran ambición: “Quiero llevar a México al Grupo Mundial”. Se refiere a las finales. México enfrentará a Taiwán en los playoffs del Grupo I (una especie de segunda división), así que tiene mucha tarea por delante, aunque para aquella serie no estará presente. “Lo siento tan importante como tener alguna buena actuación en un Grand Slam”, confiesa.
También sueña con vencer al tenista que toda su vida lo inspiró. En la pieza de su casa en California, un poster de Rafael Nadal adornaba las paredes: “Lo quité hace como unos años. ¡Es que lo quiero ganar, wey! Lo amo, pero, no, no, no, lo quiero ganar un día, wey”.
One Reply to “México en la piel de Ernesto Escobedo: «Todos me van a ver, yo estoy listo»”
Eduardo Álvarez del Castillo
Santiago González es el último mexicano en jugar un GS como singlista.
Fué el US Open de 2010, me parece.
Perdió en 1ra ronda vs Mardy Fish.