LONDRES – Pasar tiempo en estudios de fotografía posando frente a las cámaras es lo que le ha permitido a la canadiense Carson Branstine viajar por el mundo jugando al tenis.
La 197ª del ranking WTA es también modelo profesional. Tiene contrato con dos agencias de modelaje, y su cuenta de Instagram (@carsonbranstine) es una muestra de cómo combina sus dos pasiones.
“Me fascina estar frente a una cámara durante una sesión de fotos. Es divertido, me encanta la moda. Ha sido una de las razones por las que he podido costearme algunos viajes. No quise pedirle nada a mis padres, quería que todo viniera de mí y de mi tenis”, dijo Brastine en una entrevista con un grupo reducido de medios, entre ellos CLAY.
“No firmé por estas agencias por mi tenis, lo hice por mi aspecto físico”, afirmó la canadiense, de 180 centímetros de altura, ojos azules y pelo castaño. “Extrañamente el modelaje y el tenis tienen muchas similitudes: muchas veces eres un objeto, y la gente no siempre se da cuenta de que también eres una persona”.

Este martes en la qualy de Wimbledon dio la gran sorpresa de la jornada: venció por 6-2, 6-7 (1-7) y 6-4 a la francesa Lois Boisson, reciente semifinalista de Roland Garros.
“Ya no estamos en París, ahora jugamos sobre césped, así que es un deporte completamente distinto. Tengo mucha confianza en mí mismo, y quizás no todos me conozcan, pero creo que puedo ganarle a cualquiera. Estoy convencida de que tengo el juego para medirme con cualquiera y me alegra poder demostrarlo en estos momentos”, comentó en Londres la tenista de 24 años.
Branstine ha sufrido mucho con las lesiones, razón por la cuál no ha podido encontrar regularidad. Su potente servicio y sus tiros agresivos son una base importante para lograr buenos resultados, pero su cuerpo no la ha acompañado en lo deportivo.
“He sumado más de cinco años lesionada. ¡La última vez que jugué una temporada completa fue a los 15 años! Investigué mucho, dejé de escuchar a gente para aprender por mi cuenta y descubrí qué es lo que funciona para mi cuerpo. Encontré la fórmula secreta, porque diría que soy una de las mejores atletas del circuito. Tengo confianza en eso: corro rápido, levanto mucho peso y soy bastante ágil para lo alta que soy”.
La canadiense es una muy buena estudiante. Estudió filosofía y leyes durante cinco años de college en Estados Unidos. Durante su tiempo fuera de las pistas, fue la asistente de un abogado: “Me vestía formal, iba a los tribunales, archivaba casos… incluso ganamos varios. Hacía derecho de familia, lo que era muy emocional”.
Quiere completar sus estudios de derecho en la escuela especializada, pero también ser madre dedicarse a sus hijos: “Muero de ganas de volver a la universidad a terminar mis estudios después del tenis, pero también quiero ser mamá y formar una familia”.
Carson Branstine, quien enfrentará a su amiga y compatriota Bianca Andreescu por un lugar en la ronda final de las clasificaciones en Roehampton, se puso el objetivo de jugar la fase previa de Roland Garros. Si no, se iba a retirar. Consiguió estar en París, y ahora va por más. Su nuevo ultimátum: “Ahora tengo que entrar al top 100”.