NUEVA YORK – La secuencia es absolutamente inusual: un periodista escribe que una estrella del tenis golpeó a su pareja. El tenista demanda al periodista, que lanza una colecta online para financiar su defensa legal. La colecta es un éxito, en parte gracias a su máximo donante, un ex tenista que jugó y perdió seis veces con el jugador acusado.
El tenista es alemán, se llama Alexander Zverev, el periodista es estadounidense, se llama Ben Rothenberg, y el ex tenista es sudafricano, se llama Kevin Anderson.
Colaborador del New York Times por más de una década, Rothenberg lanzó en la plataforma gofundme la campaña que tenía como meta llegar a 22.000 dólares, monto suficientes para cubrir los gastos de la apelación del caso que tendrá lugar en diciembre en una corte de Alemania, y lo que tendría que pagarle al deportista en caso de perderla.
En 2021, el actual número 4 del ranking demandó por difamación a Rothenberg luego de que el estadounidense publicara en los medios online Racquet y Slate el testimonio de Olya Sharypova, ex novia del alemán, que denunció actos de violencia de parte de Zverev cuando ambos eran pareja entre 2019 y 2020. El alemán siempre los negó.
La campaña superó con creces el dinero pedido y todo lo que excede a los gastos del juicio será donado a House of Ruth, una fundación para sobrevivientes de violencia doméstica. En caso de que la apelación sea favorable a Rothenberg y Zverev deba correr con los gastos, la totalidad del dinero recibido irá a la institución benéfica.
Thanks to the folks reaching out with words of support regarding my still ongoing legal battle with Zverev over my reporting from 2020, I really do appreciate it tons.
If you are able to support my crowdfunding efforts in this case, the link is here:https://t.co/jclYajPBDq
— Ben Rothenberg (@BenRothenberg) August 27, 2024
En la lista de más de 435 mecenas apareció el nombre del finalista del US Open 2017 con la donación más importante. El sudafricano Anderson, quien perdió en Nueva York aquel año contra Rafael Nadal, donó 1000 dólares junto a su mujer Kelsey. A pocos minutos de efectuar la donación, la pareja cambió el nombre a «Anónimo».
Tanto en Alemania como en varios países europeos , las leyes sobre los medios de comunicación son mucho más favorables a los demandantes. En Estados Unidos es diferente. Ahí la libertad de expresión está consagrada en la misma Constitución y por la ley, y los personajes públicos se enfrentan a una valla más alta al momento de presentar demandas por difamación.
«Ha sido desalentador», dijo Rothenberg a The Washington Post. «No me arrepiento de nada… pero desde luego no me ha hecho la vida más fácil». El periodista debió cubrir los gastos del proceso legal tras perder el apoyo de Racquet, el primer medio donde publicó (recientemente la publicación fue bajada del sitio). De ahí que decidiera lanzar la campaña de recaudación, que anunció justo al arranque del US Open.
El abogado del periodista, Jan Hegemann, dijo al Washington Post que cree que la apelación tiene buenas chances de ser exitosa.