Zverev frena el sueño de Alcaraz, pero anticipa muchos títulos para el español: «Espero ganar este torneo antes que él, porque después no tendremos chance»MOS CHANCE»

PARÍS – Carlos Alcaraz, el joven «teenager» llamado a ganar Roland Garros una y otra vez, demostró hoy que está listo para conquistar el torneo.

Pero no será este año.

Alexander «Sasha» Zverev lo derrotó 6-4, 6-4, 4-6 y 7-6 (9-7) en un eléctrico partido en el estadio central Philippe Chatrier para dejar una muesca grande en la historia: el 2022 de Alcaraz no será el de Rafael Nadal, que 17 años atrás acumuló títulos hasta conquistar en París el primero de sus 21 Grand Slams.

Más allá de la derrota, Alcaraz, de 19 años y sexto del ranking mundial, tiene un futuro gigantesco. Lo dejó en claro el propio Zverev instantes después de derrotar al español.

«Sabía que tenía que jugar mi mejor tenis, porque Alcaraz va a ganar este torneo no una vez, sino muchas más. Así que espero ganarlo yo antes que él, porque después no tendremos chance».

La frase, inusual en el tenis profesional, refleja el respeto que los jugadores más establecidos tienen por el español, dueño de un tenis impetuoso, que combina talento, potencia e inteligencia a partes iguales.

Alcaraz buscaba ser el semifinalista más joven de Roland Garros desde Nadal en 2005, y no estuvo lejos de lograrlo. Nadie sabe qué hubiera sucedido si el español ganaba el tie break.

«Estoy extremadamente feliz de haber ganado el tie break y que no hayamos llegado al quinto set», admitió Zverev, que estaba exhausto y feliz en igual medida.

«Usualmente soy muy bueno hablando, pero ahora no puedo hablar», dijo el alemán en el cierre de su entrevista con Alex Corretja.

Zverev, de 25 años y número tres del mundo, venía de perder hace tres semanas la final de Madrid ante el español. Su rival será el ganador del partido que disputan esta noche Nadal y el serbio Novak Djokovic.

El alemán ha ido creciendo en el torneo, que estuvo a un paso de abandonar: en la segunda ronda remontó un match point en contra ante el argentino Sebastián Báez, jugando también en el estadio central. Desde entonces fue sumando confianza y juego hasta instalarse como uno de los favoritos a ganar el máximo certamen sobre polvo de ladrillo.