MELBOURNE – En el tenis no basta ser número uno para entrar en el grupo de las leyendas. Ni siquiera basta con un puñado de Grand Slams como los que tiene Aryna Sabalenka. Son necesarias las marcas de época.
Prueba de aquello es la carrera de la tenista bielorrusa de 26 años, quien pese a haber ganado tres títulos grandes y superar las 20 semanas de forma interrumpida al tope del ránking WTA en un periodo de dos temporadas, sigue siendo olvidada cuando se habla de las jugadoras que han definido la última década del tour femenino.
Eso puede cambiar, porque la número uno del mundo está a un paso de ganar su tercer Abierto de Australia al hilo y meterse con argumentos en un grupo más selecto.
“Estoy muy orgullosa de mí y de mi equipo por habernos puesto en esta situación, es un privilegio. Poner mi nombre en la historia es algo con lo que no podía soñar”, admitió en la Rod Laver Arena tras vencer en semifinales a su amiga Paula Badosa, décima segunda del ranking.
Conquistar tres títulos consecutivos en Melbourne es un logro reservado para solo cinco jugadoras en la Era Abierta, todas iconos del tenis femenino: Margaret Court (1969-1971), Evonne Goolagong (1974-1976), Steffi Graf (1988-1990), Mónica Seles (1991-1993) y Martina Hingis (1997-1999).
Podrá ser también la cuarta jugadora en el Siglo XXI que logra el tricampeonato en cualquiera de los cuatro Grand Slam. Iga Swiatek (2022-2024) y Justine Henin (2005-2007) lo consiguieron en Roland Garros, mientras que Serena Williams lo hizo en el US Open (2012-2014).
“Es una locura que haya sido capaz de ponerme a mi misma en una situación donde tengo la chance de poner mi nombre junto a las leyendas. Significaría mucho para mí”, mencionó en rueda de prensa.
Su rival en la final será Madison Keys (14ª WTA), quien derrotó por 5-7, 6-1 y 7-6(8) a Swiatek, dos del ranking WTA. Para la norteamericana será su segunda final de Grand Slam, tras definición que perdió en el US Open de 2017 ante Sloane Stephens.
La estadounidense es una rival inesperada, porque las expectativas estaban puestas en que este sábado se diera un nuevo capitulo de la rivalidad entre Sabalenka y Swiatek, la más importante del tenis femenino en los últimos años. De hecho, la polaca es precisamente una de las explicaciones de por qué Sabalenka no se ha establecido como la gran referente del circuito. Swiatek dominó el tenis mundial durante 125 semanas desde 2022, número que la situó como la séptima jugadora que más tiempo ha estado en ese puesto. Incluida su dictadura en el polvo de ladrillo con diez títulos, cuatro de ellos en Roland Garros.
Esos números han llevado inevitablemente a que aunque Sabalenka haya sido la mejor jugadora de 2024, su figura aún esté eclipsada por su némesis, con quien además tiene récord negativo de ocho derrotas en 12 enfrentamientos.
Por lo mismo, gran parte de las preguntas en la conferencia de prensa post semifinales estuvieron enfocadas en un hipotético duelo frente Swiatek, lo que quedó obsoleto tras la jornada nocturna en Melbourne. Keys editó el guion preestablecido y borró la opción de que la WTA volviese a tener una final de Grand Slam entre la número uno y dos del mundo, luego de siete años de sequía. Un dato importante que refleja la falta de rivalidades en la nueva era del circuito femenino.
“Es una jugadora increíble. Ella es muy agresiva, sirve bien, se mueve bien. He visto sus partidos aquí y está en gran forma. Va a ser una gran batalla”, mencionó Sabalenka sobre su próxima rival. Será para Sabaenka una cita con la historia y la oportunidad de llegar al siguiente nivel. Ella mismo lo dijo: poner su nombre junto al de las leyendas.