De una derrota dolorosísima también puede surgir algo positivo: es lo que cree el italiano Jannik Sinner, que encontró la luz días después de caer en una histórica final de Roland Garros ante el español Carlos Alcaraz.
“No lo veo solo de forma negativa. A veces también es bueno recordar situaciones así. La próxima vez que me encuentre en una situación así, sabré qué debo hacer diferente”, dijo Sinner durante una entrevista con el periodista alemán Klaus Bellstedt en la última edición de la revista “Der Spiegel”.
Las cinco horas y 29 minutos disputadas el 8 de junio de 2025 en el estadio Philippe Chatrier de París están ya entre los grandes momentos del tenis en las últimas décadas. Sinner no solo tuvo una ventaja de dos sets a cero sobre Alcaraz, sino que en el cuarto set dispuso de tres match points consecutivos sobre el saque de su rival y luego su propio servicio. Pero el ganador fue el español.
¿Volvió a ver esa final en los días de descanso que se tomó entre París y la temporada de césped, que comenzó con una inesperada derrota en Halle ante el kazajo Alexandr Bublik?
“No toda. He intentado dejar el móvil lo más lejos posible para no poder cogerlo. Pero sí que he visto los momentos más destacados. Y los match points que tuve”.
Pese a que no vio toda la final, Sinner tiene claros los momentos clave y los errores que cometió, en especial en los match points.
“Con 15:40, devuelvo demasiado largo, eso me molesta. El resto, Carlos juega muy bien, siempre muy cerca de la línea, con mucha presión. Entonces dejo una pelota en la red, eso es consecuencia de ello. No creo que haya hecho tanto mal en esos puntos de partido. Han pasado cosas que ya no puedo cambiar. Lo he aceptado”.
El número uno del mundo aseguró que con el correr del tiempo se sintió orgulloso de haber sido parte de una final tan especial.
“Al principio fue doloroso para mí y solo veía lo negativo. Pero poco a poco empezaron a surgir pensamientos positivos. Los dos conseguimos jugar cinco horas y media de tenis de máxima categoría. Uno tenía que perder. Pero también fue bonito que fuera una final tan digna. No es muy habitual que el mejor partido sea también la final. El ambiente fue extraordinario, fue una experiencia haber contribuido a ello. Así es como lo veo hoy”.
Charlas con amigos, barbacoas y ping-pong fue la receta para recuperar la paz, añadió Sinner durante la entrevista hecha en alemán antes de su debut en Halle. Con sus amigos habló de cualquier cosa menos de tenis.
Tras la final, mucha gente se le acercó para comentarle que había sido parte de algo excepcional, más allá de la derrota: “Si otros jugadores también te lo dicen, entonces seguramente fue así”.
Que en la rivalidad de Sinner y Alcaraz hay bastante de la de Roger Federer y Rafael Nadal es innegable. Y el italiano entiende por qué muchos ven eso.
“Los últimos seis Grand Slams los hemos ganado entre nosotros dos. Eso ya es una pequeña señal. Depende mucho de la forma física, del talento. Pero al final, lo que decide es sobre todo la mentalidad. El tenis es un juego mental. Las cosas más pequeñas en la cabeza son decisivas. Por ahora, parece que Carlos y yo lo estamos haciendo bien. Pero las cosas pueden cambiar rápidamente. Yo sería cauteloso con las predicciones. Ya hay una nueva generación que viene pisando fuerte”.
¿Una nueva final con Alcaraz en Wimbledon? Como no, dice Sinner a “Der Spiegel”.
“Debido a nuestra clasificación, solo sería posible en la final, como muy pronto. En cualquier caso, espero que podamos vivir más partidos como el de la final de París. Carlos y yo como jugadores, pero también los espectadores”.
