Renzo Olivo y la odisea para una descalificación: «¡Es un delincuente!»
SANTIAGO, Chile – Renzo Olivo tuvo un momento de furia en Santiago de Chile y fue descalificado del torneo por conducta antideportiva tras referirse al juez de silla como «un delincuente».
El umpire cobró a Olivo un punto en contra durante su partido ante el brasileño Orlando Luz después de que el argentino supuestamente tocara la red tras una volea en un punto de quiebre en contra. Olivo se tomó la cabeza con ambas manos y le gritó a su entrenador: «¡No, no, no! ¡Me cobró touch! ¡Es un delincuente!
Tras esa frase, el árbitro aplicó el código de conducta y le dio una advertencia al número 270 del mundo. Luego, Olivo discutió con el oficial, muy molesto, argumentando que no había tocado la red.
Meanwhile, in Santiago de Chile, a new default in a tennis match: “he called me touch… he is a thief”, said Renzo Olivo before receiving a warning for unsportsmanlike conduct and then defaulted from the match by the supervisor 😳
— Clay (@_claymagazine) March 12, 2024
«Siempre me hace lo mismo este flaco», vociferó Olivo a su entrenador, muy enojado con el juez. Lanzó primero la pelota hacia su silla y después la raqueta. Posteriormente, muy frustrado, pegó una patada a la silla del árbitro. Ahí llamaron al supervisor y se produjo el default.
El supervisor del torneo Ricardo Reis explicó a CLAY que sólo con la forma de referirse al oficial, ya el jugador merecía la descalificación. La patada a la silla agravaría la multa posterior. Olivo también fue descalificado del dobles, donde este miércoles iba a debutar en dupla con el neozelandés José Statham.
Así quedó la lona de la silla del juez, luego de la patada de Renzo Olivo // SEBASTIÁN VARELA
Odisea a Santiago
Llegar a Santiago de Chile fue para Olivo, una travesía complicada. El domingo con Andrea Collarini ganó el título de dobles del Challenger de Santa Cruz. No podían encontrar vuelos desde la ciudad boliviana.
Collarini pidió ayuda a través de sus historias de Instagram:
Acabaron viajando el lunes de madrugada, sin mucho tiempo para celebrar y pagando tickets a precios inflados.
