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ANÁLISIS – Con el 22-20-20, el tenis entra en una dinámica inesperada: ¿y si Australia 2022 fue el gran error en la carrera de Djokovic?

PARÍS – A principios de enero de este año el tenis parecía entregado a Novak Djokovic: el serbio sumaría varios títulos de Grand Slam más y ni Rafael Nadal ni Roger Federer serían capaces de frenarlo. El mejor de la historia (o el más exitoso, al menos), sería él.
Pero entonces llegó el Abierto de Australia, ese que Djokovic debía ganar por décima vez, y el serbio midió mal sus fuerzas: ya no se sentía el rey del tenis, se sentía potencial rey del mundo. Decía no ser antivacunas, pero no se vacunó contra el covid.
El culebrón con el gobierno australiano de Scott Morrison, que acaba de dejar el poder, fue seguido en todo el mundo, incluso por gente que en su vida se interesó por el tenis. Había ahí algo muy poderoso, un desafío mayor que entusiasmaba a mucha gente, pero ofendía a mucha más.
El serbio intentó forzar la reglamentación del tenis y buscó atajos en el sistema legal australiano en medio de una pandemia. Eso sí que es tener confianza en uno mismo.
Djokovic no jugó ese torneo, porque se fue expulsado de Australia por las autoridades migratorias. Pasaron cinco meses y aún hay cosas que no están claras. ¿Era real el certificado que confirmaba un positivo del serbio a fines de diciembre? ¿Se equivocó su asistente al rellenar los datos en los formularios de migración o se evitó adrede informar que había pasado por España?

Novak Djokovic en el aeropuerto de Melbourne, intentando ingresar a Australia en enero de 2022

Lo cierto es que ese enero de 2022 cambió la dinámica del tenis. Nadal jugó un torneo asombroso, pero perfectamente podría no haberlo ganado si Djokovic estaba allí jugando en plenitud. De haber ganado el serbio, hoy estaríamos ante un 21-21-20 en cuanto a títulos de Grand Slam. Pero la cifra es 22-20-20: el serbio necesitará ganar al menos tres títulos de Grand Slam más para instalarse como el más exitoso. Eso, siempre y cuando Nadal no siga sumando.
Y lo que parecía viable en 2021, cuando Djokovic ganó tres Grand Slam y llegó a la final del cuarto, hoy no asoma tan probable.
El tenis de 2022 no es el de 2021, de un año al otro se produjo una aceleración del recambio generacional. Daniil Medvedev puede volver a sumar un título en los próximos grandes, Stefanos Tsitsipas podrá lograrlo si se libera de su tragedia griega particular y Alexander Zverev está cada vez más cerca, aunque su rotura de ligamentos del tobillo hace que no se pueda contar con él en lo que resta del año. El noruego Casper Ruud también subió de categoría.
Aunque la gran diferencia viene de España, Carlos Alcaraz, o «Alcatraz», como lo llama Ion Tiriac.
El español de 19 años está ya en condiciones de ganar un Grand Slam. O de eliminar a jugadores como Djokovic, por ejemplo, en uno de los cuatro grandes.

Rafael Nadal alza el trofeo de campeón de Roland Garros 2022 / REGINA CORTINA

Ese nuevo ecosistema hace todo mucho más difícil para Djokovic. En 2022 le fue imposible repetir lo de 2021, por errores propios y méritos ajenos. En 2023, la tendencia de renovación se acelerará. Y Nadal seguirá ahí, buscando el 23, el 24 y el 25.
Si pudiera dar marcha atrás, Djokovic tendría que hacer las cosas de forma diferente de cara a Australia 2022. Pero ya no puede, ya no es posible. Y así, la historia no es la que podría haber sido. Todo indica que Australia 2022 fue el mayor error de su carrera.
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Ex jefe de Deportes de DPA y de La Nación, ex presidente de la International Tennis Writers Association (ITWA). Autor de "Sin Red", un viaje por el mundo siguiendo a Roger Federer y Rafael Nadal, y de "Enredados", sobre el equipo argentino de Copa Davis. Cubrió más de 60 Grand Slams y entrevistó a los principales protagonistas de la escena del tenis en los últimos 30 años.