Aleksandar Kovacevic no puede tomarse en serio el pickleball como un deporte profesional: «¡Odio el pickleball! Me parece una versión muy tonta del tenis».
«Es un juego entretenido; mi abuelo probablemente lo entendería en unos 20 minutos. Pero como deporte profesional de verdad, es una broma», dijo a CLAY y RG Media en esta entrevista.
El tenista de 26 años, actualmente número 79 del mundo, reconoció que ha habido etapas en su vida en las que también llegó a odiar el tenis, y describió la competencia como «emocionante y horrible al mismo tiempo». Años después, Kovacevic se dio cuenta de que tenía un gran talento y empezó a exigirse más: «El tenis puede llevarte a lugares bastante oscuros».
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En esta conversación, que tuvo lugar durante el torneo Challenger 175 de la Copa Cap Cana en República Dominicana –evento que acabó ganando–, Aleksandar Kovacevic compartió algunas opiniones interesantes, como cómo humanizó a Djokovic y por qué no se opondría a sacar a los apostadores del tenis.
Entrevista con Aleksandar Kovacevic
– ¿Qué habría sido si no fueras tenista?
– Realísticamente, habría trabajado en finanzas, algo aburrido quizás. Pero si pudiera soñar con hacer otra cosa, sin duda sería snowboarder. Lo que más me gusta en el mundo es estar en una montaña nevada, no importa lo que esté haciendo. Ya sea haciendo snowboard o simplemente relajándome.

– ¿Cuál es la diferencia entre bajar una montaña en snowboard y estar 5 iguales en el tercer set de un partido apretado?
– Definitivamente es más relajante estar en una montaña, sobre a nieve. Es como una forma de escapar del mundo real, de mi vida normal. El tenis me ha dado mucho en esta vida, pero también, a veces, se siente como un trabajo. La competencia es emocionante, pero también puede ser horrible. No es nada agradable perder un partido 6-4 en el tercero. Ganar se siente increíble. El calor de la batalla tiene su lado bueno y su lado malo. La temporada de tenis es muy larga y exigente. Sí, me encanta competir, pero también valoro mucho los pocos descansos que tenemos. No son muchos, así que cuando llegan, los aprecio de verdad. No muchos tenistas lo dicen, pero a veces disfrutamos no jugar. A veces, lo mejor de todo es justo el momento entre las grandes competencias.
– ¿Alguna vez ha odiado el tenis?
– Sí, absolutamente, sobre todo cuando era chico. Sigue siendo una relación de amor y odio. El tenis puede llevarte a lugares bastante oscuros, especialmente cuando pasas tanto tiempo viajando. Tu estado de ánimo depende de si ganas o pierdes. Y si pierdes mucho, mentalmente te puede llevar a un lugar donde no quieres estar. Es duro. A veces uno desearía tener un trabajo normal, donde las cuentas se pagan ganes o pierdas, sin la necesidad de competir. Pero también es una vida muy gratificante. Cuando era niño, no siempre tenía la motivación para jugar. Mis padres tenían que empujarme. Ya más grande, me di cuenta de que tenía un talento y era bastante bueno en el tenis. Así que empecé a decirme: “Bueno, veamos hasta dónde puedo llegar con esto”. Y empecé a exigirme más.
– ¿Cuándo fue la última vez que se sintió atrapado en un lugar oscuro?
– El tenis es muy solitario. No tienes compañeros en los que puedas apoyarte, y cuando tienes una mala noche, nadie puede entrar en tu lugar. Es difícil, pero obviamente no vivimos las peores vidas del mundo. Es una buena vida. No me puedo quejar tanto. Hay gente que está muriendo en otras partes del mundo. No puedo decir que mis problemas sean comparables. Pero hablando de mi vida, si estoy perdiendo ocho o nueve partidos seguidos, yendo de semana en semana con las mismas experiencias duras, para mí no es una vida fácil. A finales del año pasado, no me estaba yendo bien ni dentro ni fuera de la cancha. No podía ganar dos partidos seguidos desde el US Open. No es que estuviera pensando en retirarme, pero es duro, de verdad. Cuando tu vida gira en torno a un solo deporte y no estás rindiendo bien, simplemente lo pasas mal.

– ¿Cuál ha sido el mejor día de su carrera hasta ahora?
– Quizás cuando jugué contra Djokovic en la cancha central de Roland Garros, en 2023. Fue increíble. Él era mi ídolo cuando crecía. Todavía lo es. Es el mejor tenista de todos los tiempos. Obviamente, Federer y Nadal ya están retirados, pero Djokovic… no creo que le queden diez años en el circuito, así que poder enfrentarlo en una cancha tan grande y en un torneo importante fue algo que no se presenta muchas veces. A menos que esté avanzando en los torneos, uno no juega mucho contra esos tipos. Fue un privilegio para mí y estoy muy agradecido de haber tenido esa oportunidad. Me encantaría ver todo lo que hace, casi para copiar algunas cosas, pero parte de este deporte es mantener en secreto lo que uno hace, para que los demás no lo repliquen. Uno quiere tener alguna ventaja. Verlo hacer cosas increíbles es muy inspirador. La rivalidad que hubo entre el Big Three inspiró a mucha gente. Creo que eso es lo que Alcaraz y Sinner están empezando a construir. Ver a alguien ganar, no sé ni cuántos, más de 20 Grand Slams, le da a uno la creencia de que también se puede. ¡Quizás no yo! Todavía no he ganado ninguno. Estoy muy lejos de eso. Pero ver cómo todos empujan los límites una y otra vez, la nueva generación tratando de ser como ellos, y nosotros tratando de imitar… eso impulsa al deporte.
– Obviamente, también tiene una admiración especial por Djokovic debido a sus raíces serbias.
– Djokovic también inspiró mucho a mi papá. Él es serbio. Imagínate lo que significa para un padre y una madre ver a su hijo jugar contra el mejor tenista de todos los tiempos en la cancha Phillippe Chatrier. No fue solo algo increíble para mí, también lo fue para todos los que han estado en mi vida.
– ¿Toma verdadera dimensión de lo que representa una leyenda como Djokovic cuando lo enfrenta en uno de los escenarios más icónicos del tenis?
– En realidad, me di cuenta de que era un poco humano cuando lo enfrenté. En mi cabeza, antes del partido, era como: “Voy a jugar contra el mejor tenista que ha existido”. Es una locura. Pero al mismo tiempo, no es un superhumano cuando uno está frente a él. Sigue siendo un partido de tenis. Y así es como hay que verlo si uno quiere tener una chance contra estos tipos: verlos como seres humanos. Al principio, uno tiene esta idea de las leyendas. Nunca había jugado contra uno, ni siquiera había hablado con Novak antes. Y después lo conoce, y es un tipo súper amable. Por todo lo que ha logrado, tiene esta especie de aura, casi como si fuera alguien sobrehumano.
– ¿Cómo es su relación con los otros jugadores de Estados Unidos? Ahora mismo, hay nueve tenistas estadounidenses mejor ubicados que usted. ¿Formar parte del equipo de Copa Davis es uno de sus objetivos?
– Me llevo muy bien con varios. Muchos vivimos en la misma zona, en Boca Ratón, Florida. Estamos Tommy Paul, Frances Tiafoe, algunos chicos más jóvenes. Creo que, en general, en el tenis todos se llevan bastante bien. Obviamente, hay un par que no tienen las mejores relaciones con otros, pero en el circuito nos vemos todas las semanas. Y como es un deporte tan solitario, es difícil ser mala onda con la gente. Uno solo quiere pasarla bien en los torneos. Me llevo bien con todos, incluidos los estadounidenses —nos entendemos bien. En cuanto a la Copa Davis… tenemos tantos buenos jugadores representando a Estados Unidos que, si no estoy entre los primeros cuatro o cinco, confío en que ellos lo harán bien. Estoy más enfocado en ser lo mejor que pueda, sea lo que sea que eso signifique. Si eso incluye jugar la Copa Davis, genial. Y si no, también está bien. No diría que la Copa Davis o ser el mejor estadounidense estén entre mis metas principales, pero sería algo lindo.

Aleksandar Kovacevic debate sobre pickeball y los apostadores del tenis
– ¿Qué siente cuando los apostadores enojados comentan en sus publicaciones de Instagram? ¿Le da rabia, le causa risa o simplemente no le importa?
– Cuando recién empecé en el circuito, en realidad me causaba bastante risa. Pensaba: “Ah, estos tipos…”. Entiendo a los apostadores, porque tengo varios amigos que apuestan en estupideces, pierden plata todo el tiempo, en el blackjack o lo que sea. La gente se pone emocional. Pero si yo fuera alguien que apuesta, no sé si alguna vez se me ocurriría escribirle a un jugador por haber perdido plata con él. Me parece raro. Y claramente no es algo agradable. Pero los entiendo. Gane o pierda un partido, siempre recibo mensajes de alguien que dice que va a matar a mi familia. Incluso a mi novia le llegan mensajes. Me dice: “Oye, esta persona me amenazó”. No es que uno quiera restarle importancia, pero recibo ese tipo de mensajes en cada partido. Es constante. Uno se va volviendo inmune. Aunque bloquee los mensajes, igual siguen llegando. Es la realidad de la vida. La vida puede ser cruel.
– En los torneos del circuito Challenger se ven carteles afuera de la cancha que dicen “NO BETTING”.
– Y no sé si estaría a favor de eliminar las apuestas, porque las apuestas nos dan dinero. Y también traen atención al tenis. Estoy seguro de que en otros deportes pasa lo mismo. La cultura es así: las apuestas dictan gran parte de las miradas que están puestas en el deporte. Es algo que viene con el circuito. Quizás se ha ido un poco de las manos en cuanto a cuánta información se transmite. Hay algunos torneos que siento que existen solo para que la gente apueste, y eso le quita amor al juego. Es como si yo le dijera ahora: “Oye, hagamos una transmisión en vivo de un lanzamiento de moneda y pongámoslo en una página de apuestas para que apuesten”. Pero no es por eso que jugamos.
– “Arregla partidos” es uno de los insultos más comunes.
– A este nivel del tenis, en mi opinión, nadie está arreglando partidos. No vale la pena. Es una estupidez. Siempre me escriben: “Estás arreglando el partido”. Pero es muy estúpido decir eso en el contexto de partidos ATP, porque acá ganamos suficiente dinero como para no tener que pensar en eso jamás. Y moralmente…
– Usted nació y creció en Nueva York. En la costa este de Estados Unidos, especialmente, el pickleball es muy popular e incluso está reemplazando canchas de tenis.
– ¡Odio el pickleball! Me parece una versión bastante tonta del tenis. Como deporte profesional, no lo respeto en lo más mínimo. Ahora, como actividad recreativa, está bien, es una forma accesible de hacer ejercicio, lo apoyo en ese sentido. Es como el cornhole o algo por el estilo. Es un juego divertido para hacer con la familia. Puedo llevar a mi abuelo y en 20 minutos podría aprenderlo. Pero como deporte serio, es una burla. La mayoría de los jugadores que están en un buen nivel en ese deporte vienen del tenis, porque no lograron hacerla en el tenis.
– ¿Alguna vez ha jugado pádel?
– Es un deporte muy bueno, que sí respeto. Muy atlético. Una variante interesante del tenis, donde uno tiene que desarrollar muchas habilidades. Tiene estilo, hay que controlar el rebote en las paredes. Pero pickleball… no, no es lo mío.
– Una de las cosas buenas del tenis es que te da la oportunidad de viajar a tantos lugares, de conocer diferentes culturas. ¿Es de los que le gusta explorar o se queda más en el club, el hotel y el aeropuerto?
– Definitivamente soy el tipo de persona que le gusta explorar, pero al mismo tiempo hay que ser inteligente con el cuerpo y la energía mental. Antes del torneo prefiero dedicarme a la preparación. El turismo es más para el día libre. Sin embargo, lo que más disfruto durante los torneos es ir a cenar a algún buen restaurante. Me encanta la comida, me gusta conocer la cultura local, quiero probar cosas diferentes. Usualmente estamos ocupados durante el día con práctica, fisioterapia, masajes, fitness. Así que la noche es el único momento que tenemos para hacer algo como salir a probar cosas nuevas. La cena es lo mejor del día.
– Una excelente excusa para explorar distintas ciudades.
– Sí, seguro. No me manejo bien solo con Uber Eats al hotel. A veces, cuando estoy súper cansado, ya tarde, es una buena opción. Pero siempre me gusta dedicar al menos una parte del día para caminar, explorar, ver algún barrio diferente o algo por el estilo.
– ¿Cuál ha sido su viaje más memorable fuera del tenis?
– El año pasado, justo después del Abierto de Francia, estuve en un barco en el sur de Francia durante una semana. Con mi ranking no puedo tomarme mucho tiempo libre entre torneos y cosas. Fui allá con mi novia y su familia en un hermoso barco navegando por el Mar Mediterráneo, algo fantástico. Pudimos parar en varios pueblos pequeños. Fuera de eso, fui a Lake Tahoe. Hace un par de años fui a hacer snowboard. Han pasado unos años desde la última vez que lo hice, pero espero encontrar tiempo para hacerlo nuevamente, tal vez este año o el próximo. Espero poder hacerlo después que termine la temporada.
– Entonces, ¿el snowboard es su mayor pasión fuera de la cancha de tenis? Al mismo tiempo, ¿no es peligroso para alguien que necesita mantenerse libre de lesiones?
– Sí, no puedo realmente hacerlo. De hecho, probablemente en algunos de mis contratos se sugiere que no lo haga por las lesiones y demás, pero soy bastante inteligente cuando lo practico.
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