PARÍS – El Court Phillippe Chatrier se vistió por completo de naranja para saldar una deuda que no podía quedar impaga.
Rafael Nadal tuvo por fin el homenaje que siempre mereció. El tributo en París, en la fresca tarde del domingo 25 de mayo fue la verdadera despedida para uno de los deportistas más grandes de todos los tiempos.
Lo que sucedió en París no tuvo nada que ver con la ceremonia en Málaga, justo después de su último partido como profesional en las finales de la Copa Davis 2025.
De ese momento frío, deslucido e invernal en noviembre al sur de España no se hablará mucho más. París estuvo lleno de color, emoción, agradecimiento y un profundo respeto por el máximo campeón de Roland Garros.
Rafael Nadal apareció en la pista donde como tenista fue más feliz, vestido de ropa oscura, con chaqueta y camisa. Contrastando con el color de la arcilla y las 15.000 personas que usaron camisetas del tono del polvo de ladrillo que regaló la organización. Varias veces corearon su nombre.
Algunos, en las bandejas de más arriba, vistieron de blanco para formar números, letras y símbolos: “14 RG RAFA”. Más un trofeo y un corazón
Well. 🫠 pic.twitter.com/9hlGAuUjmR
— Clay (@_claymagazine) May 25, 2025
Parado en la mitad de lado izquierdo de la silla del juez, el número uno del mundo por 209 semanas inició su discurso después de absorber los vítores y aplausos que cayeron por algunos minutos.
Comenzó leyendo en francés, como pocas veces se le vio: “Gratitud infinita para Roland Garros”.
“Gracias por darme una despedida de esta magnitud en la cancha de tenis más importante de mi carrera”, prosiguió.
Comenzó recordando el año 2004, cuando con el tobillo fracturado y en muletas, subió a lo más alto de la cancha y soñó con volver al año siguiente.
“En 2005, por fin pude jugar aquí por primera vez. Tenía 18 años y mi primera gran experiencia fue el partido que jugué contra mi amigo de la infancia y rival Richard Gasquet. A partir de ese día, comprendí plenamente lo que significaba Roland Garros”, relató el español.
This image is way too powerful, Rafael Nadal. pic.twitter.com/MpnDn7yX4u
— Clay (@_claymagazine) May 25, 2025
Su familia, amigos y equipo recibió de su cariño. Las mujeres cercanas a Nadal, esta vez sí estaban sentadas en primera fila, a diferencia de como era en sus partidos. Su hermana Maribel era la que más lloraba; las abuelas, de 94 y 92 años cuando fueron mencionadas por el español, hicieron que los aplausos aumentaran.
Toni Nadal tuvo palabras especiales: “Eres la razón por la cual estoy aquí. Gracias por haber querido destinar parte de tu vida a trabajar conmigo”.
Hasta se acordó de sus primos. Ahí sacó a flote su humor. “A ustedes no tengo que agradecerles nada. Bueno, me hicieron pasarla muy bien”.
Cuando tocó el momento de hablar de Mery Perelló, su mujer, se dio cuenta que había perdido la hoja donde estaban dedicadas las palabras para ella: “No importa, no hace falta leer. Me lo sé de memoria”.
Pronto una ball girl recuperó el papel desde el box de su equipo y se lo entregó a Nadal: “Así más fácil, porque con las emociones y todo…”.
“Gracias a la energía y felicidad que nos da cada día nuestro hijo”, dijo Nadal, lleno de emoción. El pequeño aplaudía.
La aparición de los grandes rivales de Nadal
La energía subió al máximo cuando por los altoparlantes, sus máximos rivales fueron presentados.
Roger Federer, Novak Djokovic, Andy Murray.
El Big Four se reunió en homenaje al tenista que los dominó sobre la tierra batida.
Nadal improvisó un discurso para sus grandes oponentes. Ya no había nada para leer.
“Es un gran mensaje para el mundo que estén ustedes acá y que seamos amigos después de las rivalidades que tuvimos”, afirmó Nadal. El head to head se lo ganó al suizo (24-16) y al escocés (17-7). Lo perdió estrechamente con el serbio (29-31).

Después de algunas fotos, el broche de oro fue espectacular. Primero, la directora del torneo, Amelié Mauresmó, y el presidente de la Federación Francesa de Tenis, Gilles Moreton, le entregaron un trofeo especial para reconocer sus triunfos.
Después, un canchero ingresó a la pista para barrer a un costado de la red, y desempolvar una placa conmemorativa que quedará impregnada para siempre junto al rectángulo de arcilla más icónico del mundo.
La huella de la zapatilla de Nadal, recreada junto a su nombre y el número 14, será el símbolo de la marca más impresionante de la historia del deporte.